En 2002 Jorge de la Serna, cronista e historiador del rey de los deportes, publicó un interesante libro al que puso por título Los años 20 ¡Qué beisbol! En éste da cuenta don Jorge, con estilo propio muy ameno, tanto de los principales acontecimientos que durante los años fabulosos de esa década se registraron en el ámbito del beisbol mexicano, como en la sociedad de nuestro país, con observaciones muy agudas y acertadas.
Cuatro años después, en 2006, muy merecidamente Jorge de la Serna Marroquín fue electo miembro del Salón de la Fama del beisbol mexicano, en su carácter de cronista. Algunos pensamos que por los días de su entronización nos daría la sorpresa presentando la continuación de su libro, ahora sobre la década de los años 30. Pero no sucedió así.
Uno o dos años después, en una reunión de la Peña Beisbolera del (ex) DF, de la que don Jorge era miembro distinguido, le pregunté qué tanto le faltaba para terminar su libro sobre el beisbol mexicano en los años 30. Me contestó que le faltaba todo, porque ni siquiera lo había empezado. Al preguntarle la razón, me dijo que se le complicaba demasiado llevar a cabo la investigación, básicamente —aunque no sólo— hemerográfica, es decir, revisando la prensa de la época (principalmente los diarios La Afición, Excélsior y El Universal) como fuente de información para la elaboración del volumen, y al mismo tiempo desempeñar el trabajo que tenía en la oficina de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), que era de lo que vivía.
Le consulté entonces qué le parecería si conseguíamos uno o dos mecenas que le cubrieran el salario que percibía en la Codeme y tal vez un poco más, para que de esa manera se pudiera dedicar de tiempo completo a la preparación del libro. «De mil amores —contestó de inmediato—, y no sólo de los 30 sino también de los años 40 y 50, que es la saga —así la llamó— en que he pensado». Me dijo a cuanto ascendía su percepción en la Codeme y sobre esa base empecé a buscar mecenas.
Por fortuna no me resultó difícil encontrar a alguien que apoyara el proyecto. Fue don Antonio Pascual Feria, presidente de ANAFARMEX (una agrupación de farmacéuticos) y miembro también de la Peña Beisbolera capitalina, quien generosamente ofreció retribuirlo con un poco más de lo que De la Serna ganaba en la Codeme, con dos condiciones: La primera, que redactara un artículo quincenal, también sobre beisbol, para una revista sobre temas farmacéuticos que él editaba. Y la segunda, por consideración a don Jorge, que de ese trato sólo tuviéramos conocimiento los tres, como así ocurrió.
Al día siguiente De la Serna fue a presentar su renuncia a la Codeme y de inmediato puso manos a la obra. Luego, periódicamente visitaba mi oficina para entregarme los avances que iba teniendo, de los cuales yo daba puntual cuenta al Sr. Pascual Feria, quien a su vez le depositaba lo ofrecido.
Todo iba bien hasta que don Jorge empezó a tener problemas de salud. Paulatinamente ésta se fue deteriorando y en un par de ocasiones hubo de ser hospitalizado. Como es de suponer, el avance en la investigación y redacción del nuevo libro se fue haciendo lento o bien se suspendía por periodos más o menos prolongados, a pesar de lo cual don Antonio Pascual Feria continuó con el apoyo ofrecido.
Alrededor de las 3 de la tarde del 25 de marzo de 2011, encontrándome yo en Torreón, recibí una llamada telefónica de una de las hijas de don Jorge para comunicarme la triste noticia de que su padre acababa de fallecer. De inmediato me comuniqué con cuantos peñistas me fue posible, pero por ser Viernes Santo todos se encontraban fuera de la Ciudad de México, excepto don Antonio Pascual Feria, quien en una nueva demostración de gran solidaridad humana apoyó a la familia en todo lo relativo al funeral de don Jorge, incluida una misa por su eterno descanso.
De la Serna dejó escritos casi cuatro años para el libro sobre el beisbol mexicano en la década de los años 30, así como una breve autobiografía que tituló «Memorias de un cronista de beisbol», escrita con chispeante amenidad, a la que bien vale la pena hacer referencia en alguna ocasión posterior.