No es no

Ya casi estamos a la mitad del año, ¿cómo vamos con los propósitos que nos prometimos a final del 2021? ¿Ya somos más saludables? ¿Ya leemos un libro al mes? ¿Ya no somos rencorosos? ¿Ya aprendimos a decir que no?

En su día a día, muchas personas nos encontramos con la dificultad de no saber decir que no. Mayoritariamente nos sucede por las posibles consecuencias negativas que puede tener negarse, aunque vaya en contra de sus principios, deseos o necesidades. Hasta caemos en situaciones de «me da pena» aunque esta decisión tenga repercusiones hacia nosotros.

No saber decir no, no es una tendencia de nuestro comportamiento que sea neutra, ¡nos afecta!, haciendo que percibamos falta de control en nuestra vida. Y es la percepción de control. ¿Qué tanto daño nos hacemos al no saber decir que no? recordemos que no solo es cuestión de decirle que «no» al que te vende un dulce en la calle, es decir que «no» a situaciones que pueden costarnos más que un mal rato.

Recientemente tuve la oportunidad de ver Anatomía de un escándalo, ¿de qué va? La trama llama la atención al primer vistazo. James Whitehouse (Rupert Friend) es un miembro del parlamento británico que mantiene una relación extramatrimonial que sale a la luz, cambiando por completo su vida. Pero no es lo único que llega a la esfera pública. Whitehouse es acusado de violación. Su esposa Sophie (Sienna Miller) permanece a su lado, totalmente convencida de que es inocente y aguantando el escándalo mediático. Que, aunque suene fantasioso por lo aparente extravagante del caso, es algo que podríamos ver cualquier día en la portada de los periódicos.

Anatomía de un escándalo se basa en un libro de mismo nombre escrito por Sarah Vaughan y, aunque parezca, no es una historia real, aunque al desarrollarla para la plataforma de streaming los creadores han recurrido a figuras que existen en la realidad. No les extrañe que existan personajes que nos resulten bastante familiares.

Aunque los personajes no representan a ninguna persona real, la serie sí se ha esforzado en crear un ambiente judicial lo más cercano posible a la realidad. En ello ha tenido mucho que ver la autora del libro, puesto que Vaughan trabajó como corresponsal política en Reino Unido durante los escándalos del movimiento de #MeToo. Conoce de primera mano lo que se cuece en los tribunales y cómo son en la vida real los miembros del parlamento.

Es innegable que el thriller político encara la realidad de una forma distinta y altamente atrayente para un público actual y en una narrativa sumamente trepidante y envolvente, si no preguntémosle a Bridgerton, serie con muchos más reflectores que ha sido desbancada del primer puesto por su homóloga británica.

Oye, pero ¿a qué venía lo del no? Bueno, vean la serie. Pero desde ahorita les señalo que debemos tener entre nuestros pendientes que si no sabemos o nos cuesta decir que no, debemos trabajarlo, además de platicarlo en casa.

Promotor cultural.

Deja un comentario