«El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir»
Alexandre Dumas
Este lunes 17 de enero de 2022 iniciaron los Foros de Parlamento Abierto para la discusión de la Reforma Eléctrica presentada el 1 de octubre de 2021 por el titular del Ejecutivo, con la que pretende fortalecer la posición de la CFE en el sector, al eliminar, entre otros: organismos reguladores, certificados de energías limpias, y limitando la producción de energía por fuentes limpias y alternativas.
Sin duda que un ejercicio de esta envergadura, me refiero al Parlamento Abierto, que ofrece a la ciudadanía y a grupos de especialistas, la discusión de la reforma en materia eléctrica planteada por el presidente López Obrador, es de celebrarse. Dialogar civilizadamente al respecto suena muy bien. No obstante, como ya se ha vivido en otras ocasiones, lo revisado por los expertos no es tomado en consideración a la hora de la hora por la bancada morenista, que es la mayoritaria, lo que convierte estos ejercicios en una mera simulación. Ojalá que en esta ocasión no actúen como oficialía de partes y asuman su papel de representantes. Ojalá que los frutos de este Parlamento Abierto se traduzcan en beneficios a la economía familiar, es decir, que la gente pueda pagar menos en sus recibos y no se caiga en un monopolio improductivo en manos de la CFE, porque eso generaría un alza, primero en el precio de la luz y luego generalizada en la economía de nuestro país. Asimismo, que no se pulvericen los esfuerzos que se han hecho desde el sector energético en el ámbito medioambiental, vía energías sostenibles y que se siga avanzando hacia un futuro en el que se privilegie el uso de energías limpias, como sucede en otras latitudes. Para que esto prospere es esencial evitar la cancelación de los certificados de energías limpias. La quema de combustóleo y de carbón no solo es un método obsoleto e ineficiente, sino altamente contaminante, que atenta contra la salud de los mexicanos que lo respiran por un tiempo prolongado.
Me parece también relevante apuntar que nuestro país goza de condiciones geográficas muy favorables para la generación de energía eólica y solar. Derivado de esto el crecimiento del sector en los últimos años ha venido atrayendo inversión que genera empleos y esto se traduce en prosperidad económica. De prosperar la reforma en los términos planteados por el Ejecutivo le daríamos un revés lamentabilísimo a la economía nacional.
La Iniciativa de Decreto, subrayo, enviada el 30 de septiembre de 2021 por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, por el que se reforman los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía y recursos naturales, si se aprueba como viene tendrá consecuencias nacionales e internacionales lamentables.
¿Por qué?
Porque acaba con la competencia en materia del sector eléctrico para regresar al modelo monopólico de la CFE; modelo con en el que ahora se produciría al menos el 54% de la energía eléctrica requerida en el país, con el que se controlaría la participación privada, además de minimizar el incumplimiento de los compromisos internacionales del Estado mexicano en materia de cambio climático.
Porque centra el poder en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al reincorporar a jurisdicción al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace); al mismo tiempo que desaparece a los órganos reguladores en la materia, como la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, eliminando así a los contrapesos. En este último caso, la estructura y atribuciones de ambos órganos reguladores se incorporarán a la Secretaría de Energía.
Porque se cancelan los permisos de generación eléctrica otorgados, todos los contratos de compraventa de electricidad con el sector privado, así como los certificados de energías limpias.
Porque en materia ambiental se quebrantan los compromisos adquiridos en acuerdos internacionales suscritos por el Estado mexicano, y tiene implicaciones que no sólo se quedan en las afectaciones ambientales, sino que también se trasladan a lo económico-productivo. A saber:
1. Acuerdo de París, se incumplirían los compromisos adquiridos en tanto que se estarían aumentando las emisiones contaminantes en lugar de disminuirlas. El Acuerdo estipula sanciones económicas por su incumplimiento, así como en caso de que cualquiera de los estados firmantes decidiera salirse de este. Lo anterior implica también la falta de acceso a créditos y apoyos internacionales para el fomento y la innovación en industria que dependen del hecho de ser parte del Acuerdo de París.
2. T-MEC, se rompen las cláusulas de competencia en el tema agentes preponderantes, así como en el ámbito de protección-inversión, puesto que el Estado mexicano ya no permitiría inversiones masivas o libres en materia de energía eléctrica. Aunado a esto, el capítulo 24 del T-MEC aborda la cuestión del medio ambiente, cuyo eje central es el impulso de las energías limpias. Además, afecta los acuerdos comerciales al cancelarse todos los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad con el sector privado.
En el análisis realizado por el Departamento de Estudios Económicos del Banco Nacional de México S.A., se señala que esta reforma es «radical y negativa para el desarrollo del país y para la lucha contra el cambio climático». El Gobierno Federal, están dando un giro en la política energética hacia el fortalecimiento de Pemex y de CFE mientras limita la expedición de trámites regulatorios a privados. Se calcula que, de llevarse a cabo la reforma, ello generaría déficits energéticos en las entidades federativas.
Muchos economistas consideran la protección de las empresas como un error. En este sentido, la pérdida de competencia desincentiva la innovación. El año pasado el país experimentó diversos cambios en la política económica que afectarán de manera importante la eficiencia, productividad y los salarios en el futuro. La primera fue la reversión de la reforma energética que otorga mayor poder de mercado a CFE y Pemex, a más de que constriñe la generación de energías a participantes del sector privado, sobre todo en energías renovables. Es decir, el Gobierno está privilegiando a las empresas del estado sobre las privadas. Esto repercute negativamente en la productividad y competitividad de la economía nacional, porque al restringir a la competencia privada se generan ineficiencias que se traducen en mayores costos a la producción. Es de sobra sabido que los monopolios venden a precios mucho más altos que los precios de mercado. Para disminuir este precio se puede implementar un subsidio de Gobierno que solo afectará a las finanzas públicas del estado. Por otro lado, las energías renovables ya son más baratas que las fósiles. Y esto lo dicen las estadísticas de la Sener y de la Agencia Internacional de Energía. Producir energías renovables cuesta aproximadamente 38 pesos por kilowatt, contra 168 pesos con combustóleo. Y esto obedece a que el Gobierno federal tiene excedentes en el proceso de refinación y prefiere obligar a las empresas a comprarlo en lugar de tirarlo. Por varias razones, pero básicamente porque los países están limitando la importación de energías fósiles y contaminantes. Esto vulnera los procesos productivos de la industria nacional al encarecer sus costos de producción, principalmente en el sector manufacturero. Actualmente en la industria en EE.UU. sus costos de electricidad son un 30% menores que los de las empresas mexicanas.
Si esta reforma prospera, insisto, será más cara la electricidad. Al sector privado le cuesta poco menos de 700 pesos la generación de mega watt/hora, a la CFE mil 403 pesos. La apuesta del Gobierno es por las energías sucias al preferir un modelo estatal en donde la mayor cantidad de energía se genera por la CFE con la quema de combustóleo y hasta de carbón; el 76% de su generación es contaminante.
Volviendo a Pemex, ¿por qué aferrarse a seguir dando respiración artificial a un muerto? Pemex, fue un monopolio único por décadas y sus avances tecnológicos, ¿cuáles? Ha sido una empresa ineficiente, panino de sinvergüenzas como Romero Deschamps y Gavilla —a los que por cierto no se les toca ni con el pétalo de una rosa—, su nivel de pérdidas es impresionante, el de deudas deleznable, y si el Gobierno no lo respaldara hace tiempo que hubiera tronado ¿Por qué más de lo mismo, presidente López Obrador?
Así las cosas… A ver si el Parlamento Abierto da buenos frutos, de otra suerte se sumará al listado de pantomimas y tiznaderas a los mexicanos, convocadas y cumplidas a pie juntillas por este vergonzante desgobierno populista, vía sus corifeos con disfraz de legisladores.