Saltillo, campo de peleas campales

En las reyertas participan desde empresarios hasta fotógrafas y mujeres jóvenes. Se liberan del estrés, la angustia, las energías acumuladas de la peor forma: a puñetazos, estirones de pelo y puntapiés. Vuelta a las cavernas

Presión y violencia en la sociedad moderna, una relación compleja

Durante el mes de junio, a través de las redes sociales circularon videos que se convirtieron en virales. Hubo desde riñas callejeras hasta peleas en un club de prestigio, donde solo se codea la alta sociedad, pero igual ofrecieron lamentables espectáculos, que fueron retomados y expuestos por los medios de comunicación.

Presenciamos que, sin importar el nivel socioeconómico, educación, ni linaje, se puede perder la postura por el mal manejo de las emociones, del estrés e incluso del alcohol.

Vayamos por partes —dijo Jack el destripador, de una famosa película de Hollywood—. Las primeras horas del 17 de junio llegó José Luis «N» al fraccionamiento Portales y pretendía ingresar por una puerta no permitida.

Don Pedro, encargado de la caseta de vigilancia, le expuso que no era la puerta correcta, se hicieron de palabras y el agresor propinó varios golpes al trabajador desprendiéndole algunas piezas dentales.

José Luis fue denunciado por intento de homicidio. Sin embargo, trascendió que se llegó a un acuerdo de relación de daños con la víctima.

Segundo round: Batalla campal entre fotógrafas que cubren eventos sociales como bodas, XV años, bautizos y graduaciones en la Catedral de Saltillo.

El martes 25 de junio se celebraba en la Catedral de Saltillo la ceremonia de graduación de los alumnos del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Coahuila (CECyTEC). Mientras el sacerdote dirigía la homilía fotógrafos y fotógrafas que pertenecen a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) empezaron a tener diferencias por la cobertura del evento.

Se les solicitó que salieran de la celebración religiosa por distraer a los directivos, maestros, alumnos, padres de familia y el desarrollo de la misa.

Fuera de catedral, de los insultos verbales pasaron a los golpes, a los jalones de pelo y a la patadas, triste espectáculo para un escenario tan respetado como la catedral.

También en el exclusivo Club Campestre se cuecen habas.

El miércoles 26 de junio también se hizo viral otro video de una nueva riña, ahora los participantes fueron socios del Club Campestre de Saltillo.

En las imágenes se capta el momento en que dos socios están discutiendo en la zona de la terraza, se trata de Rodrigo Arrillaga y Alejandro López.

Los motivos por los cuales se enfrentaron se desconocen, pero se observa que en las mesas hay bebidas embriagantes. En la trifulca, Rodrigo le propina un certero golpe en el rostro a Alejandro, la directiva aún analiza la sanción que se le impondrá a los socios revoltosos.

Round cuatro, el más penoso.

A finales de junio, otro video se volvió tendencia en redes sociales. Dos mujeres jóvenes pelearon de forma salvaje en el centro histórico.

Golpes, jalones de cabellos y patadas fue con lo que se lastimaron par de muchachas que protagonizaron una pelea con una sola regla, tratar de lastimarse.

Un grupo de jóvenes fue testigos de un desafío entre dos menores de edad, al parecer por el amor de un chico.

Esta fue la riña más lamentable por tratarse de niñas que están entrando a la pubertad. Sus amigos y amigas nada hicieron por convencerlas de que una pelea no es la mejor forma de solucionar las cosas.

Las dejaron que se enfrentaran y se lastimaran en la vía pública sin que nadie hiciera un intento de intervenir.

Le podrán describir más riñas como la de alumnos del Tecnológico de Saltillo, donde más de 20 jóvenes participaron y que concluyó cuando uno de ellos amagó con un arma de fuego a otro alumno.

En ninguna de las riñas hubo consecuencias que lamentar, pero nadie garantiza que en un arranque se irá, en próximas peleas, alguien salga lastimado o en el peor de los casos, asesinado por su rival.


Presión y violencia en la sociedad moderna, una relación compleja

En la sociedad moderna, el estrés y la violencia son dos fenómenos omnipresentes que afectan a personas de todas las edades y ámbitos. Aunque ambos temas son estudiados intensamente por separado, su interrelación es un área de creciente interés y preocupación.

En la actualidad, el estrés encuentra un excelente caldo de cultivo en fuentes diversas, incluyendo el trabajo, las relaciones personales, la economía, la tecnología y las expectativas sociales.

Mientras tanto, la violencia, definida como el uso intencional de la fuerza física o el poder contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad, se manifiesta de múltiples maneras: violencia doméstica, comunitaria, institucional y estructural.

La relación entre ambos fenómenos es bidireccional y compleja. Diversos estudios han demostrado que altos niveles de estrés pueden aumentar la probabilidad de comportamientos agresivos al sentirse estimulados por la impulsividad, la desesperación, la frustración o el deterioro de la salud mental.

Por otro lado, la exposición a la violencia también puede ser una fuente significativa de estrés. Las víctimas de violencia suelen experimentar niveles elevados de estrés postraumático, ansiedad y otras formas de sufrimiento emocional. Este estrés adicional frecuentemente genera efectos negativos en la salud física y mental, y puede perpetuar un ciclo de violencia si no se interviene adecuadamente.

Las consecuencias de esta relación son profundas y multifacéticas. A nivel individual, las personas pueden sufrir dificultades en las relaciones y reducción de la calidad de vida. A nivel social, la violencia y el estrés debilitan la cohesión social, aumentan los costos de atención médica y de seguridad, y reducen la productividad económica.

Soluciones potenciales

Intervenciones de salud mental: Ofrecer servicios de salud mental accesibles y asequibles para ayudar a las personas a manejar el estrés y recuperarse de la violencia.

Educación y concienciación: Programas educativos que enseñen habilidades de manejo del estrés, resolución de conflictos y promoción de la paz.

Políticas públicas: Desarrollo de políticas que aborden las causas subyacentes del estrés y la violencia, como la desigualdad económica, la discriminación y el acceso a servicios básicos.

Apoyo comunitario: Fomentar redes de apoyo comunitario y fortalecer la cohesión social para proporcionar un entorno más seguro y de apoyo para todos los miembros de la comunidad.

El estrés y la violencia en la sociedad moderna están interrelacionados de manera compleja y bidireccional. Comprender esta relación es crucial para desarrollar estrategias efectivas de prevención e intervención. Al abordar las causas subyacentes y proporcionar apoyo adecuado, es posible mitigar los efectos negativos de ambos fenómenos y promover una sociedad más saludable y pacífica.

(Torreón, Coaahuila). Suma 38 años de trayectoria periodística en RCG, Media. Premio Estatal de Periodismo 2022 y creador de contenido informativo en redes sociales.

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