Mi cuerpo y mi alma te necesitan, necesito esos hermosos labios besando los míos de una manera tierna, pero a su vez apasionada.
Muero por entregarte mi cuerpo, mi alma, mi corazón y mi mente, incluso mi inconsciente, esa parte de mí que ni siquiera sé que pecados esconde.
Quiero que recorras cada centímetro de mi piel, cada porción de mi existencia, puedes explorar cada rincón de mi ser y sentir cada latido de mis ansias.
Toma lo que quieras y haz lo que más desees, cumple tus fantasías, tus caprichos, tus deseos más profundos, todo te lo entrego, todo te lo doy, es tuyo. Lo puedes amar o lo puedes odiar; lo puedes cuidar o lo puedes maltratar; lo puedes reservar solo para ti o los puedes compartir; puedes guardarlo o incluso puedes tirarlo, me da igual. Duermo en paz sabiendo que te entregué todo, me voy sabiendo que fui tuyo.
Te doy todo de mí, te entrego mi cuerpo, mi mente mi corazón y mi alma.
Arantza Puente Cortez
(Saltillo). Amante del arte y, especialmente, de la literatura, emplea la escritura para expresar las emociones reprimidas en sus adentros. Encuentra en cada lector potencial al receptor idóneo cuando no se tiene nadie más a quien compartirle sus secretos. «Por eso recurro a la tinta», advierte.