«Alma de niño»

Las regiones son definidas por el carácter, el temple y la generosidad de quienes las pueblan, de sus fundadores y de sus descendientes. La Laguna es ejemplo nacional. Acoge al extraño como hermano y al caído lo levanta. No es una idea quimérica, pues también adolece de errores, sino el retrato de una zona donde la gente es franca y abierta. Así lo escucho de amigos de Saltillo y de otras ciudades del país y el extranjero; unos se volvieron laguneros y otros desean regresar para quedarse. La distancia no arranca las raíces ni el origen ni se pierde por consigna. En la construcción de la Comarca han participado obreros, campesinos, maestros, profesionistas, artistas, medios de comunicación, líderes de opinión, activistas y deportistas.

Deseo referirme en este espacio a un sector clave en el desarrollo regional: los empresarios. La Laguna ha perdido en los últimos años a algunos de los más insignes. Por afinidad y afecto cito a Braulio Fernández, Ramón Iriarte, Blas Sosa, Jorge Dueñes y Jesús Villarreal, con quienes compartí viajes y charlas exquisitas. Les acompañé a su mesa y ellos a la mía. La muerte ha estado demasiado activa últimamente. La pandemia del nuevo coronavirus nos concienció de la fugacidad de la vida y de la fragilidad humana. La oración del abandono de Charles de Foucault, canonizado por el papa Francisco el 22 de mayo pasado, y el aforismo de André Malraux según el cual «el siglo XXI será espiritual o no será» miran hacia la entrega, el vacío interior y la necesidad de Dios en estos tiempos convulsos.

Una muerte reciente y súbita, como también fue la del escritor Gilberto Prado Galán, es la de Ernesto Herrera Ale, quien sustituyó a su padre, Carlos Herrera Araluce, como cabeza de Grupo Chilchota. Lo traté poco, pero eso bastó para establecer un vínculo en la etapa posterior a la experiencia traumática de 2007. Eventualmente nos saludábamos en algún restaurante, siempre atento, respetuoso, acompañado de Popo Grijalba, su sombra. Hombre sencillo y de fe, lo mismo jugaba una cascarita con sus empleados en un barrio de Santa Catarina, Nuevo León —contado por él—, que disfrutaba del ambiente y la buena comida de los Tacos Providencia de Guadalajara.

El hombre es defectuoso por naturaleza. «La democracia perfecta solo puede existir en una sociedad de ángeles», advierte Rousseau. El aforismo vale también para el mundo. El filósofo Español Pau Luque Sánchez hace una distinción entre el «buen hombre» el «hombre bueno». Del primero —dice— es «algo ingenuo, dócil, que no se hace notar demasiado y que, en virtud de que no molesta mucho, nos da un poco de lástima cuando le ocurre algo malo». El segundo «es un hombre honesto, generoso, alérgico al cinismo y dispuesto a comprometerse con causas nobles, aun sabiendo de antemano que probablemente están perdidas. Cuando algo malo le ocurre a un hombre bueno, sentimos una mezcla de tristeza y admiración, aunque no lástima».

Después de contarme varias anécdotas de su hijo, el patriarca —hablo de Carlos Herrera Araluce, fallecido seis años atrás— lo describió así: «Ernesto es como un niño. Tiene alma de niño». Innumerables expresiones de dolor se han publicado por el deceso de Ernesto Herrera. Algunas trascienden el mero ámbito de los negocios —donde priman las conveniencias y los intereses— para penetrar en el universo del espíritu, la amistad fraterna los sentimientos puros. «Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna como el hombre. Tiene recursos para todo; solo la muerte no ha conseguido evitar» (Sófocles).E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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