Artesano de libros, textos y palabras

Al transformar partes de las estructuras del poder, abrió los espacios para la participación ciudadana. Su labor editorial fue más allá de la autodifusión; en su etapa de gobernador fue un gran impulsor de escritores noveles de todas las regiones del estado

Al ser nominado candidato al Gobierno del Estado de Coahuila, Eliseo Mendoza Berrueto (EMB) alcanzó el sueño más caro al que puede aspirar un coahuilense. Antes de salir de la Cámara, y en previsión de lo que pudiera pasar, habíamos editado un libro que se llamaba Temas Contemporáneos, donde se publicaron una serie de ensayos, discursos y conferencias que pronunció Eliseo durante su liderazgo camaral.

Durante su campaña política se inició la publicación de una serie de periódicos murales que se editaban al terminar cada etapa, en el que se sintetizaban los puntos fundamentales de ese tramo dela gira política, los discursos, las fotografías de los mítines expresiones del pueblo, las peticiones y los mensajes del candidato.

La tarea fue agotadora. Al terminar los mítines había que redactar, diseñar, imprimir y pegar en toda la región un periódico mural. De este modo se trataba de modificar la política y el mensaje en el escenario coahuilense. Informar para establecer compromisos, ligas y objetivos comunes con la población.

Al terminar la campaña se realizó una exposición con las fotografías que había tomado Raúl Durán. Además de bellas escenas, se incluían los datos duros: los kilómetros recorridos, el número de mítines realizados, la cantidad de personas saludadas, los compromisos concretos de campaña y las líneas preliminares de lo que podría llegar a ser el programa de Gobierno.

Al tomar posesión, inmediatamente se diseñó una política editorial para llegar a todos los coahuilenses. Se creó una serie denominada «Crónica y Memoria» donde se llevaba un puntual seguimiento de los hechos de Gobierno; una «Gaceta mural» que se pegó en oficinas públicas, terminales de autobuses, mercados y plazas públicas; una «Gaceta» en la cual se reseñaban los principales hechos de Gobierno y del estado, un libro del año que pretendía recuperar textos nuevos o libros ya publicados y que eran verdaderos íconos de la cultura coahuilense.

No existía ninguna acción que promoviera a los jóvenes escritores poetas y novelistas. Se pensó en ampliar las posibilidades para las nuevas generaciones que trataban de ubicarse en el escenario literario coahuilense. La escritura de creación y divulgación estaba representada por cuatro santones de la literatura regional. Jesús Arreola Pérez, Roberto Orozco Melo, Javier Villarreal Lozano y Armando Fuentes Aguirre, quienes levantaban la mano siempre que se hablaba de escritores coahuilenses.

Desde la imprenta del estado cuya dirección me encomendó Eliseo, iniciamos la transformación; diseñamos una política editorial, se modernizaron los sistemas de captura, la composición y diseño de los trabajos editoriales, al poco tiempo se creó el Consejo Editorial.

Eliseo, al transformar partes de las estructuras del poder, abrió los espacios para la participación ciudadana. El Consejo Editorial se convirtió en un promotor y difusor de las ideas de los trabajos que realizaban las áreas de la administración. A lo largo del sexenio se publicaron agendas, gacetas, periódicos murales y folletos; fue una cantidad superior a los 600 títulos. Además de la tarea de difusión que hacen los Gobiernos, el sexenio fue para los jóvenes escritores la gran apertura de los espacios públicos.

El Consejo Editorial, de acuerdo a sus indicaciones, inició una de las tareas más nobles e importantes para con la cultura coahuilense, en especial para la literatura. Abrió las puertas de la comunicación, la edición a los nuevos creadores, poniéndolos en el punto de partida. Primero fue un llamado al encuentro de jóvenes escritores coahuilenses, denominado «Encuentro y conversación de escritores». La convocatoria fue abierta a las cinco regiones y llegaron jóvenes escritores principalmente de La Laguna, de Monclova y de la zona fronteriza. Se les dotó de un escenario donde podían leer sus cuentos, poemas, o trozos de novela. Se invitó al renombrado escritor José Emilio Pacheco (q.e.p.d.) para que dictara una conferencia y se trajo una bellísima exposición de las portadas de Vicente Rojo. Fueron tres días agotadores. Eliseo mostró una vez más su sentido humanista. Para hacer honor a José Vasconcelos, quien había dicho que donde empezaba la carne asada empezaba la barbarie, al final organizamos una carne asada para cerrar con broche de oro esa fiesta de las letras.

De ese encuentro se publicó una memoria donde se editaron los mejores trabajos de los 120 mejores jóvenes que asistieron al encuentro. Se llamó En el Umbral. El libro fue ampliamente difundido, se hicieron presentaciones y crónicas; se trató de impulsar a los jóvenes que estaban en el umbral de ser escritores.

La vocación de maestro de Eliseo era una constante en esas tareas. Se hizo un segundo encuentro denominado «Ya vine de donde andaba».

Eliseo, preocupado por elevar la calidad de los noveles escritores, organizó un curso con el importantísimo apoyo de la Sociedad General de Escritores de México, que dirigía en ese momento José María Fernández Unsaín. El curso lo impartieron Emmanuel Carballo, Ángel Oliva, y una serie de escritores importantes que durante 12 semanas cumplieron felizmente su compromiso.

Conscientes de que había que crear un medio para divulgar a esa masa crítica de autores en formación, se creó la revista «Historias de Entretén y miento», cuyo nombre fue un acierto; hasta hace cuatro años era la segunda revista literaria más antigua del país, la primera era la Revista de la Universidad.

En ese sexenio se puso una exposición en el patio del Palacio de Gobierno con todos los títulos que se publicaban en el estado; trataba de ver con objetividad qué se editaba y para quién. La Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, aportó un gran número de publicaciones especializadas; las casas de la Cultura aportaron algunos ensayos y libros; la Universidad Autónoma de Coahuila presentó una gran variedad de publicaciones, y el Patronato del Teatro Isauro Martínez de Torreón hizo la mayor aportación de libros.

Al terminar el sexenio se habían consolidado las tareas de edición y promoción del Consejo Editorial, se habían publicado seis agendas anuales que unían a su modelo de organización laboral, datos fundamentales del estado, además de un bello y original diseño. Se habían publicado seis libros al año, más de 250 títulos, folletos, revistas y diversas publicaciones; sobre todo se había despertado la esperanza de decenas de jóvenes que querían participar en la descripción de su entorno y la manifestación de sus fantasías. Un ciclo de nuestro trabajo se había terminado.

Al terminar su periodo como Gobernador de Coahuila, Eliseo Mendoza Berrueto se fue a trabajar al Colegio de la Frontera Norte; ahí encontró un espacio natural y vital para dedicarse a la cátedra, organizar encuentros, publicar libros, además de escribir un libro fundamental para conocer el modelo político mexicano: «El Presidencialismo Mexicano». El libro fue publicado por el Fondo de Cultura Económica en dos ediciones y se convirtió en un clásico de la literatura política de este país.

EMB organizó encuentros académicos donde se editaron las memorias con las ponencias. Entre los libros de esa época están: «Federalismo, Ecología y Administración Municipal», 1996. «Reunión de Alcaldes fronterizos sobre el desarrollo y medio ambiente», 1995; y «Sociedad Política I y II», 1994; y «Sociedad Política III, 1997». Estas publicaciones contienen los más agudos análisis sobre las relaciones entre México y Estados Unidos.

En la campaña para presidente de la república, de Francisco Labastida Ochoa, Eliseo se encargó de escribir y editar un libro con la currícula de todos los candidatos del PRI que participaron en esa elección. El texto buscaba transparentar y dar a conocer la carrera política de los cuadros con los cuales el priismo enfrentaría el reto político del tercer milenio.

Dada su vocación de escritor, Eliseo se convirtió en un importante editorialista del periódico Excélsior, analizando a profundidad y seriedad académica los acontecimientos políticos nacionales manteniendo vivos los ideales de justicia social y democracia. Esos ensayos y artículos fueron publicados más tarde en dos libros que resumen parte de sus ideas: uno denominado «Laberintos de la Transición» y «Memoria de las palabras», este último es un texto que contiene el amplio y profundo pensamiento de EMB, editado con motivo de sus 80 años de existencia.

Unos meses atrás, la Asociación Nazario Ortiz Garza le había rendido un homenaje, donde asistieron coahuilenses de todos los puntos del estado. Con los discursos pronunciados en ese evento se publicó un texto denominado «Eliseo Mendoza, un coahuilense de excepción».

Con lo avanzado de su carrera política, Eliseo jamás se imaginó que su partido le diera una oportunidad más. Sin embargo fue postulado como candidato a diputado local plurinominal. Ya en el Congreso del Estado de Coahuila, a su tarea parlamentaria, Eliseo incluyó un intenso trabajo editorial. Ahí no había una verdadera tradición. Se publicaban algunas gacetas, constituciones y libros de historia. En su Archivo Histórico existen una serie de materiales de un valor incalculable para la historia de Coahuila, desde los primeros intentos de su consolidación como estado, la historia de sus constituciones, los decretos de la segunda independencia del estado cuando el Benemérito don Benito Juárez lo separa del estado de Nuevo León, los decretos del desconocimiento de Victoriano Huerta y el Plan de Guadalupe, entre muchas otras joyas históricas.

Se organizó el Comité Editorial de la LIX Legislatura y se publicaron cinco números de la Gaceta Legislativa. Una de las primeras tareas fue editar «Las constituciones de Coahuila», con un estudio previo de un historiador y de un abogado especializado en cada una de las etapas.

Con motivo de la conmemoración de los centenarios del inicio de la Revolución Mexicana se hicieron dos publicaciones conmemorativas: «Venustiano Carranza. Centenario de la Revolución» y «Centenario de una epopeya»; cuando se conmemoró la Promulgación del Plan de Guadalupe, se publicaron los documentos que están en el Archivo Histórico del Congreso bajo el nombre de: «A los firmantes del Plan de Guadalupe»; se hicieron ediciones de las sesiones solemnes, se publicó el libro «Casa abierta al pensamiento» con los discursos de la histórica presentación del obispo de Saltillo, don José Raúl Vera López; para conmemorar los 150 años de la separación de Coahuila del Estado de Nuevo León; se editó el libro «Juárez vigente en el tercer milenio. Su paso por Coahuila», donde se sigue la ruta y los incidentes del presidente Juárez por el estado. Y una serie de ensayos denominados «La restauración del Estado de Coahuila de Zaragoza», donde participaron distinguidos constitucionalistas.

Una de las batallas más importantes de la Revolución Mexicana fue la que libró el general Francisco Villa contra las fuerzas federales en Torreón. Para conmemorar el centenario de esa batalla se editó «La Batalla de Torreón», que se distribuyó en la sesión solemne que se llevó a cabo en esa ciudad. El texto tuvo tanto éxito, que fue necesario hacer reediciones y ampliar su contenido.

Por primera vez en la historia de la Feria Internacional del Libro, que se presenta en las instalaciones de la Universidad, el Congreso de Coahuila presentó tres libros: «La toma de Torreón», «La restauración del Estado de Coahuila de Zaragoza» y «Juárez vigente en el tercer milenio. Su paso por Coahuila», en la cual participaron un grupo de diputados y los autores de los textos.

Bajo la dirección de Eliseo, el Congreso realizó junto con otras instituciones de cultura y enseñanza, la coedición de diversas publicaciones, como «Gustavo A. Madero, de activo empresario a enérgico revolucionario 1875-1913», «Memoria del 145 aniversario del Ateneo Fuente». Al inaugurarse el conjunto pictórico de ocho murales que engalanan el Palacio del Congreso, se hizo la edición de un folleto conmemorativo y trípticos que explican a los visitantes el valor pictórico e histórico de estos murales. Se editaron folletos sobre el «Corredor Legislativo», «Funciones Básicas del Poder Legislativo».

Casi al terminar la LIX Legislatura, Eliseo y yo presentamos una obra monumental titulada «Historia del Congreso de Coahuila» —es uno de los retos más grandes que he realizado— la obra más completa de esa temática. Contiene tres títulos: «Las actas de las sesiones del Primer Congreso Constituyente de 1824 a 1827»; otro en tres tomos sobre «Los Legisladores de Coahuila» donde se consigna la LIX Legislatura con los nombres de los 947 diputados y diputadas que han integrado este cuerpo, cómo se han integrado, y los acuerdos y decretos desde su fundación; un tercer tomo contiene «La historia política del Estado y su Congreso», narrada por un grupo de historiadores, en los cuales se hace un relato general de los 190 años de vida del Congreso, y se analiza con más detalles la vida de esta institución en el siglo XX.

Este texto se refiere al trabajo editorial que ha realizado Eliseo Mendoza, pero sus tareas en el área del desarrollo y la planeación y educación han sido trascendentes. Desde 1960 he tenido la suerte de participar en estos esfuerzos principalmente en el área de prensa y editorial, desde la concepción, escritura, edición, impresión y distribución de muchas y muy diversas publicaciones, salvo los que se realizaron en el Colegio de la Frontera y en la campaña de Labastida Ochoa. Al recordar estos más de 50 años de trabajo a su lado, agradezco la oportunidad que me brindó de ser coautor de ideas, ejecutor de proyectos y editor de los textos que están enlistados en esta nota. Estoy satisfecho de haber sido testigo, actor, cómplice de una gran aventura que es la vida llena de ilusiones, de realizaciones y actos, además de compartir la posibilidad de difundir los conocimientos y los valores de las instituciones por las que hemos transitado. Hice mi tarea con una gran alegría, responsabilidad y entrega absoluta al trabajo guiado por su ejemplo y amor al trabajo creador.

Con Eliseo encontré en su generosidad y amistad la puerta abierta para mi vocación. Fue una gran satisfacción transformar las áreas de imprentas, archivos, centros de información y documentación en las que me nombró, en instituciones dinámicas y modernas.

Hay en EMB una obsesión por la perfección, por ello no deja de escribir, de hacer diez veces lo que él llama la artesanía de un texto, revisar puntos, comas, acentos, redacción final. Las llamadas de atención eran constantes, cotidianas, su pluma corregía los textos o los volvía a escribir cuantas veces fuera necesario. Trabajé bajo una mano firme, rigurosa, dueña de un pensamiento creador. Fin. E4

Autor invitado.

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