Además de excelente periodista y profundo analista estadístico, Javier Mariscal fue un gran aficionado a la fotografía. La sensibilidad y belleza que puede entorpecer el texto noticioso, él las aprovechaba para trasladarlas a la imagen y conformar instantáneas de excelsa calidad.
Con su cámara se aventuró tanto por calles atestadas de personas y coches, propias de las grandes ciudades, como por las zonas rurales, donde la naturaleza premia con excelentes escenas a quien sea capaz de encontrarlas.
Composiciones certeras, encuadres justos, ángulos picados y contrapicados, y un uso magistral del color que alternaba con los espacios para expresar emociones y contarnos historias, eran la esencia de su perfil artístico.
A modo de merecido reconocimiento, Espacio 4 comparte con sus lectores algunas fotografías tomadas por Mariscal y que, ¿por qué no?, mañana pudieran formar parte de una digna exposición en alguna galería de la ciudad. E4