Caminante, no hay camino…

En este 2023, la Universidad Autónoma de Coahuila, celebrará dos acontecimientos de relevancia en su historia. Por una parte, el sábado 1 de abril, el 80 aniversario de la fundación de la entonces Escuela de Leyes del Estado, hoy Facultad de Jurisprudencia, y el martes 4 de ese mismo mes, el 50 aniversario del movimiento estudiantil que hizo posible la obtención de su autonomía.

Dichas celebraciones son dignas de recordarse. La primera, por lo que representa para su vida académica, contar con una de sus instituciones educativas de mayor prestigio que durante ocho décadas se ha dedicado a la formación de profesionales del derecho, y la segunda, por ser un parteaguas en su vida institucional.

A manera de reencuentro con la historia, tratándose de la primera de dichas celebraciones, estos son los antecedentes que dieron origen hace 80 años, al decreto número 310, de fecha 19 de febrero de 1943, emitido por la XXXV legislatura local, a iniciativa del general de División, Benecio López Padilla, gobernador constitucional del Estado, por el cual se creó la Escuela de Leyes de esta entidad federativa, hoy Facultad de Jurisprudencia de nuestra Máxima Casa de Estudios.

Dicha iniciativa tuvo su origen en la inquietud que a ese respecto le fue propuesta a dicho ejecutivo estatal el 2 de noviembre de 1942, al concluir los festejos del 75 aniversario de la fundación del Ateneo Fuente, por el director de dicha institución el profesor José García Rodríguez, quien ante un auditorio que abarrotó el Paraninfo, le solicitó iniciar las gestiones para la fundación de la hoy Universidad Autónoma de Coahuila, a fin de que la juventud del Estado no tuviera que buscar su formación profesional fuera del mismo.

Tal planteamiento del profesor José García Rodríguez cayó en tierra fértil, siendo acogido con simpatía por el general Benecio López Padilla, gracias a que en su equipo de Gobierno ocupaban relevantes cargos destacados jóvenes profesionistas, que habían cursado el bachillerato en el Ateneo, quienes al carecer el Estado de espacios educativos superiores para realizar sus carreras profesionales, se habían visto obligados a emigrar principalmente a la capital de la República en busca de dicha oportunidad; profesionistas que fueron los primeros en apoyar al interior del Gobierno la fundación de la universidad, siendo estos los licenciados Francisco López Serrano, secretario general de Gobierno; Eduardo J. Hernández Elguézabal, Oficial Mayor; Alejandro V. Soberón, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, ingeniero José Rodríguez García, encargado del departamento de prensa y el licenciado Arturo Moncada Garza, quienes se encargaron de asesorar al gobernador sobre la conveniencia y trámites de la propuesta en cuestión, logrando que dicho mandatario dispusiera la creación de las primeras escuelas profesionales, que servirían de cimiento a la Universidad de Coahuila en proyecto.

Así, mediante acuerdo del ejecutivo estatal de fecha del 12 de noviembre 4 de 1942, inició sus labores bajo la sombra protectora del Ateneo Fuente la Escuela de Ciencias Químicas; y el 16 de noviembre de ese mismo año, por decreto número 183 fue fundada la Escuela de Enfermería, dándose así los primeros pasos para completar el sueño cultural de muchas generaciones que sólo tenían a la Escuela Normal del Estado y a la entonces Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro, hoy Universidad Agraria del mismo nombre, como únicas opciones profesionales.

El 10 de febrero de 1943 se dio un avance decisivo para dotar a la juventud coahuilense de otra opción educativa de nivel superior, cuando mediante oficio número 005554, el gobernador del Estado, general Benecio López Padilla, asistido del secretario del ejecutivo licenciado Francisco López Serrano, sometió a consideración del H. Congreso del Estado la propuesta para crear la Escuela de Leyes «con el objeto de que los jóvenes que terminen el bachillerato en la escuela secundaria y preparatoria Ateneo Fuente o en las demás establecidas en el estado, continúen sus estudios profesionales facilitándoles, la manera de adquirir esa carrera, principalmente aquellos que carezcan de los medios económicos para cursar estudios en la capital de la república, en cualquier otro estado o en el extranjero y al mismo tiempo, con la finalidad de sustraerlos a la acción extraña de otros ambientes, que al mismo tiempo que los hagan perder el arraigo a su tierra natal, los coloque en situaciones que por el bullicio y diversiones propias de las grandes urbes, les resten interés al estudio, que de por sí, requiere un ambiente reposado y de orden, y particularmente de economía por cuanto a sus sostenimiento como estudiantes» (1).

Una vez recibido el oficio en cuestión por dicho órgano legislativo, con fecha 16 de ese mismo mes y año, los integrantes de la Comisión de Justicia e Instrucción Pública, diputados Ignacio Cepeda Dávila, León V. Paredes y Juan F. Villarreal dictaminaron que: «Esta comisión considera de todo punto aceptable la proposición del ejecutivo puesto que con la creación de la mencionada escuela se viene a llenar una urgente necesidad para la cultura de Coahuila, haciéndose a lo sucesivo y necesario que los jóvenes que deseen emprender esa carrera tengan que salir del estado, de desarraigarse de este medio y de ir a prestar su contingente a otras entidades» (2), por lo que propusieron a los demás miembros del Congreso, aprobar con dispensa de trámites el decreto número 310 de fecha 19 de febrero de 1943, mismo que fue publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado número 17 de fecha 27 de febrero de esa anualidad, decreto que en su articulado dispuso textualmente:

«PRIMERO.- Se faculta al ejecutivo del estado para crear la escuela de leyes, cuyo plan de estudios no será inferior al adoptado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales dependiente de la Universidad Nacional Autónoma.

»SEGUNDO.- El propio ejecutivo con las facultades que le concede el Artículo 120 reformado de la Constitución Política local, expedirá el plan de estudios y reglamento que regirán en la Escuela de Leyes.

»TERCERO.- Se autoriza igualmente al propio poder para erogar las cantidades que demande el sostenimiento de dicha escuela.

»Dado en el Salón de Sesiones del Congreso del Estado, en la ciudad de Saltillo, a los diecinueve días del mes de febrero de mil novecientos cuarenta y tres.

»Diputado presidente

»Juan F. Villarreal.

»Diputado secretario

»Francisco C. Cipriano.

»Diputado secretario

»Santiago Aguirre C.»

A 80 años de aquel suceso, la visión de la generación de los hombres que impulsaron mediante dicho acto legislativo la creación de la Escuela de Leyes del Estado, antecedente de la hoy Facultad de Jurisprudencia, está ampliamente justificada pues el nacimiento de esta institución por ellos concebida, con el devenir del tiempo ha cumplido a cabalidad con el propósito que inspiró su creación, pues no sólo arraigó a los estudiosos de dicha disciplina en la entidad, sino además brindó generosamente dicha oportunidad a cientos de profesionistas que sin ser oriundos de Coahuila, llevamos el tinte de orgullo de ser parte sus egresados, ya sea a través de los 14 años —de 1943 a 1957—, en que fue conocida como Escuela de Leyes del Estado, o durante los 15 —de 1957 a 1972— en que se le conoció como Escuela de Jurisprudencia, o bien en los 51 que cumplirá el 17 de mayo próximo como Facultad del mismo nombre, períodos en que aquella modesta institución que nació como templo del derecho, cuando este como institución vivía una de sus más difíciles encrucijadas debido a la Segunda Guerra Mundial, se ha fortalecido después de 80 años de fundada para seguir siendo lo que sus grandes fundadores y maestros soñaron.

Notas:

Expediente 11. Legajo 1.XXXV Legislatura. Comisión de Justicia e Instrucción Pública. Archivo Histórico del Congreso del Estado. Ibídem.

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