Campañas en Coahuila, el experimento

El 2 abril inició la campaña electoral para la gubernatura de Coahuila y el congreso local y durante al menos 59 días, es decir hasta el 31 de mayo, en la entidad aspirantes, partidos y ciudadanos viviremos los tiempos de la promoción, en algunos casos la propuesta, seguramente muchas promesas y muy probablemente algunas fantasías que no serán realidad.

La identidad de las campañas, sobre todo de los aspirantes a gobernador y quienes los acompañarán como candidatos a diputados locales ya está casi definida en sus discursos e ideas para intentar convencer a los electores a través de mensajes de radio, televisión, internet y eventos con encuentros ciudadanos de todos los segmentos sociales y económicos.

La extensión territorial podría permitir, al menos, realizar dos recorridos por los 38 municipios de la entidad, pero dependerá de la logística, recursos y sobre todo de la capacidad de convocatoria de partidos, organizaciones civiles y los propios candidatos.

En campaña cualquier reunión, sin importar el número de personas, puede ser importante, siempre y cuando se logre un efecto multiplicador a favor, con el riesgo que pueda resultar a la inversa si no se logra convencer a los asistentes.

Otro elemento que puede ser determinante en el resultado es el entorno nacional y estatal respecto a la situación económica y seguridad que priva en la actualidad, que dependerá si son positivas o negativas porque influirían en la decisión de algunos electores que pueden cambiar de opinión.

Las encuestas deberán ser interpretadas para contendientes y ciudadanos como instrumentos de medición parcial y fotografías de momentos que solo servirán para corregir rumbos y establecer nuevas estrategias, pero no para determinar el resultado final de la elección cuya diferencia entre ganador y perdedores aún podría cambiar hacia arriba o abajo.

En cuanto a la mercadotecnia electoral y política, al menos para un servidor y como un aficionado a evaluar el impacto y resultado de la estrategia, las precampañas quedaron a deber en general y se espera que puedan mejorar en la originalidad y sobre todo en las propuestas que establezcan una estrategia más atractiva y que quede en la mente de los electores.

No hay que olvidar en este último tópico de análisis del humilde escribiente, que la elección de Coahuila y el estado de México son el laboratorio de los comicios federales del próximo año y todo lo bueno y malo que se realice y logre podría ser ejemplo de lo que se debe y lo que no se debe hacer.

Las personalidades de cada candidato a la gubernatura en el mundo político son definidas y difícilmente van a cambiar para sorprender a los electores; los estilos de campaña son definidos y también difícilmente cambiarán sus formas y contenidos, lo mismo que la preferencia de los electores que en un buen porcentaje ya está definido.

El reto para aspirantes y partidos será convencer el segmento de los indecisos que podría alcanzar hasta un 15% de los ciudadanos con posibilidad de votar y en próximas colaboraciones se abordará el tema de los porcentajes y perfiles de quienes podrían votar por cada opción.

El reto entonces será convencer al 15% de indecisos y tratar de cambiar la decisión de los electores que incluso ya tienen, casi tomada su decisión de voto, por lo que el análisis de la campaña será interesante e incluso con cierto morbo en una de las elecciones más importantes para Coahuila y para el país por la pauta que marcará para el futuro de la entidad y para las elecciones del 2024.

Autor invitado.

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