Caso Moreira-Aguayo: Hedor corruptor invade los tribunales y castiga la crítica

En otro intento inútil por lavar su imagen, el expresidente del PRI suma otras dos demandas contra el periodista. La Suprema Corte ya absolvió al catedrático por un polémico juicio civil que lo obligaba a pagar 10 millones de pesos por «daño moral»

El artículo legal de la discordia

Humberto Moreira se arriesga a recibir un segundo coscorrón luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación fallara, el 16 de marzo, a favor del catedrático e investigador del Colegio de México Sergio Aguayo, a quien el exgobernador de Coahuila había exigido 10 millones de pesos por concepto de indemnización tras la publicación de un artículo en que, supuestamente, el académico lo difamaba.

«El expresidente del PRI nunca ha escrito columnas o libros, ni convocado a conferencias de prensa para responder a sus críticos. Lo suyo ha sido demandar periodistas para hacerlos gastar tiempo, dinero y energía; mientras confía en que un fallo jurídico a su favor restañará su maltratada imagen pública, como si quienes juzgan fueran magos y hadas de varita mágica».

Sergio Aguayo, catedrático e investigador

Pocos días antes de ese fallo, el expresidente nacional del PRI repitió la dosis e interpuso el 15 de febrero una segunda demanda por daño moral a causa de la publicación del libro «Reconquistando» La Laguna. Los zetas, el estado y la sociedad organizada, 2007-2014, del cual Aguayo es coautor, y por una entrevista que el mismo concedió para Reforma y salió al aire el 27 de julio de 2021 en el podcast «El café de la mañana», bajo el título «Del hedor corrupto».

«Ninguna de las opiniones y calificativos expresados por el señor Aguayo están formulados sin fundamento. Se plantean en forma de proposiciones, derivadas de hechos públicos y verificados, con las que se puede estar o no de acuerdo, pero que fomentan la discusión y la formación de opinión de la audiencia»

Sentencia SCJN (16 de marzo 2022)

Moreira no esconde su interés por ir tras —y, al parecer, sólo tras— Sergio Aguayo. Así lo hace notar el periodista en su columna «Moreira bis», publicada el 20 de julio en Reforma:

«Ahora [Humberto Moreira] me exige reparaciones por el libro “Reconquistando” La Laguna, del cual soy coautor (un detalle revelador del encono que me tiene es que no demandó a los otros dos coautores), y por el podcast de Reforma «Del hedor corrupto», conducido por Alfredo Lecona y Paulina Chavira (tampoco los demanda). Durante los seis años de litigios, el expresidente del PRI nunca ha escrito columnas o libros, ni convocado a conferencias de prensa para responder a sus críticos. Lo suyo ha sido demandar periodistas para hacerlos gastar tiempo, dinero y energía, mientras confía en que un fallo jurídico a su favor restañará su maltratada imagen pública, como si quienes juzgan fueran magos y hadas de varita mágica».

Más de lo mismo

La primera demanda interpuesta por Humberto Moreira en contra de Sergio Aguayo tuvo lugar el 28 de junio de 2016 en el Juzgado 15 de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, y fue motivada por el artículo de opinión «Hay que esperar», publicado el 20 de enero de ese mismo año, cinco días después de que el exgobernador de Coahuila fuera detenido en España bajo cargos de asociación delictuosa, lavado de dinero, malversación y cohecho.

Sin embargo, a juicio de Aguayo, la verdadera razón se vincula a las investigaciones que empezó a coordinar en 2016, desde El Colegio de México, sobre las atrocidades cometidas por el crimen organizado en Coahuila y la complicidad que recibió de autoridades de los tres niveles.

El tema es abordado en su libro “Reconquistando” La Laguna. Los zetas, el estado y la sociedad organizada, 2007-2014, piedra angular de la segunda demanda, a pesar de que el propio Aguayo deja en claro que no acusa directamente a Moreira. «En las acusaciones incluidas en la segunda demanda destaca su afirmación de que yo señalo que durante su Gobierno él alentó “grupos criminales”. Falso. En los tres libros que escribí sobre Coahuila me centré en explicar la lógica de la violencia criminal y la reacción de gobernantes y sociedad. Sobre la presunta complicidad de Moreira y los Zetas solo afirmo que “esas versiones jamás han sido corroboradas o negadas por los Gobiernos de Coahuila o la federación”» (Reforma, 20.07.22).

De cualquier manera, a partir de la experiencia previa, Aguayo y su equipo se estan preparan para enfrentar un sistema judicial adverso en las entidades y favorecedor a nivel federal. «Ignoro el desenlace de Moreira bis, pero mis abogados y yo planificamos bajo el supuesto de que los jueces locales nos apalearán y los federales nos protegerán, pues no existe daño moral o abuso en la investigación; tampoco hay información falsa o inexacta», indicó.

La nueva demanda causó indignación en el gremio. Artículo 19 y Propuesta Cívica condenaron de inmediato el hecho en un comunicado conjunto, «Consideramos que la reiterada presentación de demandas contra el periodista y académico Sergio Aguayo por parte de Humberto Moreira es una muestra evidente de demanda SLAPP (strategic lawsuit against public participation) selectiva, cuyo objetivo es castigar la crítica e investigación relacionadas a la situación de graves violaciones de derechos humanos ocurrida en el estado de Coahuila durante su período como gobernador». E4


El artículo legal de la discordia

En un comunicado compartido el 17 de marzo, Sergio Aguayo advierte sobre la necesidad de modificar el sistema legal mexicano para que los poderosos no cuenten con herramientas que les permitan atacar a los profesionales de la información. «La prensa mexicana está bajo el asedio de políticos poderosos, criminales violentos y leyes que requieren ser reformadas y actualizadas para defender de manera simultánea el derecho a la libertad de expresión, al honor y a la información», asegura.

La figura jurídica de daño moral, tal como aparece en el artículo 1916 del Código Civil Federal, es una de estas herramientas al servicio de políticos, empresarios y figuras de autoridad, para minar la labor periodística. «Si logramos quitar la figura del daño moral o regularlo, entonces estaríamos eliminando una de las causas de las amenazas. Habrá otras, por supuesto, y creo que la más extrema es el asesinato de periodistas que está sucediendo en el interior del país, fundamentalmente donde la denuncia es más directa y la animadversión del gobernante se personaliza», afirma el investigador (Reforma, 17.03.22).

Al respecto, reza el artículo 1916: «Por daño moral se entiende la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspecto físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás.

»Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un daño moral, el responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante una indemnización en dinero, con independencia de que se haya causado daño material, tanto en responsabilidad contractual, como extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral tendrá quien incurra en responsabilidad objetiva conforme al artículo 1913, así como el Estado y sus funcionarios conforme al artículo 1928, ambas disposiciones del presente Código».

Sin embargo, el artículo segundo que se adiciona con el artículo 1916 Bis, especifica que «no estará obligado a la reparación del daño moral quien ejerza sus derechos de opinión, crítica, expresión e información, en los términos y con las limitaciones de los artículos 6o. y 7o. de la Constitución General de la República.

«En todo caso, quien demande la reparación del daño moral por responsabilidad contractual o extracontractual deberá acreditar plenamente la ilicitud de la conducta del demandado y el daño que directamente le hubiere causado tal conducta». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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