Colectivo ciudadano denuncia baja calidad del aire en Saltillo

Urge un compromiso conjunto de Gobierno, industria y sociedad civil para implementar medidas efectivas que protejan tanto la salud humana como el medio ambiente

La calidad del aire es un aspecto fundamental de la salud pública y el bienestar de las personas en todo el mundo, y México no es una excepción. Con una población densamente concentrada en áreas urbanas y una creciente industrialización, el país enfrenta desafíos significativos en cuanto a la contaminación atmosférica y sus efectos en la salud y el medio ambiente.

La pureza de la atmósfera aire se ve afectada por una variedad de fuentes de contaminación que incluyen la quema de combustibles fósiles, las emisiones industriales, el transporte vehicular, la deforestación y las prácticas agrícolas. Estos factores contribuyen a la presencia de contaminantes como el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el monóxido de carbono (CO), las partículas en suspensión (PM10 y PM2.5) y compuestos orgánicos volátiles (COV), entre otros.

La exposición a estos contaminantes puede tener consecuencias graves para la salud. Las partículas finas, en particular, representan un riesgo significativo, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo, causando o exacerbando una variedad de problemas de salud, como enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer de pulmón. Además, la contaminación del aire puede afectar negativamente la calidad de vida, causando síntomas como irritación de los ojos, la nariz y la garganta, dolores de cabeza, fatiga y problemas de sueño.

Los grupos más vulnerables a los efectos de la contaminación del aire incluyen a los niños, los ancianos, las personas con enfermedades respiratorias crónicas como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos. Además, los residentes de áreas urbanas densamente pobladas y de bajos ingresos, que a menudo viven cerca de fuentes de contaminación, enfrentan un mayor riesgo de exposición y sus consecuencias.

Además de los impactos en la salud humana, la contaminación del aire también tiene efectos adversos en el medio ambiente. Puede dañar los ecosistemas terrestres y acuáticos, afectar la biodiversidad, acidificar suelos y cuerpos de agua, y contribuir al cambio climático al aumentar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Herramienta útil

BreezoMeter proporciona, en tiempo real, información sobre la calidad del aire en múltiples ciudades alrededor del mundo. Los principales indicadores son las concentraciones de micro partículas PM2.5 (de hasta 2.5 micras) y PM10 (entre 2.5 y 10 micras) por metro cúbico de aire. Las primeras son capaces de ingresar al torrente sanguíneo, en tanto las segundas pueden ser inhaladas y llegar a los pulmones.

La composición de las partículas PM2.5 y PM10 puede variar según el entorno y las actividades humanas. Algunas de las principales fuentes para cada una son:

PM10:

  • Resuspensión de polvo en las vialidades debido al efecto del viento. Esto puede ocurrir en áreas urbanas, construcciones, obras o terrenos naturales sin vegetación.
  • Actividades de construcción: La demolición, excavación y movimiento de tierra.
  • La quema de madera, hojas y otros materiales orgánicos.
  • Las emisiones de vehículos, especialmente los motores diesel.

PM2.5:

  • Se producen durante la quema de combustibles fósiles en vehículos, plantas de energía y calefacción residencial.
  • Industria y procesos industriales.
  • Además de los vehículos, otras fuentes móviles como barcos y aviones.
  • Quema de biomasa.
  • La liberación de productos químicos, pinturas, solventes y aerosoles.

Saltillo en jaque

El equipo del Boyatón ha llevado a cabo un continuo y cercano seguimiento de los índices atmosféricos en Saltillo y los resultados son alarmantes. El 18 de abril, la ciudad amaneció con muy mala calidad del aire. BreezoMeter reportó ese día 320 microgramos de PM10 por metro cúbico de aire (7.1 veces más del límite de largo plazo establecido por la Organización Mundial de la Salud —OMS—) y 44 microgramos de PM2.5 (8.8 veces por arriba de la norma).

No se trata de un día aislado. Durante siete días de marzo, la capital coahuilense rebasó la pauta máxima de exposición a corto plazo de PM2.5 establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual es de 15 microgramos por metro cúbico al día. En cuanto al largo plazo, se sobrepasó el doble de los niveles de 5 microgramos por día de la OMS, pues se llegó a 11 por metro cúbico de aire.

La concentración de PM10 en el aire de Saltillo superó el límite de la OMS (45 microgramos por metro cúbico) 26 días de marzo, alcanzando un máximo de 189 microgramos el 5 de abril y un promedio de 82 a lo largo del último mes (G 03).

Abordar los problemas de calidad del aire en la ciudad requiere un enfoque integral que combine políticas ambientales sólidas, regulaciones efectivas, tecnologías limpias y la participación activa de la sociedad civil. Entre las medidas clave que pueden ayudar a mejorar la calidad del aire se incluyen:

Regulaciones más estrictas: Es necesario fortalecer y hacer cumplir las normativas ambientales que limitan las emisiones de contaminantes atmosféricos por parte de industrias, vehículos y otras fuentes.

Promoción de la movilidad sostenible: Fomentar el uso de transporte público, vehículos eléctricos y bicicletas puede reducir las emisiones de gases de escape y disminuir la congestión vehicular en las ciudades.

Transición a fuentes de energía limpia: Incentivar la adopción de energías renovables, como la solar y la eólica, puede reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases contaminantes.

Mejora de la infraestructura verde: Incrementar el número de áreas verdes y parques urbanos no solo ayuda a absorber contaminantes atmosféricos, sino que también contribuye al bienestar psicológico y físico de los ciudadanos.

Concientización pública: Educar a la población sobre los riesgos para la salud asociados con la contaminación del aire y fomentar cambios de comportamiento, como el uso de filtros de aire en interiores y la reducción del uso de vehículos privados, puede ayudar a mitigar el problema.

Salud Pública comparte sus recomendaciones, entre las que se encuentran que «las ciudades busquen diseños urbanos más compactos y de uso mixto, con un cambio modal de transporte del vehículo privado al transporte activo. Las intervenciones específicas pueden estar relacionadas con el destino, accesibilidad, distribución del empleo, densidad residencial, disponibilidad y costo del estacionamiento, mejora de las rutas de transporte activo, la planificación y el desarrollo de políticas sin coches, zonas de aire limpio, desarrollo tecnológico de vehículos y reducción de emisiones del transporte público, reducción de la velocidad, provisión de transporte público y sensibilización sobre los efectos adversos para la salud». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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