Si el show de las «corcholatas» y tapa-roscas del partido en el poder (Morena) que bien podría parecer un programa digno de una producción como la «casa de los famosos», la oposición entró a la competencia del rating y ya inició su proceso para encontrar candidato presidencial con reacciones y desmarques de los más de 20 suspirantes.
El proceso de la oposición (PAN, PRI y PRD) aunque no es malo, sí es tardío y seguramente solo será una apuesta para pelear el poder en las dos cámaras federales y por ello quien resulte ganador de ésta pre-precampaña, solo tendrá la misión de jalar votos en la elección del 2024 para evitar el dominio en el Senado y en el Congreso.
Durante las primeras semanas de recorrido de «corcholatas» y tapa-roscas ya surgieron señalamientos de corrupción, acarreos, topes de campaña superados, aspirantes con relojes para millonarios y una coordinadora de proselitismo altamente cuestionada.
Pero además ya surgió la primera encuesta en la que para muchos se confirma el resultado final del proceso para establecer a la candidata consentida del señor y que además recibe todo el apoyo gubernamental de los tres niveles: federal, estatales y municipales.
Los ataques entre ellos, los de los dos punteros, son diarios y constantes pues el estilo de su movimiento se basa justo en esa estrategia para olvidarse de la propuesta o el convencimiento con argumentos de cambio verdadero del país.
En este proceso, los aspirantes, se insiste al menos dos, porque el tercero ya fue rebasado por su propia soberbia y vanidad y las dos tapa-roscas ni en declaraciones ante medios levantan mucho menos en encuentros con la población, pero en general los cinco olvidan que el proceso es observado por todos los mexicanos y que en este año solo votarán militantes, simpatizantes y acarreados-obligados.
Pero el próximo año, en el 2024, los votos que de verdad contarán son los de electores que seguramente se quedarán con las impresiones menos favorables para esos candidatos oficiales, sus errores, omisiones y dudas (algunas sembradas y otras no) y por eso el riesgo de la pre-precampaña es alto sobre todo para el que será el candidato oficial.
De lado contrario, con la oposición el candidato presidencial se establecerá en función del candidato oficial con la personalidad que requiera y la lista se reduce a dos, Creel y Xóchitl.
Y es que pareciera que el bloque opositor está a la espera de quien será el candidato (a) de Morena, para establecer su cargada a favor de los dos antes mencionados para integrar una campaña de confrontación.
La teoría del humilde escribiente, es que, si Claudia Sheinbaum es la candidata de Morena, la oposición presentará a Xóchitl Gálvez con un discurso y una narrativa popular para lograr votos suficientes para el congreso y el senado.
Pero si el candidato es Marcelo Ebrard, el candidato del bloque sería Santiago Creel, cuadro panista identificado a nivel nacional que ya intentó ser candidato presidencial y que la narrativa de campaña sería muy similar a la del carnal Marcelo.
Los procesos actuales de corcholatas-tapa roscas (Morena, PT y Partido Verde) y el bloque opositor (PAN, PRD y PRI) serán solo un proceso de apariencias, pero las decisiones estratégicas de planes A, B y C ya están previstas para ambos bandos.
Sólo será interesante saber que va a hacer Movimiento Ciudadano, que aún no tiene candidato potencial y los tres que suenan son aún muy débiles y siguen dilatando la decisión para esperar a perdedores y ganadores de la competencia real de los bloques.
Mientras tanto los ciudadanos pueden disfrutar del show mediático y político que adelantaron los políticos y gobernantes para la elección del 2024.