El capital en el siglo XXI

Mientras los ingresos de las clases de la sociedad contemporánea sigan fuera de la investigación científica, será en vano querer emprender una historia económica y social de utilidad.

Jean Bouvier, Francois Furet y Marcel Guillet

Thomas Piketty, profesor de la École d’Economie de París, es uno de los pioneros en la reciente literatura sobre la evolución histórica del segmento de la población con mayores ingresos. Algunos críticos, considero, lo desestiman con cierto atropello, al decir —particularmente del libro que lleva nombre esta colaboración— que en reiteradas ocasiones solo ha dedicado su tiempo como científico a realizar solo una relatoría de los acontecimientos histórico-económicos de la civilización humana.

No obstante, creo que este tipo de obras, ciertamente despiertan animadas polémicas; es como una gran colaboración de tratar de reintroducir entre grupos de académicos, políticos, analistas y público en general, la preocupación sobre las desigualdades sociales; en el capital en el siglo XXI, queda la propuesta de establecer políticas fiscales de alcance global que moderen la disparidad; en gran medida por la visión amplia de lo que deben ser en la actualidad la ciencias sociales, y en parte, porque a mí consideración —aunque lo haya leído por partes— creo que ofrece argumentos sólidos y frescos para que gobiernos y sociedades combatan el fuerte embate de la desigualdad.

Un factor importante de lo que se habla en este libro es la ley del «crecimiento acumulado», qué en términos prácticos, significa qué, el hecho de un bajo crecimiento anual con acumulación durante un periodo largo, lleva a un crecimiento considerable. Entendiéndolo de otra forma, tenemos que considerar el crecimiento, es decir, el crecimiento acumulado, como un factor importante para el crecimiento poblacional.

En ese sentido, «el planeta contaba con alrededor de 600 millones de habitantes hacia 1700, y más de 7 mil millones en el año 2012, si este ritmo se mantuviera en los próximos tres siglos, la población mundial alcanzaría los 70 000 millones hacia 2300 (…)». En suma, es un libro complejo que entendemos los que no hayamos estudiado economía (con varias lecturas y repasadas).

Una de las tesis principales de este libro pudiese ser que una diferencia aparentemente limitada entre la tasa de rendimiento de capital y la tasa de crecimiento puede producir efectos muy potentes y desestabilizadores en la estructura y la dinámica de las desigualdades en una sociedad determinada.

Interesante y cito a manera de conclusión: «la evolución dinámica de una economía de mercado y de propiedad privada que es abandonada a sí misma contiene en su seno, fuerzas de convergencia importantes, relacionadas sobre todo con la difusión del conocimiento y de calificaciones, pero también poderosas fuerzas de divergencia, potencialmente amenazadoras para nuestras sociedades democráticas y para los valores de justicia social en que están basados».

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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