Esta noche, viejo, cuando escribo tú ya no estas. Esta noche no pudimos despedirnos así tenía que ser porque entre nosotros no caben las despedidas. Te has ido para quedarte siempre en mi corazón, hasta que, como el tuyo, deje de latir para volver a hacerlo con toda su fuerza en los corazones de mis hijos y de mis nietos, hasta alcanzar lo imposible, la eternidad. Hasta siempre padre. Que tu amor me alcance en el camino.
Ana Scherer Ibarra
Sin importar la fecha ni la temporada, recordar a Scherer es imprescindible. Julio Scherer García fue un periodista y escritor mexicano, considerado uno de los periodistas más destacados del país. Scherer García contribuyó a la construcción de la democracia y de la libertad de expresión en México. Preocupado siempre por promover el derecho a la información siempre fue un generador de la revisión crítica de la vida pública nacional e internacional; siempre con un amplio profesionalismo y pluralidad más que necesarios ayer y hoy.
Quiso estudiar Derecho en la UNAM pero luego decidió estudiar Filosofía en la misma universidad, aunque las circunstancias lo llevaron a no terminar ninguno de estos estudios, porque ingresó de forma rápida al periódico Excélsior, y dicho trabajo consumió más su tiempo.
Dentro del gremio periodístico, comenzó su carrera como reportero, caracterizándose por una crítica incisiva hacia el Estado, sobre todo desde que fue designado por la cooperativa como director general del periódico Excélsior, en los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
Del último, maliciosamente y en lo oculto, orquestó su destitución bajo argumentos endebles. Ante su inminente salida, reunió a colaboradores suyos, entre los que destacan Miguel Ángel Granados Chapa y Francisco Ortiz Pinchetti para fundar la revista Proceso que vería la luz por primera vez en noviembre de 1976.
Scherer dirigió la revista hasta 1996, 20 años en los que mantuvo una línea crítica con el Gobierno federal y sus diferentes encargados.
Proceso logró consolidarse como un semanario político importante de México, siempre con una línea crítica hacia el Gobierno en los más de 30 años que ha sido publicada.
Visto desde otro enfoque, la revista la tildan de amarillista y de poca credibilidad porque se dice que no está de acuerdo con nada. El 7 de diciembre de 2014, su máquina de escribir Olivetti plasmaría su último artículo, dedicado al entonces recién fallecido compañero y amigo, Vicente Leñero (…).
Desde el presidente Díaz Ordaz hasta Enrique Peña Nieto, ningún presidente, le fue ajeno a Scherer.
Fueron ocho los mandatarios que pasaron por su pluma. Habló con cada uno de ellos, con algunos con más cercanía, pero los confrontó con su voz primero, después, dicen, con su mirada penetrante y finalmente con su arma más poderosa —la pluma—.