Elevadores del IMSS: crisis de infraestructura

Desde el pasado 10 de julio, el tema de los elevadores en las clínicas y los hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dejó en evidencia no sólo un serio problema de operación en la atención de pacientes, también un verdadero peligro de muerte para pacientes, familiares y los propios trabajadores del sistema de salud más grande del país y, por consecuencia, el que ya fue rebasado en su capacidad de atención por la demanda que cubre.

El pasado el 10 de julio, en el hospital general del IMSS en Playa del Carmen perdió la vida Aitana, una niña de 6 años que era atendida por padecer dengue y que fue trasladada en un elevador para continuar su tratamiento, pero que desafortunadamente perdió la vida por una falla en el transportador, que ya había sido reportado por los directivos del hospital y de la delegación del IMSS.

Inicialmente autoridades de justicia detuvieron a un camillero que también resultó lesionado, para encontrar un chivo expiatorio que pudiera distraer la atención del grave y verdadero problema que hay en muchos hospitales y clínicas del Seguro Social en nuestro país.

Después del trágico episodio, salieron a la luz pública las fallas en elevadores de centros de salud del IMSS en estados como Jalisco, Nuevo León, Coahuila, la Ciudad de México y más entidades del país que cuentan con artefactos de la empresa SITRAVEM que ganó una licitación por 181 sistemas que mantienen un contrato de mantenimiento hasta el año 2027 y que fueron comprados en un contrato de 558 millones de pesos.

El director nacional del IMSS, Zoé Robledo, explicó que el contrato no se puede cancelar o modificar por ley y por consecuencia, muchos entendimos, que entonces los problemas continuarán.

En Monclova, recientemente otro elevador colapsó con pacientes y sus familiares que pasaron atrapados al menos 90 minutos para ser rescatados en medio de la angustia, el miedo y encima el calor.

En Saltillo, por lo menos hace un par de semanas no funciona el elevador de la clínica del IMSS número 1 y las fotos y videos de camilleros, doctores, enfermeras y familiares cargando pacientes graves por las escaleras son cada vez más frecuentes.

En Torreón, no solo los elevadores registran fallas, también el sistema de aire acondicionado no funciona correctamente y para pacientes, trabajadores y familiares transcurren jornadas diarias con temperaturas que llegan hasta los 40 grados.

En Monterrey, un grupo de trabajadores de la Clínica 25, uno de los centros de especialidades que cubre la demanda del noreste para estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, salieron a cerrar una avenida en protesta por las fallas en los elevadores y por la falta de aire acondicionado.

La situación no va a mejorar, está claro porque así lo explicó el director nacional del IMSS, que el tema de los elevadores no cambiará y que probablemente los accidentes continuarán. En cuanto al aire acondicionado no declaró nada, en medio de esta estrategia, de no decir nada, para aparentar que no pasa nada, tal y como sucede como en el tema de seguridad nacional que no es abordado por el titular del Poder Ejecutivo.

El problema seguramente va a empeorar durante este y el próximo año porque el Gobierno federal pretende a través del IMSS Bienestar que se ofrezca servicio para ciudadanos que no son derechohabientes y que adolecen de servicio médico público.

Pacientes y trabajadores sufrirán éstas y más consecuencias de la indiferencia y falta de conciencia del Gobierno federal que no tiene en la salud de los mexicanos una prioridad de gobernanza y como dice la biblia, en el Seguro Social vendrán cosas peores.

Autor invitado.

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