Entrevista a Mariana desde Tel Aviv

PARTE II

Señora Mariana, en la primera parte de esta entrevista nos dijo ser universitaria de Saltillo, con maestría en Seguridad y Diplomacia por la Universidad de Tel Aviv y que usted, con su familia, viven en alerta máxima por la guerra entre Israel y Hamás.

Pregunta. Mariana, el pueblo judío padeció por miles de años destierro, cautiverio, diáspora, esclavitud y Holocausto, pero el judaísmo considera a Israel el pueblo escogido de Dios. ¿Usted se convirtió al judaísmo?, ¿guarda usted el Sabbath?, ¿cree en el juicio final de los gentiles en el Valle de Josafat?

Respuesta. No me he convertido a esa respetable religión que se adquiere de nacimiento, ellos no buscan convertir a nadie, mi familia acá apoya mi decisión. No guardamos el Shabbat como dicta el Talmud, pero celebramos con velas el Hanukkah, cantamos himnos del Shabbat y mi esposo hace el Kiddush que es la bendición del vino. Creo en un Juicio Final para judíos y gentiles por igual.

P. Es muy trágica la historia milenaria del pueblo judío. David Ben-Gurión se lo dijo a Jacobo Zabludovski en 1958 recién restablecido el Estado de Israel: «Nosotros anhelamos una humanidad sin armas y en paz, y lo hemos pedido por más de tres mil años». ¿Tiene usted fe en que esa historia trágica tenga un futuro de paz?

R. Me consta que Israel solo busca paz y estabilidad para el Estado judío. Si hay países cristianos y musulmanes, ¿por qué no un Estado judío? Se ha perseguido a los judíos por su raza y religión por muchos siglos y tienen todo el derecho a la tierra del patriarca Abraham, patria que luego defendió el gran rey David del asedio filisteo de la Gaza ancestral. Su tierra les fue arrebatada por milenios y los últimos grandes héroes que recuperaron esta patria como David Ben-Gurión, Haim Weizmann, Golda Meir, Moshé Dayán, entre otros, son toda una inspiración para Israel contra el enemigo. En Israel a los niños los educamos para la paz, lo veo en la escuela de mis hijos donde hay maestros árabes y hay mucho respeto. Cada generación sueña con la paz, aunque al cumplir 18 años cumplen un servicio militar muy estricto, hombres y mujeres, claro, como dice el aforismo latino: Si vis pacem, para bellum, («Si quieres paz, prepárate para la guerra»), así de radical, pero aquí todos anhelamos un futuro de paz, donde ya nunca ululen las terribles alarmas antiaéreas.

P. ¿Y los estudiantes en el extranjero que protestan contra Israel ignoran la verdadera situación?

R. ¡Totalmente! Ellos pueden apoyar al pueblo palestino que también sufre en manos de esa tiranía extrema como es el Talibán en Oriente y Hamás o Hezbolá en Medio Oriente, sembrando terrorismo y odio. La dictadura de Hamás en Gaza ha llevado a los palestinos a una guerra del exterminio a los no creyentes del islam y ese pueblo sufre como los afganos el más absurdo fundamentalismo. Veo las imágenes en manifestaciones donde les preguntan a esos estudiantes si saben el porqué están protestando y muchos lo ignoran. Los palestinos también necesitan ser liberados de fanatismos como Hamás y Hezbolá, este último proiraní, enemigo extremo de los Estados Unidos, donde esos estudiantes protestan. Si revisas los carteles en esas protestas leerás aberraciones como «Intifada», «Muerte a los judíos», «Gas a los judíos», «Hitler tenía razón», etcétera, pero nunca ves las palabras «Reconciliación», «Armonía» o «Paz».

Parte III

Señora Mariana, en la segunda parte de esta entrevista nos ratificó su condición de mexicana y ciudadana de Israel, su amor por México, su valor para defender a su patria adoptiva y la esperanza de paz que anida en su corazón.

P: ¿Podría decirnos el nombre de su esposo e hijos? ¿Y qué mensaje manda a su familia en Saltillo?

R: Mi esposo se llama Daniel, como el profeta hebreo que sobrevivió al foso de los leones en Babilonia, y nuestros hijos son Leo y Ari. Aprovecho para agradecer a mis padres, Jaime Salas y María Milagros Muñiz, y a mi hermano José Jaime por todo su cariño y apoyo, y decirles que aquí nos cuidamos mucho y tenemos el valor para salir adelante.

P: Coahuila es de los estados más pacíficos y seguros de México. ¿Extraña usted Saltillo? ¿Algún mensaje a
sus paisanos?

R: Sí, extraño mucho a mi querido Saltillo que en verdad es una ciudad muy tranquila, muy segura y muy limpia. Cuando mi familia de Israel fue a México para nuestra boda les encantó Saltillo y su gente, en armonía y paz.

P: Mariana, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional pidió detener a los líderes de Hamás y al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. ¿Qué opina usted al respecto?

R: Yo no cuestiono la política de nuestro primer ministro, sólo le digo que Israel no firmó el Estatuto de Roma y, por lo tanto, no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, como tampoco la reconocen países como Estados Unidos, Rusia o China. Una cosa sí le digo, que Israel nunca va a entregar a ningún judío a un tribunal extranjero.

P: Mariana, el «Coro de los Esclavos Hebreos» de la ópera Nabucco nos conmueve, ¿no lo siente suyo, pero con respecto a su añorado Saltillo? «Vuela pensamiento con alas doradas, pósate en las colinas donde exhalan tibios y suaves los aires dulces de mi tierra natal».

R: Hermosa la música de Verdi que acompaña a esa historia del pueblo judío cautivo en Babilonia y el coro refleja el anhelo sionista del judío errante por volver a Jerusalén. Los hebreos cautivos claman por su religión y su libertad. Y le digo que Saltillo siempre será mi tierra prometida, México mi patria, estoy orgullosa de ser mexicana y mis hijos hablan español y dicen que son mitad mexicanos y mitad judíos. Y a través de usted enviamos desde Tel Aviv un fuerte abrazo a los saltillenses. Y mi más sentido pésame a los familiares del mexicano Orión Hernández Radoux, víctima inocente de Hamás.

Señora Mariana, le doy las gracias por esta entrevista y concluyo diciendo que el suscrito, por cinco años consecutivos, guardó el Shabat de manera obligada por estar en un internado en educación secundaria y preparatoria de esa religión. Fui parte de un coro y aún recuerdo los himnos. Nunca supe qué significaban y aún canto uno que se llama «Shalom Javerim». Ahora sé que significa un deseo de paz. ¡Shalom Javerim, Mariana!, que la paz de Dios llegue pronto a ustedes, a Israel, Gaza y el Medio Oriente. Gracias.

Lo imperdonable de AMLO

¡Imperdonable! No hay atenuantes, disculpa ni justificación alguna para el presidente Andrés Manuel López Obrador, ni para su Movimiento de Regeneración Nacional o su Cuarta Transformación, será muy difícil olvidar y perdonar la peor tragedia de este sexenio; que hayan sido asesinados miles de niños y adolescentes, un promedio diario de siete homicidios contra menores de edad, un total de 12 mil 400 niños ejecutados en lo que va de este Gobierno, sin contar las niñas, niños y adolescentes heridos en fuego cruzado o atentados, y sin contabilizar los menores desaparecidos que elevan la cifra de manera escalofriante. Y disculpe usted el tono dramático con el que ha iniciado esta columna, pero lo cierto es que esto es imperdonable, el asesinato de un solo niño es una felonía atroz.

Estremece la nota de Beatriz Guillén en El País (27.05.24), donde informa del hallazgo del cadáver de Javier Modesto, un niño de tres años de edad que acompañaba a sus padres jornaleros en los campos de tomate en Guanajuato. En pobreza extrema desde su nacimiento, sin esperanza alguna de salud, educación o vivienda, el niño aparece en la foto de Alerta Amber, con toda su inocencia y la ternura de una sonrisa. Sus padres lo dejaban bajo un árbol la mayor parte del día de su larga jornada laboral. Apareció muerto a golpes después de algunos días de desaparecido y esto conmueve a cualquiera y más indigna la miseria, el desamparo, la falta de tutela del estado y aún más que AMLO haya cancelado las guarderías que atendían a miles de niños como Javier Modesto. Imperdonable.

La dimensión de este genocidio es irrefutable. Basta citar datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) diciendo que del año 2019 al 2022, en todas las guerras del mundo murieron 12 mil 193 menores de edad, pero en lo que va del sexenio de AMLO, en México han sido asesinados 12 mil 400 niños. Una cifra de espanto que supera a los 12 mil 300 menores muertos a la fecha en la guerra de Gaza.

Cierto es que la seguridad es el gran fracaso de la 4T. Y peor es el asesinato de niños y niñas perpetrado por sicarios a los que AMLO ha empoderado con su estúpida política de abrazos, no balazos. Es imposible combatir a despiadados delincuentes con las virtudes cristianas de un presidente que presume bondad y abnegación, totalmente inocuas contra las virtudes paganas de los criminales que actúan de manera implacable, cruel y sanguinaria.

La impunidad en los homicidios de menores de edad es indignante, el 98 por ciento de los asesinatos quedan sin castigo y el colmo del cinismo: acusar a Israel de genocidio sin mirar el baño de sangre en este sexenio con más de 180 mil asesinatos.

Y el caso más reciente en el edén salvaje del tabasqueño López Obrador: En Paraíso, Tabasco, el adolescente Dante Emiliano, de 12 años de edad, fue asesinado a balazos. Otra vez la nota de Beatriz Guillén de El País (23.05.24) nos conmueve: el menor salió de la casa de su abuela a comprar dulces, tres hombres lo atacaron y el niño sangrando en el piso gritaba: «¡No puedo respirar, no me quiero morir…!». Este es el «paraíso» de AMLO, de Morena y la 4T. Imposible olvidar y mucho menos perdonar.

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