Éramos muchos

Somos muchos. Hace apenas 500 años, las escasas cifras de estadística poblacional de que se disponía, aseguraban que los humanos éramos 500 millones. 300 años después, en 1880, alcanzábamos los mil millones de personas. Luego, tan solo 50 años después, en 1930, doblamos la cifra para llegar a la preocupante cifra de 2 mil millones.

A partir de ahí, todo explotó y en 1975, hace apenas 47 años, 4 mil millones de humanos poblábamos la tierra. Fue entonces que iniciaron los programas de control poblacional que con relativo éxito hicieron un poco más lenta la espiral de crecimiento. Pero un 11 de julio de 1987, solo doce años después, se agregaron mil millones de seres humanos ara llegar a los 5 mil millones. Esto evaporó el relativo éxito de las campañas que buscaban detener el crecimiento demográfico.

Nos tomamos tan a pecho eso del libro del Génesis en su capítulo 1.28 que dice: Creced y multiplicaos, que 80 millones de humanos nacen cada año. Hoy, además de que somos muchos más, vivimos mucho más. En solo 100 años, los mexicanos triplicamos nuestra esperanza de vida. En 1914, nuestra esperanza de vida era de 25.4 años y hoy día, gracias a los avances científicos y hábitos de limpieza, vivimos en promedio 75 años. Pero, aunque las estadísticas dicen que vivimos mucho más, esos años que agregamos, son de baja calidad pues enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras consecuencias de la obesidad, ponen en duda si esos años que hemos agregado a nuestras vidas son años de calidad.

Hoy somos demasiados y todos demandamos todo al mismo tiempo. Y es que una cantidad tan grande de seres humanos, supone un reto global de proporciones inimaginables. Miles de millones de personas demandarán los escasos recursos naturales disponibles como el agua y los alimentos para subsistir. Esto hará aún más difícil la crisis. Tan solo imagine la cantidad de agua necesaria para darnos de beber y los campos que habrá que sembrar para alimentarnos y hágase una idea de la cantidad de petróleo que deberá de extraerse para fabricar el plástico de todas las botellas de agua y otras bebidas que consumimos.

Luego piense en los vehículos contaminantes que se necesitan para movilizar a los miles de millones de humanos que vivimos en el planeta. Además, los hogares en donde vivimos requieren calentarse o enfriarse. Recapacite por un minuto en que estos miles de millones de personas necesitamos de un trabajo digno en actividades productivas que nos den un ingreso. Esas actividades seguramente también serán contaminantes.

Este artículo está motivado por un comunicado de Naciones Unidas que indica que el pasado martes 15 de noviembre, la población mundial alcanzó los 8,000 millones, esto, según el informe Perspectivas de la Población Mundial, que prevé que India superará a China como el país más poblado del mundo en 2023.

Las últimas proyecciones de Naciones Unidas, publicadas con motivo del Día Mundial de Población, sugieren que el número de habitantes del planeta podría llegar a alrededor de 8,500 millones en 2030 y 9,700 millones en 2050. Se proyecta que alcanzará un pico de alrededor de 10,400 millones de personas durante la década de 2080 y que permanecerá en ese nivel hasta 2100.

Somos muchos y el agotamiento de los recursos naturales y el aumento en la esperanza de vida vuelven a este mundo insostenible. Pero cuando terminaba de escribir esto, recordé la nota de un periódico que aseguraba que una mujer de 63 años, madre de cuatro hijos y abuela de siete nietos, había dado a luz a su quinto hijo. A un lado de esa nota, alcanzo a leer otra que dice: «Científicos buscan crear el gen de la inmortalidad»… Genios.

Es editorialista de diversos medios de comunicación, entre ellos Espacio 4, Vanguardia y las revistas Metrópoli y Proyección Empresarial, donde escribe sobres temas culturales, religiosos y de ciencia, tecnología e innovación. Es comentarista del noticiero “Al 100” de la estación de Radio La Reina de FM en Saltillo.

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