Estado bajo acecho

Al asalto reciente de grupos armados presuntamente miembros del Cartel del Noreste en la frontera de Coahuila, donde dos policías fueron abatidos y seis heridos, seguirán otros —más o menos cruentos— debido a la dinámica del delito a escala nacional. El más grave hasta ahora ocurrió en Villa Unión entre el 30 de noviembre y el 4 de diciembre de 2019, mientras el gobernador Miguel Riquelme rendía su segundo informe. El enfrentamiento dejó en este caso 16 muertos: 10 supuestos sicarios, cuatro policías y dos civiles, los cuales habían sido tomados como rehenes junto con otros lugareños. El aviso a las autoridades es que no deben echar las campanas al vuelo, sobre todo en materia de seguridad.

Los traficantes de droga, hoy bajo nuevas denominaciones, tratan de recuperar los territorios y la influencia que ostentaron en la parte media del moreirato (2008-2012). Tal poder les permitió perpetrar las masacres de Allende y Piedras Negras, sembrar terror en La Laguna, desaparecer a centenares o quizá miles de personas, incursionar en negocios como la minería y cubrir el estado de fosas clandestinas. En muchos casos contaron con la complicidad y protección de las autoridades, según declaraciones de testigos en cortes de Texas. El informe «Control… sobre todo el estado de Coahuila» de la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, publicado en los últimos días del Gobierno de Rubén Moreira, brinda detalles y señala responsables.

La movilidad permite de los carteles desplazarse entre sus bases y distintos estados e incluso al exterior. En Coahuila han encontrado resistencia por ahora, mas no dejarán de buscar oportunidades o resquicios para volver a infiltrarse. Los nuevos embates ocurren precisamente cuando Riquelme prepara su salida y al gobernador electo, Manolo Jiménez, le falta todavía cuatro meses para asumir el cargo. Es probable que las organizaciones criminales pretendan ponerlos a prueba en este periodo. En Tamaulipas la violencia repuntó con la llegada al poder de Américo Villarreal (Morena), cuyo sucesor, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, fue acusado de traición por el Cartel del Golfo (Infobae, 30.09.19).

En Nuevo León, el gobernador Samuel García (Movimiento Ciudadano) también fue recibido con una escalada de violencia tras suceder a Jaime Rodríguez (independiente), la cual no ha podido detener. Coahuila se mantiene como el estado más seguro del noreste, pero está bajo el acecho permanente de las bandas de narcotraficantes, como se observa en la frontera. La vecindad con Tamaulipas obliga al Gobierno a estar alerta las 24 horas. En 2019, casi al inicio de la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, los gobernadores de la región formaron un frente contra la delincuencia organizada, pero se desvaneció junto con la Alianza Federalista.

Ninguna entidad puede acorazarse por completo contra el crimen, pues toda estrategia adolecerá siempre de grietas. La retórica oficial y el alud de desplegados de apoyo de organismos laguneros al Gobierno y a la fuerza pública tras los enfrentamientos en la frontera tienen más tintes políticos que propósitos de justicia. El lucimiento lucra con la pena de las familias de los policías caídos, pero es vacuo. La mejor forma de solidarizarse con ellas, de brindarles alivio y de honrar el sacrificio de quienes ofrendaron su vida en defensa del estado, es atender sus necesidades y costearles a sus hijos una carrera.

Teorías conspirativas

La paranoia y la desesperación del Frente Amplio por México (¿o por Claudio?) lo han llevado a elucubrar teorías conspirativas según las cuales el Estado podría tramar un atentado contra la vida de su favorita para la presidencia cual si ya tuvieran el triunfo como en la bolsa. Xóchitl Gálvez, desde esa perspectiva, sería una mártir, mas no de la democracia, sino de los intereses representados por el bloque opositor: la partidocracia tradicional y los grupos de poder resentidos con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, las intenciones de voto efectivas por la carta fuerte del PAN-PRI-PRD (21%) la colocan todavía lejos del primer lugar. La aspirante de Morena mejor posicionada, Claudia Sheinbaum, registra una preferencia del 57%. Marcelo Ebrard, el número dos del partido guinda en la carrera, aventaja a Gálvez por 23 puntos de acuerdo con la encuesta de Enkoll publicada por El País el 25 de julio.

Muchas cosas pueden suceder en los 10 meses y pico que restan para las elecciones, pero el escenario, en circunstancias sociales y políticas normales, difícilmente podría cambiar en ese lapso de tiempo. Para presionar aún más al FAM, López Obrador subió a la pista al gobernador de Nuevo León, Samuel García, y al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas (Movimiento Ciudadano). Ya antes había hecho lo mismo con Xóchilt Gálvez (PAN) y con Manuel Velasco (PVEM). El inconveniente de hacer política de salón es que se aparta de la realidad. Claudio y compañía han despertado en medio del laberinto.

La insinuación de una agresión contra Gálvez es tendenciosa, pues en tal caso cualquiera de los aspirantes podría ser objeto de la insania si se toma en cuenta que en todas las facciones existen exaltados. El amago también resulta demencial, pues más allá de advertir sobre un acontecimiento improbable, parece que se desea sacar astilla sin importar que el país se hunda en el caos. Sugerir que las acusaciones y señalamientos del presidente López Obrador contra sus adversarios incitan a la violencia, y peor aún, responsabilizarlo de «cualquier cosa que ocurra a periodistas independientes, críticos de su Gobierno y aspirantes a encabezar la oposición», como lo hace un grupo de organizaciones abiertamente contrarias a la 4T, plantea una cuestión: ¿dónde están los fanáticos?

No es propio de un jefe de Estado y de Gobierno afrontar a sus detractores y rivales como López Obrador lo hace, pero tampoco un presidente y su proyecto habían generado tanta animadversión. No tanto por su estilo personal de gobernar, sus contradicciones y los fracasos de su administración, sino por haber emprendido la sustitución de un régimen basado en los privilegios para una minoría por otro que, con vicios y virtudes, mira hacia los sectores históricamente desfavorecidos. México era un país polarizado antes del ascenso de AMLO al poder.

El atentado contra Luis Donaldo Colosio, en las presidenciales de 1994, provino el grupo gobernante del cual formaba parte. De pronto, el candidato del PRI que veía «un México con hambre y sed de justicia» pasó a ser un enemigo, un peligro; no para el país, sino para los intereses creados. Un supuesto asesino solitario cambió el curso de la historia y convirtió a Carlos Salinas de Gortari en el villano. Suele suceder que los beneficiarios de las teorías conspirativas son quienes las propalan. Una pesadilla puede llevar a otra peor. Lo más sensato es no jugar con fuego y dejar que la democracia haga su parte.

Espacio 4

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