Proceso, una tribuna necesaria

Gran sorpresa nos llevamos quienes, de manera ininterrumpida, semana por semana, hemos sido sus lectores desde hace 46 años. Procedo a explicarme.

Como puede leerse en la primera página del número 2433, correspondiente al 18 de junio del año en curso, la dirección de la revista Proceso anunció su cambio para convertirse en una publicación mensual a partir de su edición del mes de julio, y no semanal como así acontecía desde su primer número publicado el 6 de noviembre de 1976.

Dicho cambio en la revista que es todo un referente en la vida política del país por ejercer desde su fundación hasta la fecha, un periodismo independiente, crítico del poder y defensor a ultranza de la libertad de expresión, se originó como puede leerse en la primer página del número ya señalado, tanto por los graves perjuicios ocasionados a la empresa y a sus trabajadores debido a «la reproducción ilícita de más de 400 millones de contenidos de nuestro semanario en las últimas décadas», como también por el fenómeno periodístico de la migración de los medios impresos a la era digital, después de la pandemia de la COVID-19.

Los antecedentes de la fundación de este medio de expresión que ahora se renueva con su cambio de periodicidad, se remonta a la época del régimen del entonces presidente Luis Echeverría, quien molesto por las críticas contra su Gobierno enderezadas por la dirección del periódico Excélsior, a cargo de Julio Scherer García, quién no dudo en señalarlo como responsable tanto de los sucesos de la tarde del 2 de octubre de 1968, como del «halconazo» del 10 de junio de 1971, dicho mandatario en un acto que el propio Scherer García llamaría después como «ajuste de cuentas» (edición especial de Proceso 30 aniversario, octubre-diciembre de 2006, página 7-11) orquestó con el poder del aparato del estado, la intromisión en la cooperativa dueña del periódico dirigido desde 1968 por Scherer; injerencia que culminó el 8 de julio de 1976, cuando acompañado de un gran número de sus principales colaboradores, Scherer García se vio obligado a dejar la dirección de Excélsior y abandonar sus instalaciones ubicadas en la Avenida Reforma.

Así y con el apoyo de un gran sector de la opinión pública que condenó tal hecho y de sus compañeros de profesión, Scherer García cuatro meses después, y ante la necesidad que se impuso como profesional del periodismo combativo y crítico que lo caracterizaba de no claudicar ante la embestida del poder presidencial que lo lanzó a la calle, en compañía de Vicente Leñero y Enrique Maza entre otros, fundó Proceso, cuyo primer número se puso en circulación el 6 de noviembre de 1976.

Desde entonces hasta el número 2434, correspondiente al 25 de junio del presente año, cada semana la realidad del país se vio reflejada en sus páginas, gracias a la pluma y trabajo de investigación de sus articulistas, reporteros y colaboradores, para quienes todo suceso de relevancia en la vida política y cultural de país era objeto de su análisis crítico, ejercido siempre con honestidad, respeto y en defensa de la libertad de expresión.

Para quienes, primero como estudiantes y luego ya como profesionistas, fuimos sus primeros lectores que atesoramos y coleccionamos cada uno de sus 2434 números semanales, este cambio de periodicidad a mensual en nada desmerece el gusto por la lectura de este medio que es parte ya de la historia del periodismo en el país.

La situación que actualmente se vive bajo este Gobierno de la llamada 4T, que convierte en enemigos a quienes no piensan igual que su caudillo, obliga que medios de expresión como Proceso, siga haciendo como lo ha sido desde hace ya 46 años, la tribuna necesaria e indispensable para garantizar la libertad y defensa de la democracia en México.

Y a ese papel y rumbo apostamos los que hemos sido sus fieles lectores desde su fundación, haciendo votos por que de este cambio de periodicidad salga fortalecida su tradición de ser uno de los medios periodísticos, que como lo dijera Raquel Tibol, integrante del grupo fundador, su supervivencia sigue siendo tan necesaria en este México necesitado, urgido de justicia y verdades.

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