Estoy cansada de existir,
exhausta de comer,
agotada de llorar,
fatigada de sentir.
Es más fácil dejarme vencer,
no volver a ver ni un amanecer,
decirle por siempre adiós al café,
trazar mis últimas letras
citando un frío y breve adiós.
Mi mente es un peligro
que a veces no domino y
nadie logra ver,
aun cuando me ofrecen su abrigo,
ninguno me quita el frío.
Estoy cansada, cansada de estar cansada.