Hastío

En esas etapas en busca de la libertad perdida, como el fotógrafo que ve todo de la persona que pasa, uno redescubre en sí mismo la pasión por la curiosidad, tal vez por detestar lo cotidiano y por esa lucha por no pertenecer al mundo común y entonces al leer, investigar y preguntar se va interconectando en una red que contiene edades, periodos, mil paisajes e imaginaciones y te vas haciendo de una mirada que penetra con delicadeza en los conflictos internos

No se trata de convertirse en un experto cazador de ideas, sino en ubicarse fuera de su mundanal ruido y vivir en un espacio de ficción, dotado de cierta sensibilidad, sin sello de frivolidad, pero olvidándose de los pasivos, esos que solo se alimentan de sombras. Y decides poner en marcha tu propio resumen de acciones y encuentras el final del sexenio con sucesos que te causan triste sobresalto, como el caso de los 43 y la sobrerrepresentación legislativa.

Y volteas a tus espacios naturales para ver que Columbus ganó la Leagues Cup mientras nuestros equipos ya están en su competencia normal pero no puedes alejarte del ruido y crearte un mundo propio porque te persigue en la MX el fantasma de la irregularidad, tan nuestro. Puebla se despacha al América, los cuadros regios no pueden ganar y Mazatlán revive con Vucetich.

Regresas a Santos Laguna que ahora tiene en venta una nueva idea, esa del «proceso» donde Ambriz se la juega con canteranos en lo que Irarragorri ha llamado «un equipo joven». O sea, ya no es como dijo Manyra Hernández, directora ejecutiva, que en este grupo se ha hecho la inversión más alta de los últimos años, sino una muchachada con algunos jugadores extranjeros que no han funcionado y donde los defensores Núñez y Santamaría se hacen expertos en dotarse de tarjetas amarillas y rojas, con fallos que cuestan goles, por ello apareció y bien, Gio Pérez (18) que viene tocando puertas con Echeverría, Medina, los Carrillo, Luisito Gutiérrez, Valencia, Santi Muñoz, Holguín, Mariscal y otros.

Todo es como un viaje al mundo olvidado, porque ahora se trata de «vender» a todos la idea de que con Aguirre y Márquez zarparemos hacia un punto de ensueño en un velero llamado Libertad, como la canción de José Luis Perales y está claro que los dirigentes, como el que pide tiempo pues quiere olvido, se afanan en abonar con ilusiones una etapa de tensiones y con esa labor de medios todo se vuelve un carrusel mareante para formar y deformar nuestro destino.

Ahora mismo, los futbolistas todos, solo son un producto. El negocio va por delante y así el poder se recrea en el discurso, en el relato que crea ilusión imaginaria y sentimientos. Es como decir: «no dejes que la verdad estropee una buena historia” pero debemos pensar en que vivimos una crisis de liderazgo y que aquello que se nos pide que creamos o percibamos, siempre proviene de un interés económico o político. Ellos se han apoderado del relato completo.

En esa inteligencia narrativa, debemos vernos como permisivos, que el futbol ya no es lo que era porque hoy es alocado e irregular, el futuro nos asusta y el presente nos maltrata y estamos viviendo en las capas de una cebolla, por eso llega un hastío natural con ronda emocional y cansancio y donde nadie ha logrado averiguar de sí mismo, donde es que fue comenzando, entonces tal vez y a merced de un entorno general, mejor sería vivir en un término de ficción.

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