Helicobacter pylori: mito terrorista

Una mujer a quien un año antes le diagnostiqué estreñimiento con retención de excremento hasta de cuatro días y retención de orina de 12 horas, que no podía orinar a pesar de sentir urgencia para tal fin, se presentó con la vejiga dolorosa y palpable hasta la altura del ombligo. La retención de orina era provocada por un cacoma (bola de excremento en el recto) que presionó y bloqueó el esfínter de salida de la vejiga. Estuve a punto de enviarla a un sanatorio para colocación de sonda vesical, pero opté por recomendarle que se tomara medio frasco de un laxante osmótico (lactulosa) de efecto rápido y sugerí que se introdujera un dedo en el recto para extraer el excremento endurecido que actuaba como un tapón doble. Así lo hizo y en 20 minutos logró expulsar el excremento y con ello la vejiga se vació desapareciendo el dolor y evitando la agresión de una sonda vesical.

La volví a ver una semana después de este suceso, recomendé ahora un laxante ablandador de excremento (fibra vegetal), alimentos ricos en fibra como el cereal de avena para prevenir el estreñimiento y sus complicaciones.

Regresó unos ocho meses después deprimida, llorando, al borde del suicidio, con un «bonche» de estudios y recetas pues había consultado a otros colegas quienes solicitaron dos ultrasonidos abdominales, una gastroscopía (endoscopía gástrica) y varios estudios de sangre. Dos de esos estudios, eran los que la tenían aterrorizada: la endoscopía de estómago reportó gastritis crónica, y tres veces le reportaron anticuerpos anti Helicobacter pylori positivos: le informaron que estos estudios eran sugestivos de que podría evolucionar hacia el cáncer de estómago.

Se sentía ya en un lóbrego ataúd.

Los síntomas que ella tenía los ubicaba en estómago y así lo refería: «Siento ardor y dolor en la boca del estómago, siento como “reflujo”, muchos gases y se me distiende el estómago, tengo poco apetito, me ventoseo mucho, ya me han dado dos tratamientos muy caros para la bacteria esa, me cuestan como mil 400 pesos cada uno y muchos medicamentos, llevo meses tomando omeprazol, y otros antiácidos y yo sigo igual, me han recetado no menos de 20 medicamentos, vea las recetas y yo me siento peor, porque no duermo a gusto y tengo mucho miedo al cáncer y ya estoy endrogada, me he gastado más de 40 mil pesos en varios meses y, para lo que gano, es mucho».

Revisé todo y efectivamente recibió varios medicamentos muy buenos y de eficacia reconocida para gastritis, para desalojar gases, para el reflujo y calmantes del dolor y los dos caros tratamientos para Helicobacter pylori que contiene dos antibióticos y un antiácido, pero la paciente no sintió ninguna mejoría. Y puesto que había cumplido las indicaciones y las pruebas de anticuerpos para H pylori seguían siendo positivas, esto era lo que la tenía muy desesperada.

Descubrí con el interrogatorio y exploración clínica que su problema principal era su estreñimiento, del cual ya teníamos antecedentes, y esta era en realidad la causa de sus ya mencionadas molestias, es decir, nada grave, un trastorno funcional del colon (drenaje de nuestro cuerpo) que al retardarse la expulsión de excremento por dos o tres días alteraba el vaciamiento del estómago, causa de la confusión. Un trastorno por demás benigno. Prueba de ello es que, con una explicación simple de su problema y la prescripción de fibra y un calmante del dolor con algunos cambios en hábitos de alimentación y defecación, en 20 días había mejorado en un 80%. De hecho, la depresión había desaparecido casi por completo, sin prescribir medicamentos antidepresivos. La mejoría en realidad, se debió no tanto al par de medicamentos, sino que con algo de mi experiencia y de información teórica actualizada, le hice ver que las posibilidades de un cáncer de estómago se reducían al mínimo.

Y mis puntos de vista de acuerdo con mi limitada experiencia los avalé con alguna información confiable.

Por ejemplo, en este enlace:

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007501.htm

Se reporta: «Los exámenes de sangre se usan para medir los anticuerpos contra H pylori. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario del cuerpo cuando este detecta sustancias dañinas como las bacterias. Los exámenes de sangre para H pylori solo pueden decir si el cuerpo tiene anticuerpos con esta bacteria. No pueden determinar si usted tiene una infección actual o por cuánto tiempo la ha tenido. Esto se debe a que el examen sigue siendo positivo durante años aun cuando la infección se haya curado. En consecuencia, los exámenes de sangre no se pueden usar para ver si la infección se ha curado después del tratamiento».

En otras palabras: la presencia de anticuerpos en esta persona sugiere que en realidad tiene defensas, tiene protección en contra de H pylori, tiene memoria inmunológica lo que en cierto modo garantiza que esa bacteria no es la causa de sus molestias y que no hay posibilidades de desarrollar cáncer.

En este enlace encontré lo siguiente:

https://pesquisa.bvsalud.org/gim/resource/fr/lil-675019

«Se cree que la infección por Helicobacter pylori se asocia con la aparición de cáncer gástrico. De hecho, varios estudios han postulado, y supuestamente demostrado esta asociación. Desafortunadamente, muchos de estos estudios han arrojado resultados contradictorios. Al parecer, en algunas ocasiones existe una asociación sólida, pero en otras oportunidades no queda claro si esto es así. Al menos el 50% de todos los estudios destinados a demostrar esta asociación han observado una asociación negativa entre esta bacteria y el cáncer gástrico. Incluso aquellos que han logrado resultados con asociación positiva no son reproducibles, lo que sugiere una falta de congruencia. Los experimentos que se han realizado en animales para establecer un vínculo claro entre la infección y el cáncer gástrico no han sido muy exitosos. Por ende, en la actualidad, Helicobacter pylori no parece tener una asociación de tipo causa y efecto con el cáncer gástrico. Creemos que la clasificación de este patógeno por la AIIC en 1994 dentro del grupo de los carcinógenos humanos del grupo 1 fue prematura, y que se justifica realizar una reclasificación de esta bacteria en una categoría más apropiada, debido a la falta de pruebas firmes».

Lo que sí es cierto es que a partir de 1994 esta bacteria empeoró la calidad de vida de los enfermos al ser sometidos a estudios de detección de esta bacteria incluyendo biopsias de estómago a un costo económico alto con pérdidas de vidas humanas por perforaciones gástricas mortales durante las tomas de biopsias.

Me consta…. Continuará.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

Deja un comentario