El desenlace, a mediados del pasado mes de diciembre, de la disputa interna en Morena para definir a su candidato a gobernador de Coahuila resultó, por así decirlo, un tanto inesperado.
Muchos supusieron que sería ungido candidato por Morena el entonces subsecretario federal de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja. Así parecían indicarlo varias pistas que se veían como definitivas. Entre otras, el uso por el aspirante de un lenguaje pendenciero y estridente, muy en la línea del utilizado por López Obrador, así como sus frecuentes recorridos de fines de semana por el estado, en abierta labor proselitista, a veces trasladado en aviones oficiales, según en su momento informó la prensa.
Otros datos que alimentaron esa suposición consistieron en la contratación de más de un centenar de anuncios espectaculares, en los que el aspirante hizo poner su imagen; la realización de actos multitudinarios, cuya organización es costosa; su frecuente aparición en las mañaneras al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien varias veces hizo comentarios favorables a su labor como subsecretario de Seguridad Pública.
Todo para finalmente ser descartado, desechado, es decir, no postulado candidato de Morena a gobernador de Coahuila. ¿Qué fue lo que pasó? En lo inmediato un berrinche del frustrado aspirante, luego su postulación por el PT, y a continuación la renuncia al cargo de subsecretario para enseguida marcharse «sin decir adiós», según se quejó el propio AMLO.
Aunque aún no se ha abierto el registro de candidatos a gobernador de Coahuila, se sabe de cierto que serán cuatro, como sigue: Manolo Jiménez por la alianza PAN-PRI-PRD, Armando Guadiana por Morena, Mejía Berdeja por el PT y Lenin Pérez por la coalición UDC-PVEM.
Antes de iniciar la campaña electoral, que arranca el próximo 2 de abril, ¿cómo está posicionado cada uno de estos cuatro candidatos según las encuestas?
En nota publicada en El Siglo de Torreón, Fabiola P. Canedo presenta los resultados de diez sondeos que se conocen sobre intención de voto, levantados en febrero, por las siguientes casas encuestadoras: Massive Caller, GoberARTE, La Encuesta, CE Research, De las Heras y Demotecnia, Electoralia, Rubrum, Gii360, Encuestas México y Cripeso. Se hace notar que en esta lista no figuran las tres más reconocidas firmas especializadas en este tipo de ejercicios, y tampoco los sondeos propios, considerados serios, que suelen realizar dos diarios capitalinos.
Respecto de los resultados de la mencionada decena de encuestas, llaman la atención dos cosas. La primera, que cómodamente encabeza la preferencia entre los votantes en nueve de las diez encuestas (salvo en la de GoberARTE), el candidato de la coalición PAN-PRI-PRD, con porcentajes que van entre 31.7 y 48.0%.
Y la segunda, en notorio contraste, que los otros tres candidatos suman en conjunto, también en nueve de las diez encuestas (con la excepción de Encuestas México), porcentajes de intención de voto superiores a los de Manolo Jiménez, sumas que van entre 41.6 y 57.0%.
El promedio simple de las diez encuestas arroja 40.3 por ciento de preferencia electoral para Manolo Jiménez y 49.3 lo que suman los otros tres candidatos. La diferencia de nueve puntos es significativa.
Cabe hacer notar que los tres candidatos (de Morena, PT y UDC-PVEM) se ostentan como de izquierda, se declaran seguidores de López Obrador y afines a la llamada 4T.
Se aventura una hipótesis: El lopezobradorismo, por mero y calculador pragmatismo, resolvió posponer su decisión final sobre su candidato a gobernador de Coahuila para los últimos días de la campaña. Previa evaluación del curso de ésta, en un acto efectista, multitudinario y con dramática convocatoria a la unidad, harán declinar a dos de los tres candidatos para apoyar a uno solo. ¿A cuál? Al que diga AMLO, el caudillo. Habrá que estar pendientes de los demás elementos de esta probable estrategia, para ir previendo el antídoto.