Imagina que estás despierta y sin rasguños.
Imagina que es domingo y eres feliz
y la calle es blanca para que vueles hacia un lugar soñado.
Imagínate feliz en playas sin gasolina,
ni lunes acorralados, imagínate
conduciendo sin preguntas.
Entonces corres a sus brazos y los dos se perdonan,
como si os pareciera una historia narrada en tercera persona,
por irreal y por bella.
Imagina que os dais cuenta
de que intentar llevar la razón te quita la paz.
E imagínate que hacéis el amor en cualquier parque
porque la vida así lo pide
y queda a cien metros la casa
y eso es demasiado esperar.
Y ya puestos a elegir
imagina que ese tipo soy yo
que esta página es mi mano
que estas letras son mi voz bajando por tu cuello.
Imagina también que somos otros
porque nos tocamos y todo cambia
y que todo aquel dolor era solo
la antesala de esta vida nueva.
Tal vez así podamos volver a estar juntos
en algún otro lugar y no solo en este poema.