Kamala, tras los pasos de Sheinbaum; EUA, a un paso de tener presidenta

El cara a cara del próximo 10 de septiembre, crucial para detener a Trump en su aspiración de regresar a la Casa Blanca. La mexicana tomará posesión el 1 de octubre con un gabinete dominado por mujeres y mayoría calificada en el Congreso. Los poderes fácticos se alinean con la sucesora de AMLO

López Obrador, el presidente que llegó del sur

Reparto de «pluris», la última batalla perdida

La presidencia de Claudia Sheinbaum será de por sí un hito, pero que una mujer despache al mismo tiempo en la Oficina Oval de la Casa Blanca cambiaría la historia. Kamala Harris diluyó el furor por el atentado contra Donald Trump, el 13 de julio en Pensilvania, el cual, aún con Joe Biden en la carrera presidencial, parecía haberlo catapultado de nuevo al pináculo del poder. El entusiasmo está hoy del lado del Partido Demócrata y no del Republicano. La vicepresidenta aventaja por cinco puntos a Trump en la intención de voto (50-45%), según la encuesta de ABC/News/Washington Post/Ipsos difundida el 18 de agosto. En estados clave como Wisconsin, Pensilvania y Michigan, Harris está por encima de su rival; y en otros, igualmente decisivos, lo empata.

Sheinbaum y Harris representan a partidos de ideología socialdemócrata y posición de izquierda y centroizquierda, respectivamente. Si la exfiscal de California triunfa en las elecciones del 5 de noviembre podría ocurrir un mayor entendimiento entre Estados Unidos y México. Trump ahondaría las tensiones y los conflictos en temas sensibles como la migración, el narcotráfico y el comercio. El ánimo de los estadounidenses, en particular de las minorías raciales, cambió con Harris. El candidato republicano es percibido como una amenaza para la democracia, no solo de su país, sino del mundo. Cuando la ética y la moral guiaban la política de EE. UU., un aspirante como Trump era impensable.

«Trump abusa de las mujeres, presume de ello y les quita sus derechos. En NY estamos hartos de eso. Por eso huyó a Mar-A-Lago. Perdónanos, Florida».

(Kathy Hochul, gobernadora de Nueva York, Reforma, 20.08.24)

Harris concilió a las distintas corrientes del Partido Demócrata, antes dispersas. Cuenta con el apoyo de figuras relevantes de izquierda como el senador Bernie Sanders (exmiembro de la Liga Socialista de la Juventud y alcalde de Burlington en los años ochenta), quien disputó a Hillary Clinton y a Joe Biden la nominación para las elecciones de 2016 y 2020. La compañía de Bill Clinton y Barack Obama, dos de los presidentes más populares, puede ser fundamental. Obama tardó en pronunciarse, pues su esposa Michelle era una de las cartas fuertes para relevar a Biden en la candidatura, pero una vez definido el panorama, llamó a la acción.

La moral entre los simpatizantes de la exsenadora está por todo lo alto, mientras la del bando republicano empieza a flaquear. Harris eligió mejor a su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, que Trump al suyo, JD Vance, cuyo paso de detractor a panegirista del magnate inmobiliario es mal visto por la opinión pública. El próximo debate entre los presidenciables puede ser crucial. El 27 de junio Trump tuvo siempre a Biden contra las cuerdas, y a la postre lo obligó a abandonar la contienda. Sin embargo, el 10 de septiembre las cosas serán diferentes. El viento sopla a favor de Harris, cuyo desafío consiste en colocarse por encima de Trump y demostrar que sus propuestas son las más convenientes para Estados Unidos. De paso podría vengar a Hillary Clinton y la legión de mujeres víctimas de la iracundia, la mendacidad y la insolencia del expresidente.

«Cuando un muro cae para una de nosotras, cae para todas, porque despeja el camino para el resto», declaró Clinton en la Convención Nacional del Partido Demócrata. «Me gustaría que mi madre y la madre de Kamala nos pudieran ver», añoró la secretaria de Estado que hizo salir de sus casillas al presidente ruso Vladimir Putin. Alexandria Ocasio-Cortez, uno de los rostros jóvenes de los demócratas, identificada con Bernie Sanders, y también objeto de racismo y misoginia, denunció la agresión de los republicanos desde su elección como miembro de la Cámara de Representantes en 2019. Cuando le recuerdan su pasado como empleada de un bar y de una taquería, con el fin de herir su dignidad, replica: «(Volvería) feliz, porque no tiene nada de malo trabajar para ganarse la vida». La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, retrata a Trump en doce palabras: «(…) abusa de las mujeres, presume de ello y les quita sus derechos. En NY estamos hartos de eso. Por eso huyó a Mar-A-Lago. Perdónanos, Florida» (Reforma, 20.08.24).

Sheinbaum y Kamala harían sin duda una buena mancuerna.

La 4T, reforzada

Todo el mundo se ha alineado: banqueros, empresarios, medios de comunicación, gobernadores, iglesias; y quienes no, ejercen el derecho a la crítica y a la disensión como en cualquier democracia. Claudia Sheinbaum se convertirá, a partir del 1 de octubre, en la primera presidenta de un país donde la mujer, siete décadas después de haber votado por primera vez, todavía es objeto de violencia, escarnio y discriminación. Igual que Dilma Rousseff sucedió en el Gobierno de Brasil a su carismático mentor de izquierdas Luiz Inácio Lula da Silva, la mexicana relevará al suyo: Andrés Manuel López Obrador. La legitimidad de Sheinbaum, obtenida en las urnas, le brinda —como a AMLO— libertad e independencia con respecto a los grupos de presión. En el río revuelto de las elecciones fraudulentas del pasado, cada cual recibía su tajada: cotos de poder, concesiones, contratos, privilegios fiscales, laxitud de la justicia. Las mayorías eran excluidas.

El sistema se debilitó conforme la ciudadanía se concienciaba y tomaba las calles para demandar igualdad, respeto a sus derechos y voto efectivo. Los presidentes cometieron el error de ceder poder a las élites para conservar el control político en vez de escuchar a la sociedad. Los partidos de izquierda jugaron un papel importante en la transición, pero apenas cobraban fuerza eran reprimidos. Los muros se fracturaron en 2006, cuando el Instituto Federal Electoral (IFE) dio luz verde a Felipe Calderón para ocupar la presidencia luego de un proceso desaseado y una ventaja de solo 0.56 por ciento. Doce años después de haber encabezado las protestas por el fraude, cuyo lema de «voto por voto y casilla por casilla» marcó al país, López Obrador se cruzaría la banda presidencial tejida con 30 millones de sufragios.

El cambio de régimen prometido por AMLO en tres campañas y recorridos por el país, bajo la bandera de la Cuarta Transformación, empezó con su discurso inaugural. Claudia Sheinbaum continuará el proyecto apoyada por una base social amplia y casi 36 millones de votos. La mayoría calificada en el Congreso y el control de 27 legislaturas locales le permitirán avanzar su agenda progresista. Los 24 gobernadores de Morena le darán a la presidenta una fuerza con la cual AMLO no contó al iniciar su mandato. En esa tesitura, los ocho mandatarios del PAN, Movimiento Ciudadano y PRI no representan riesgo alguno. Un predominio así no se observaba desde la hegemonía priista.

Los grupos de interés tienen claro el panorama y han preferido adaptarse a la nueva realidad política. Afrontar a Sheinbaum, como lo hicieron con López Obrador, sin resultado alguno, afectaría sus negocios y los expondría a nuevos fracasos. En México, Brasil, Colombia, Chile y Uruguay el ascenso de las izquierdas al poder lo preceden luchas largas y penosas, libradas desde el siglo pasado por trabajadores, campesinos, estudiantes y las clases medias. Líderes, artistas, académicos y periodistas de esa corriente sufrieron persecución, tortura e incluso muerte. Los movimientos de ferrocarrileros, electricistas, profesores, médicos y universitarios, para exigir democracia, justicia y mejores condiciones de vida, fueron sofocados por el Estado con el pretexto de combatir el comunismo. La derecha, cobijada por el PAN y el PRI, ganó la partida, pero frente a la soberbia, la insensibilidad y la indiferencia por los desfavorecidos surgió un partido que se convertiría en el catalizador del cambio: Morena.

Poder femenino

El próximo gabinete tendrá también, por primera vez, mayoría femenina. La paridad casi se alcanzó en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero en el de Claudia Sheinbaum la relación será 10/9. Las posiciones clave las volverán a ocupar mujeres: Gobernación, Bienestar, Energía, Función Pública, además de las de Ciencia, Cultura y de las Mujeres, elevadas a rango de secretarías de Estado. Asimismo estarán al frente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la consejería Jurídica de la Presidencia. Los titulares de Hacienda, Economía y Seguridad serán varones.

Los Gobiernos de la 4T no solo han incorporado y asignado cargos de alta responsabilidad al mayor número de mujeres. También rompieron el paradigma de las barbies (jóvenes, estilizadas y atractivas, que prestan mucha atención a su aspecto y a su indumentaria, Diccionario de la Lengua Española) cuyo fenotipo, en general, no corresponde al mestizo. El PRI, el PAN y otros partidos las tienen en las estructuras de Gobierno y en los congresos. Morena abrió las puertas a mujeres de tez oscura, estatura media o baja e incluso pasadas de peso, pero con grados académicos y experiencia en sus esferas respectivas. Ninguna de esas características las demerita ni influye en su rendimiento, sin excluir a su antítesis: las barbies.

Un ejemplo es el de Raquel Buenrostro. Como titular del Sistema de Administración Tributaria (SAT), de 2020 a 2022, la recaudación de grandes contribuyentes —sin incluir a Pemex— ascendió a 541 mil 682 millones de pesos, equivalente al 86% del total captado en el sexenio de Enrique Peña Nieto (630,784 mdp). Los ingresos en el mismo sector aumentaron 20.7% entre enero y junio de 2022 con respecto al mismo lapso de 2021. «Se terminó con la práctica de la evasión fiscal, y sobre todo de la condonación de los impuestos a los altos personajes de empresas, bancos, a los potentados, que no pagaban impuestos. Ya no hay condonación de impuestos», declaró el presidente en la celebración de los 25 años del SAT (4.07.22).

Ya como secretaria de Economía, cargo que ocupa desde finales de 2022, Buenrostro denunció las maniobras del «cartel farmacéutico» para provocar escasez de medicamentos en el IMSS y el ISSSTE. «No nos quieren vender (…), seguimos buscando, la industria está molesta». El 90% del medicamento oncológico genérico del país lo acapara una empresa (Eje Central, 06.01.24). Licenciada en Matemáticas por la UNAM y maestra en economía por el Colegio de México, Buenrostro será la futura secretaria de la Función Pública.

Sobre «quién es quién en el gabinete de Claudia Sheinbaum», el diario El País la describe como «una de las funcionarias con más influencia en el sexenio de López Obrador a base de lealtad y resultados. Primero fue la guardiana de la austeridad, luego la gran recaudadora al frente del SAT y los últimos dos años le tocó cerrar las heridas comerciales con EE. UU. desde la secretaría de Economía. Cuenta con una trayectoria de más de 28 años en la administración pública, que empezó de la mano de su maestro, Carlos Urzúa, como directora de Política Fiscal del entonces Distrito Federal durante el mandato de López Obrador».

La mayor crítica a Buenrostro, por ahora, la generó su arribo en crocs al aeropuerto de Nueva Delhi, el 9 de septiembre pasado, después de un vuelo de 24 horas, para participar en la cumbre del G-20 en representación de AMLO. Previamente, su predecesora en Economía, Tatiana Clouthier, había sido objeto de burla por vestir con falda en una reunión con su homóloga, Gina Raimondo, celebrada en Washington, para revisar temas relacionados con el T-MEC. Las barbies son para las pasarelas. E4


López Obrador, el presidente que llegó del sur

El tabasqueño es la antítesis de los mandatarios surgidos del centro, como Salinas de Gortari, y la némesis de los grupos de poder que antes lo ignoraron

La estrategia de ignorar los atributos de Andrés Manuel López Obrador y su ascendencia entre los sectores populares, para presentarlo como un político cerril y un «peligro para México», seguida durante más de una década por las élites, los medios de comunicación, la «comentocracia» y los intelectuales de derecha, redundó en su beneficio, pues en lugar de anularlo le abrieron las puertas de Palacio Nacional. AMLO persistió como nadie en el propósito de ser presidente. Actuó a la vista de todos, no en la clandestinidad ni en la montaña, refugio de la guerrilla. Su carrera la hizo a ras de tierra, no en los pasillos del poder, sin el padrinazgo de clanes políticos ni financieros.

Carlos Salinas de Gortari representa la otra cara de la moneda. Cuando el PRI lo destapó en 1988, en medio de la crisis provocada por la escisión de la corriente de izquierda comandada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, a la cual pertenecía López Obrador, el candidato, exultante, se dirigió a su padre, Raúl Salinas Lozano, y le dijo: «Nos tardamos 25 años, pero llegamos». En la sucesión de 1958, el presidente Adolfo López Mateos se decantó por el secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz. El resto de los aspirantes quedó en limbo, entre ellos el titular de Industria y Comercio, Salinas Lozano.

López Obrador es el primer presidente del sur/sureste después de la Revolución. Su estilo desconcertó desde un principio a la clase política y a los grupos de poder, habituados al trato artificioso y ampuloso con los mandatarios emanados del centro (Ciudad de México, Puebla y Estado de México). Carlos A. Madrazo, el Ciclón del Sureste, paisano de AMLO, quiso democratizar al PRI y suceder a Díaz Ordaz. No pudo, pues el 4 de junio de 1969 el Boeing 727X-SEC de Mexicana de Aviación en que viajaba se estrelló en la Serranía del Frayle, antes de aterrizar en Monterrey. Luis Donaldo Colosio, otro candidato incómodo para la nomenklatura, fue asesinado después de un mitin en Tijuana.

Leticia Bonifaz Alonzo, exdirectora de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dice en El presidente que llegó del sur: «López Obrador es un tabasqueño orgulloso de sus orígenes. Desde la primera campaña presidencial conectó con los suyos, las personas que habitan los lugares que registran el mayor atraso y las mayores brechas de desigualdad. La novedad en la elección reciente (2018) fue la fuerza que tomó en el norte, ese norte que tiene reclamos diferentes, pero que se suma al anhelo de un México en paz. El presidente que llegó del sur nació y creció en el estado más verde de la república, en el más líquido por la desembocadura del Grijalva y el Usumacinta. Ese hecho le hace tener una visión distinta del país, la cual se ha enriquecido con las múltiples giras por todo el territorio nacional a ras de suelo» (El Universal, 18.08.18».

—La política, apunta Bonifaz, se les da a los tabasqueños de manera natural —dicho por ellos— debido a que el calor los expulsa de las casas al fresco de las calles y las plazas. La gente de Tabasco pasa el mayor tiempo en el espacio público hablando en público. Andrés Manuel tuvo ese patrón de vida y se nota». Ese es el AMLO que sus adversarios y las élites no quisieron ver y se obstinaron en ignorar. Sin embargo, la mayoría lo escuchó, le prestó atención y lo llevó a la presidencia, donde se convirtió en el némesis de los poderosos. E4


Reparto de «pluris», la última batalla perdida

El bloque opositor dedicó seis años a combatir al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en vez de atraer a los votantes; hoy paga las consecuencias

Los partidos de oposición, los poderes fácticos y la prensa bajo su órbita perdieron seis años en pulsear con AMLO y de apostar, todavía sin éxito, al fracaso de su Gobierno. El tiempo pudieron haberlo invertido en generar nuevos cuadros políticos, candidatos competitivos y un plan alternativo al de Morena, pero también al seguido por el PRI y el PAN en las últimas décadas. Después de perder el 2 de junio, presionaron a la presidenta electa Claudia Sheinbaum para distanciarse de Andrés Manuel López Obrador, quien entregará el cargo el 1 de octubre próximo. El propósito era obvio: romper el tándem para debilitar el movimiento liderado por Morena y recuperar influencia. La fórmula reprodujo el fracaso de los intentos repetidos a lo largo del sexenio para detener el cambio de régimen puesto en marcha por AMLO.

Sheinbaum trazó la ruta de su Gobierno en la ceremonia donde recibió la constancia de presidenta electa: «(…) la mayoría de los ciudadanos, no quieren que regresen los Gobiernos al servicio de unos cuantos, o la prepotencia, o el influyentismo; no quieren que regresen ni la corrupción, ni los privilegios. (…) El mandato es claro: continuar y avanzar la Cuarta Transformación de la vida pública, la que inició en 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador. (…) contrario a quienes piensan que la libertad solo está en el mercado, pienso que (…) no hay libertad plena cuando no hay bienestar y derechos. (…) es falsa la libertad del que debe cruzar kilómetros para migrar por pobreza; también es falsa la libertad del poder de compra con un salario de hambre; o la libertad de acabar con este planeta».

AMLO declaró sentirse satisfecho, con la conciencia del deber cumplido, tranquilo porque entregará la banda presidencial a «una mujer excepcional» y por la inauguración de una nueva etapa para el país. «No es solo el hecho de que haya triunfado una mujer (…) fundadora del movimiento de transformación, (…) esto va más allá de intereses, de grupos, de partidos. Claudia es una mujer preparada, sensible, honrada; es lo mejor que le pudo pasar a nuestro querido México», expresó el 15 de agosto en rueda de prensa. No hay ruptura. Habrá cambio de estafeta, de género y de estilo de gobernar, mas no de proyecto. Con un respaldo del 60% en las urnas, es impensable. El PAN y el PRI tampoco variaron el suyo.

Los grupos de interés hicieron un último movimiento para ganar poder: presionaron al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para restarle diputados y senadores plurinominales a los partidos de la 4T y dárselos a los de la alianza Fuerza y Corazón por México Historia (PRI-PAN-PRD) con el argumento de la sobrerrepresentación. La intención era que el partido gobernante tuviera mayoría calificada en ambas cámaras. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió respetar «tanto la letra como el espíritu de las leyes. Esto implica evitar una “injusta” sobrerrepresentación de algunas fuerzas políticas (Morena-PT-Verde). (…) la Constitución ha establecido un equilibrio (…). La democracia debe ser real y no solo formal. (…) Debemos evitar caer en legalismos que traicionen los motivos que dieron origen a dichas legislaciones, pues esto debilitaría nuestra democracia».

El Consejo Coordinador Empresarial (CEE), adverso también a la 4T, demandó al INE y al TEPJF preservar «los equilibrios democráticos, el respeto al voto popular y, por ende, la representación política del país. Ese es el espíritu que (…) debe prevalecer de cara a la asignación y a los topes de sobrerrepresentación». El presidente López Obrador denunció en la mañanera del 19 de agosto que la exigencia de la cúpula patronal equivalía «a violar la Constitución». El CCE representa «a los más afortunados de México», su actitud «es completamente inmoral (…), no ayuda a limpiar de corrupción al país (…) no dan la cara, pero son quienes tienen a su servicio a ministros (de la Corte) para que no paguen impuestos (…) para tener un poder judicial que esté al servicio de una minoría rapaz (…) y no al servicio de todo el pueblo». Al final, las autoridades electorales distribuyeron las diputaciones y senadurías plurinominales conforme a los votos obtenidos por cada partido y no por coalición. La alianza «Sigamos haciendo historia» tendrá, pues, mayoría calificada en la Cámara de Diputados y también está cerca de conseguirla en el Senado. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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