A días de la elección, lo que habrá de ocurrir en los comicios para elegir diputados es objeto de debate. Lo más importante para el país y la democracia es la integración de la Cámara. Para el gobierno es necesario obtener la mayoría absoluta. En el contexto de ahora, el regreso de la pluralidad a la Cámara abre espacio de contención al abuso del poder.
Como elector, los comicios para legislador tienen menos relevancia que los de alcalde o gobernador. Al descrédito de los legisladores contribuye, también, que las autoridades municipales, alcaldías y gobiernos estatales inciden mayormente en la vida de las personas. Toda vez que el voto diferenciado es muy bajo, la definición sobre la elección de diputados provendría de lo que sucedería en los comicios locales, espacio natural para la competencia y la alternancia.
Las encuestas recientes quizá no sean precisas, pero sí dan idea clara de las tendencias. Tal como ha sucedido en elecciones intermedias, conforme se aproximan los comicios disminuye la adhesión al partido gobernante. Llama la atención que, en todas las elecciones locales, la tendencia de Morena es a la baja. Lo mismo ocurre con elecciones de gobernador y las de presidente municipal. Seguramente algo parecido debería estar presentándose en Ciudad de México.
El seguimiento de la tendencia hace pensable que el porcentaje de votos del partido gobernante rondará 35%, casi 10 puntos menos que el pronóstico de casas encuestadoras. Sin embargo, la incógnita mayor está en los triunfos distritales. Un porcentaje de ese orden supone que la ventaja estaría en menos de 140 distritos y, de seguir así, 110. Morena, en el mejor de los casos, tendría 210 diputados, en el peor, 180.
Los triunfos distritales del PVEM y MC se volverían clave. El primero no llegaría a más de 12 distritos, con 12 diputados de representación obtendría 24 representantes. MC podría ser el gran triunfador de la jornada con más de 25 triunfos en las zonas metropolitanas de Guadalajara, Monterrey y oriente de Ciudad de México y hasta 22 diputados de representación, 47 en total. En las condiciones que se perfilan, MC sería el partido bisagra en el nuevo mapa de poder de la Cámara de Diputados.
Es preciso analizar la integración de la Cámara de Diputados. Las encuestas divulgadas conducen al error. No es tema menor, ya que esto abonaría al argumento falaz de que Morena fue indebidamente despojado de su mayoría, tesis previsible en la narrativa presidencial.
Queda a la vista que las elecciones locales no serán día de campo para quien hasta hace unos meses se ubicaba como seguro ganador. Si no lo fuera en las locales, ¿por qué sí habría de serlo en la elección de diputados?
Ciro
Por un periodista hablan sus actos, palabras y hechos. Ciro Gómez Leyva, como todos los buenos profesionales de medios, de siempre ha resultado incómodo al poder. Su estilo lo hace escrupulosos y siempre con un sentido de ofrecer información veraz y opinión honesta, con esfuerzo de apego a la verdad. Eso le abona éxito, respeto y reconocimiento de propios y ajenos.
El presidente López Obrador, una vez más, a partir de la difamación ataca a un periodista y a varios medios. Los inversionistas en medios nacionales no llevan su agenda a la mesa editorial, menos con un periodista de la integridad de Gómez Leyva. Su amplia libertad editorial es la base de su presencia en televisión y radio, razón de su credibilidad.
Ha faltado sentido de cuerpo en el periodismo mexicano ante los ataques del poder, cada vez más arteros, intimidantes y perniciosos. ¿Culpa, miedo, esqueletos en el clóset o malentendida competencia? Por eso el abuso reiterado del presidente. Una conducta intolerante a la libertad de expresión, pero también ilegal y contraria a los valores de la izquierda democrática que pregona. Debe quedar claro, AMLO no goza de libertad de expresión ni de derecho de réplica, solo los ciudadanos. El presidente tiene responsabilidades y obligaciones que, queda claro, rehúsa observar.
Debe preocupar el futuro inmediato del país. El presidente ha escalado en su ofensiva hacia las instituciones y principios que conducen de manera civilizada la competencia y norman el ejercicio del poder. El desdén por la ley crece con la intimidación como moneda de curso corriente en la 4T.
El resultado electoral adverso desquiciará a quien no quiere entender y asumir la realidad. Su intromisión en la elección y el persistente amedrentamiento al INE, al Tribunal Electoral y a los medios evidencian regresión política. Volverá la pluralidad que acompañó a la transición democrática. Esto hará la política mucho más compleja y demandará destrezas que en el pasado reemplazó el chantaje, la cooptación y corrupción. La oposición formal encara un reto monumental, un traje que posiblemente le quede pequeño.
Por esta razón hoy más que siempre es necesaria la crítica independiente, el rigor de análisis y un sentido de reflexión editorial al margen de la soberbia o de los desplantes de falsa grandilocuencia. No se trata de hacer la labor de los partidos. Afortunadamente, hay muchas voces en medios, señaladamente Ciro Gómez Leyva y muchos colegas en Milenio y otros proyectos, que dignifican y dan sentido al buen ejercicio del periodismo nacional, sustento de una sociedad activa e informada.