La reina se marcha, God save the King

La labor desarrollada por Isabel II demuestra que la integridad de los mandatarios sobresale por encima de las doctrinas y los sistemas políticos. Su hijo y sucesor, Carlos III, la tiene difícil para continuar el legado que le heredó su madre

Curiosidades

Tipos de monarquía

La conmoción generada por la muerte de la reina Isabel II evidencia el excelente trabajo que logró desarrollar durante 70 años al frente de los 54 países miembros de la Mancomunidad de Naciones. Hoy, cuando las monarquías se hallan en plena decadencia y es incluso mal vista por la mayoría de las naciones que apuestan por un sistema democrático, la figura de Isabel II descuella por su sobriedad, buen tino diplomático y seguridad a la hora de plantear soluciones a conflictos a pesar de que, en términos de Gobierno, sus poderes no alcanzaban la toma de decisiones, mas sí el consejo adecuado que siempre escuchó el mandatario de turno.

Su muerte, el 8 de septiembre, a los 96 años de vida, obliga a su hijo y sucesor, Carlos III, a seguir una trayectoria que, si bien tuvo sus errores —¿cuál no?— a la postre deja un saldo positivo y es merecedora de elogios.

Paz y estabilidad

Los mayores logros obtenidos por Isabel II durante su reinado están asociados a la conservación de la paz y la estabilidad en la mayoría de los territorios ocupados por la Corona. En Irlanda del Norte y la Commonwealth, conocidos por sus conatos de violencia, garantizó la estabilidad y la continuidad de las políticas públicas desde el inicio de su reinado.

De igual modo fue capaz de irse acoplando a los nuevos tiempos. Con el auge de los medios de comunicación rompió el hermetismo que cubría a la familia real y permitió mayor acceso a la prensa, con lo cual logró que los integrantes de la monarquía se convirtieran en figuras públicas mucho más populares.

Otro triunfo diplomático muy celebrado fue la reanudación de las relaciones con la Corona española, a pesar de la distancia que mantuvo con Juan Carlos I y la reina Sofía.

«Me he comprometido sinceramente a su servicio, como muchos de ustedes están comprometidos al mío. A lo largo de toda mi vida y con todo mi corazón me esforzaré por ser digna de su confianza».

Reina Isabel II (Ceremonia de coronación, 2 de junio de 1953)

Sin embargo, para muchos, su mayor logro fue dar forma y cohesión a la Mancomunidad de Naciones, cuando los países que conformaban su recién adquirido reinado optaba por la independencia. Isabel II logró respetar su autonomía y a cambio les ofreció mayores oportunidades de cooperación, becas y facilidades comerciales. Bajo su tutela, la Mancomunidad pasó de ocho naciones a 54 y representan hoy una de las organizaciones internacionales mejor asentadas.

En junio, el entonces príncipe heredero Carlos, dijo que era «más importante que nunca» que los miembros se reunieran mientras el mundo sigue recuperándose de la pandemia. «Como familia de unos 2 mil 600 millones de personas de 54 naciones de seis continentes, la Mancomunidad representa una rica diversidad de tradiciones, experiencias y talentos que pueden ayudar a construir un futuro más igualitario, sostenible y próspero», añadió.

Annus horribilis

No todo fue color de rosa para Isabel II y ningún año fue tan duro para la Corona británica como 1992. La propia reina lo calificó de annus horribilis. Aquel año, se hicieron públicas las desavenencias conyugales de sus hijos. Por un lado, el príncipe Andrés se separó de Sarah Ferguson, y las tensiones entre Carlos de Inglaterra y la popular «Lady Di» (Diana de Gales) se convirtieron en el principal tema de la prensa amarillista. Además, se consumó el divorcio de la princesa Ana, separada tres años antes de Mark Phillips. Por si no bastara, la familia real tuvo que ver cómo el castillo de Windsor, que se encontraba en obras de renovación, se convirtió en cenizas el 20 de noviembre. El fuego, que tardó 15 horas en ser neutralizado, destruyó buena parte de la infraestructura y las valiosas obras de arte que albergaba. «1992 no es un año que vaya a recordar con placer absoluto. En palabras de uno de mis corresponsales más comprensivos, ha resultado ser un “annus horribilis”».

Nuevo monarca

El 10 de septiembre Carlos III fue proclamado de manera oficial rey de Reino Unido. Durante el acto las banderas que se habían bajado a media asta en duelo por el fallecimiento de la reina Isabel se izaron de nuevo para celebrar al nuevo monarca.

Ante las filas del Consejo de Ascensión, el rey Carlos III prometió dedicar el resto de su vida a servir con convicción y entrega. «Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y las pesadas responsabilidades de la soberanía que me han sido transmitidas», expresó.

Asimismo, aprovechó la oportunidad para dedicarle unas palabras de cariño a su hijo menor, el príncipe Harry, y a su nuera Meghan Markle, en el que también dejó entrever que su futuro está fuera de Reino Unido, de acuerdo con su deseo. «Quiero también expresar mi amor a Harry y Meghan mientras siguen construyendo su vida en el extranjero».

La ceremonia de investidura, que fue transmitida en vivo por primera vez en la historia, se llevó a cabo en el Palacio de St. James, en el centro de Londres, y representó un paso constitucional clave en la presentación del nuevo monarca. A la misma asistieron figuras de alto nivel político, como la recién estrenada primera ministra Liz Truss, además de miembros de la familia real, entre los que destacaron la esposa de Carlos III, Camila, y su hijo Guillermo, quien ahora es el heredero al trono de príncipe de Gales. (ESH) E4


Curiosidades

Su nombre verdadero

El verdadero nombre de Isabel II era: Elizabeth Alexandra Mary. Fue bautizada con estos tres nombres para honrar a su madre que se llamaba Elizabeth, a su bisabuela paterna, por la que adoptó el nombre de Alexandra y Mary, por su abuela paterna.

La reina más longeva de la historia

Isabel II se convirtió el 9 de septiembre de 2015 en la monarca más longeva de la historia superando a la reina Victoria, que fue reina de Inglaterra durante 63 años, 632 días, 16 horas y 23 minutos.

Primera coronación transmitida por televisión

La coronación de Isabel II fue la primera transmitida por televisión. Se estima que 227 millones de personas de todo el mundo la vieron.

La reina no tenía pasaporte

La reina Isabel II no tenía pasaporte y podía viajar sin problema. En la web de la familia real explican que «como el pasaporte británico es usado en nombre de Su Majestad, es innecesario para la reina poseer uno».

Primera mujer de la familia real británica en ser miembro de las fuerzas armadas

Isabel II fue la primera mujer perteneciente a la familia real en convertirse en un miembro activo a tiempo completo de las Fuerzas Armadas Británicas.

Fuente: ondacero.es

Monarquías sobreviven

en 29 estados del mundo

En pleno siglo XXI, cuando la democracia suele ser el objetivo de la mayoría de los Gobiernos en el mundo, aún existen 29 países con monarquía, aunque en realidad podían ser 44, si tuviéramos en cuenta que la reina Isabel II del Reino Unido es soberana de 15 Estados independientes constituidos en reino y que forman parte de la Mancomunidad de Naciones: Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves.

Actualmente, 44 estados soberanos del mundo tienen monarcas. Sin embargo, las atribuciones y poderes de cada uno varían.

Las monarquías son parte de la historia de un país, de hecho, son un reclamo turístico. Monumentos relacionados con los reinados reciben millones de visitas en todo el mundo, como pueden ser los palacios reales… Buckingham, el Palacio real de Madrid…

También causan un gran interés por parte del público, sobre todo la monarquía inglesa, una marca comercial poderosísima, capaz de generar millones de libras para su país. Series de televisión que son consumidas con devoción: The Crown, Los Windsor: una historia de poder y escándalos…


Tipos de monarquía

Parlamentaria

Es una forma de gobierno con sistema representativo, el rey solo ejerce la función de jefe de Estado, siempre bajo el control del poder legislativo (parlamento) y del poder ejecutivo (Gobierno). El rey reina pero no gobierna (Adolphe Thiers).​ Es el caso de España o Reino Unido.

Absoluta

El monarca ostenta el poder sin restricciones en términos políticos, y a menudo, también en la religión. Arabia Saudita y el sultanato de Brunéi o Suazilandia son casos de monarquías absolutistas.

Híbrida

Algunos países suelen usar, en la práctica, un híbrido de estos dos sistemas. Así, el soberano ejerce la mayor parte de los poderes, a pesar de la presencia de un Gobierno organizado constitucionalmente, como Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

En Europa los principados de Liechtenstein y Mónaco, por ejemplo, son considerados monarquías constitucionales, pero sus soberanos conservan muchos poderes que serían característicos de un monarca absolutista.

Jordania, Marruecos y Malasia también son monarquías constitucionales, pero sus soberanos tienen mucho más poder que sus equivalentes europeos.

Hereditaria y electiva

Independientemente si son monarquías parlamentarias o absolutistas, estas pueden ser hereditarias o electivas. En el primer caso son vitalicias y se heredan, a diferencia del segundo caso, en que los monarcas son elegidos.

Las hereditarias son el caso de la mayoría de las monarquías europeas, como es el caso de España, Reino Unido…

Un ejemplo de electiva sería Malasia, el rey es elegido por un Consejo de Gobernantes. Otro ejemplo de monarquía electiva es el Vaticano, donde el papa, monarca absolutista, es elegido por un colegio de cardenales (cónclave).

Particulares

El Principado de Andorra es un típico caso particular. Es una diarquía constitucional. El título de soberano del Estado (príncipe) se divide entre el presidente de Francia y el obispo de Urgel, España. Ninguno de los copríncipes es nacido en el país. Y además no son elegidos en Andorra, sino que el presidente francés es elegido por los franceses y el obispo de Urgel por el papa.

Otro caso particular es el de Suazilandia. Otra diarquía, pero absolutista. Reinan el rey y su madre, el rey se encarga del Gobierno y la madre de la religión.

Y por último, Bélgica, considerada la única monarquía popular del mundo. El título de monarca está ligado al pueblo y no al Estado. El monarca no es considerado el rey de Bélgica, sino el rey de los belgas. E4

(Con información de Zenit.com.)

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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