Las declaraciones y su cumplimiento

El entusiasmo desbordado a veces nos hace decir palabras que contravienen su estricto significado, fundamento lo anterior en declaraciones hechas por el presidente municipal electo de Torreón, Román Alberto Cepeda González, al expresar que logrará poner a su ciudad en los ojos de México y el mundo, lo que sería deseable, pero sus palabras dan a entender que no lo está. Como se ve su alegría excedida con motivo de su próxima ascensión al poder, lo indujo a pronunciar esa bucólica frase, pues los buenos deseos no garantizan logros, se requiere visión, trabajo, tiempo y dinero.

De igual forma es necesario desaparecer la burbuja en la que se han guardado, lo mismo gobiernos municipales que miembros de la fuerza privada, y abrirse, con la conjunción de los impulsos que empujan la economía a la globalización. 

Ese ensimismamiento que los aleja de todo lo que se encuentra fuera de sus fronteras los ha mantenido con un crecimiento lento que no se merece, pues es necesario redoblar la dinámica de una ciudad que se esfuerza por luchar día a día venciendo las adversidades, pero que falta empujarla más y que solo el gobernador, oriundo de esa población, y flujos nacionales y extranjeros pueden apoyar y recuperar tiempo.

Debo advertir que desde luego no está todo desvanecido; hay que quitarse esas ataduras y convocar a la ciudadanía a colaborar; no solo en el deporte deben llamarse guerreros.

Señor Cepeda, usted fue escogido por el gobernador y su partido, en ese orden, para contender por la alcaldía y rescatarla del Partido Acción Nacional, propósito que se logró debido al papel ejercido por la actual autoridad, que ha sido tibio, con una ruta inercial sin innovación y proactividad.

El puesto de alcalde debe estar construido, entre otros conceptos, de empatía, actitud que se percibe distante de usted quien denota cierta afectación de la que debe sustraerse dejando de lado las poses jactanciosas, pues su imagen debe representar su disposición para trabajar por todos los habitantes, cuya mayoría son personas desheredadas de las que muchas votaron por usted.

Torreón tuvo una época de gran avance y por diversas circunstancias fue en disminución, por lo que ahora es el momento de reiniciar ese camino que debe ser planeado a largo plazo aglutinando todas las fuerzas de la población, incluyendo a los hombres de empresa que han dado ejemplo de laboriosidad, a fin de dar pasos seguros que los lleve a un buen horizonte.

Algunas zona de la ciudad han crecido en forma desordenada y extendida que se ha dificultado, al menos en a un gran porcentaje, proporcionarles los servicios primarios, lo que debe obligar a regular que el crecimiento poblacional sea en forma vertical, lo que facilitaría lograr un equipamiento de calidad, sin la necesidad de que la población tenga que trasladarse a lugares lejanos para adquirir lo necesario para su subsistencia y la recreación, con el consiguiente ahorro de tiempo en el traslado y como consecuencia acompañada de una contaminación reducida.

Por lo tanto, es importante controlar el crecimiento urbano, de lo contrario se seguirá caracterizando por ser una ciudad carente de servicios y de infraestructura básica, pues ese incremento urbano se da precisamente por el crecimiento poblacional.

Debe pugnarse para que Torreón, que forma parte de una zona metropolitana junto con el estado de Durango, florezca como tal lo que ayudaría a que toda la región constituyera homologaciones en todos los sentidos que traería beneficios generales.

Hay que aterrizar los proyectos en los que ya deben estar trabajando expertos, pues es muy fácil decir que esa ciudad estará en los ojos de México y el mundo, que ojalá que así fuera, por lo que hay que conjuntar voluntades de dentro y fuera ya que el tiempo apremia, y usted señor Cepeda, ofreció cambiar radicalmente su ciudad, y si así lo dijo es de esperar que lo cumpla. Se lo digo en serio.

Autor invitado.

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