Libreros rechazan portadas con IA, pero las editoriales recurren a ella

Mientras en la industria editorial, las pequeñas empresas se aferran al modelo tradicional, las grandes apuestan por la inclusión de nuevas tecnologías. Una de las cuestiones que está en juego es la relacionada con los derechos de autor

El impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en sectores clave de desarrollo político, económico y social sigue generando controversia. Prueba de ello es el retiro en librerías españolas de la novela histórica Juana de Arco, de la escritora estadounidense Katherine J. Chen, publicada por el Grupo Planeta, cuya portada, aseveran especialistas, fue generada por medio de IA.

Entre las inconsistencias encontradas en la ilustración que sirve de fachada al libro y hace suponer el uso de alguna aplicación inteligente, está una espada no sujetada por la mano, un mechón de cabellos que sale directamente de la frente, la textura de las armaduras a veces es de cuero y otras de metal, hay soldados desdibujados sin criterio y, acaso lo más importante, la hoja legal del libro no menciona autoría de la portada.

«No pensamos que la tecnología sea un enemigo. La IA puede ser una herramienta y nos puede servir, siempre y cuando esté bien utilizada y bien reglamentada».

Hugo Setzer, presidente de la CANIEM

«Que una de las editoriales con mayor volumen de facturación decida que sus portadas las haga una IA no es ético», sostiene la ilustradora Carla Berrocal. Opinión que comparte el también ilustrador, David López, quien ha trabajado para Marvel y DC: «Puedo entenderlo cuando una persona se autopublica para sacarlo en Amazon, entiendo hasta cierto punto que use ese método, pero una editorial como esta, con un lanzamiento potente, ¿para qué haces eso?».

No obstante, Grupo Planeta asegura que su departamento de arte y diseño está formado por más de 30 profesionales: «Detrás de todas nuestras portadas hay y habrá siempre un equipo humano de diseñadores y editores que trabajan y supervisan las ideas, concepción y ejecución de las cubiertas».

El grupo de libreros españoles no solamente rehúsa comercializar Juana de Arco, sino todas las publicaciones ilustradas por IA. «Tendríamos que estarnos preguntando en la industria editorial cómo trazar las fronteras en el uso de la IA como una herramienta —sólo como herramienta— y no como generadora de contenidos, porque ahí ya se desvirtúa su uso y se trastoca la calidad de los contenidos y también la cadena profesional laboral que está implícita en el libro», explica Quetzalli de la Concha, presidenta del Comité de Derechos de Autor y Derechos Conexos de la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual (AMPPI).

Para Hugo Setzer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), lo más inquietante es el derecho autoral, pues la IA se alimenta de trabajos que ya existen. «Lo que preocupa es que pongan todos estos textos sin los correspondientes derechos de autor para alimentar esta tecnología que luego servirá para hacer negocio, para vender plataformas y una serie de cosas», advierte. Por tal motivo, en la CANIEM se planea impulsar una legislación adecuada en torno al tema de la IA que respalde y proteja el concepto de autoría.

Sobre este punto abunda Kike García, propietaria de la librería La Llama Store: «La inteligencia artificial se ha nutrido del trabajo de miles de ilustradores para generar pastiches imperfectos sin pagar derechos de autor. ¿Vamos a ser capaces de detectar libros escritos por ChatGPT? No, del mismo modo que no seríamos capaces de detectar una novela plagiada… pero si se hiciera público que es un plagio, la retiraríamos de nuestra tienda».

El debate sobre la portada del libro surge tan solo tres meses después de que los responsables de la Feria del Libro de Madrid se disculparan por una controversia. Se descubrió que una campaña en redes sociales para promover la próxima edición del evento había sido creada por Inteligencia Artificial (IA), prescindiendo del trabajo de ilustradores profesionales. Mientras tanto, pequeñas librerías como Casa Tomada, La Llama Store, Nuevo Nueve, LES Editorial, Fandogamia o La Imprenta decidieron retirar los ejemplares de Juana de Arco de sus estanterías y devolverlos a la editorial.

Cambio inevitable

A pesar de estas reacciones adversas por el entrometimiento de la IA en la industria editorial, el informe «Explorando horizontes: el impacto de la inteligencia artificial en la industria editorial», encargado por la Asociación de Editores del Reino Unido a Frontier Economics, ofrece una visión detallada sobre cómo la IA está siendo empleada por las editoriales académicas, educativas y generalistas.

Una percepción clave es que, en la industria editorial, los beneficios de la IA parecen centrarse en tareas rutinarias de búsqueda y resumen, las cuales, en principio, pueden brindar a creadores, investigadores, profesores y productores de contenido, tiempo y espacio para concentrarse en actividades que agregan valor y son menos automatizables. Sin embargo, algunas empresas ya la emplean en sus rutinas productivas y procesos editoriales, obteniendo conocimientos estratégicos relacionados con la propiedad intelectual, la capacidad de descubrir contenido, o incluso con el análisis y prospectiva del mercado.

Advierte el informe que si bien la inversión en IA se encuentra en una etapa inicial —liderada por las grandes editoriales— muy pronto su utilización se hará extensiva. «Los editores encuestados consideran que la IA será importante para la industria en los próximos cinco años. En una escala del 0 al 100, donde 100 indica una alta importancia, los editores calificaron la importancia de la IA para su industria en los próximos cinco años como 69/100. (…) Puede llevar algún tiempo que esta transformación comience. En nuestra encuesta, alrededor de la mitad de los editores grandes esperan que esta comience dentro de tres años y el resto dentro de 10 años».

El estudio concluye con la propuesta de tres áreas de oportunidad para las actividades de inversión en IA entre los editores:

  • Proporcionar certeza para la inversión a través de un marco de propiedad intelectual estable.
  • Fomentar la colaboración en I+D entre editores, pymes de tecnología de IA y el ámbito académico.
  • Ayudar a las pymes editoriales a acceder a financiamiento y habilidades de inversión en IA. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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