Libros de texto, coartada para echar más leña al fuego de la polarización

Mientras la oposición y la derecha apuestan por campañas de miedo para sacar astilla al tema de los contenidos, el presidente López Obrador cuestiona a la Suprema Corte por frenar la distribución de ejemplares. «Estamos perdiendo la brújula del debate», advierte el periodista Genaro Lozano

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En un mundo donde las redes sociales han suplantado a la familia y a la escuela como educadora, tachar los libros de textos del ciclo 2023-2024 de máquinas de adoctrinamiento tiene poco asidero. Sobre todo, si las campañas de miedo sobre el «virus del comunismo» se propagan a través de los principales canales de televisión, los cuales —salvo excepciones como el Canal 22— privilegian la banalidad por encima de los valores cívicos y el debate democrático.

Pero el Gobierno que dirige el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) también se equivoca al empeñarse en sustituir una ideología —conservadora, dominante— por la propia —revolucionaria por excelencia—, como bien señala el escritor Jorge Volpi.

«La discusión en torno a los nuevos libros de texto y a la llamada Nueva Escuela Mexicana está sacando del clóset del pensamiento medieval a muchos, tergiversando la discusión y llenándola de una toxicidad con fines político-electorales».

Genaro Lozano, periodista

«Si en algo tiene razón Marx —otra vez Karl, retomado por Arriaga— es en que los peores prejuicios de nuestra era estaban presentes en los libros anteriores: sin duda, componentes neoliberales, patriarcales, heteronormativos, machistas, racistas y clasistas se filtraban en sus páginas. Y también acierta al afirmar que han sido una inagotable fuente de discriminación (…). Por desgracia, (…) asumiendo sin fisuras el programa marxista, la SEP y su Marx local no se han contentado con denunciar la de sus adversarios, sino que se muestran decididos a reemplazarla con la suya: una visión tan sesgada como la previa», expresa el ensayista de la «generación del crack» en su columna «Adoctrinar» (Reforma, 05.08.23).

El fondo es, desde donde se le mire, político. Sin embargo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) lleva las de ganar en este enfrentamiento ideológico, pues ante la andanada de críticas no solo reconoció errores y aceptó revisiones, sino que abrió el debate a la ciudadanía en una serie de conferencias en las que desmenuzó los contenidos de los libros. El ejercicio finalmente impulsó un acuerdo entre la titular de la dependencia, Leticia Ramírez, y los secretarios de Educación estatales —salvo el de Chihuahua y dos abstenciones—, para comenzar a distribuir los nuevos libros de texto en todas las escuelas del país, a partir del 28 de agosto.

 «Es su estrategia (de la oposición), no nos engañemos, no es un tema técnico pedagógico, no es un tema educativo, es un tema político; está inscrito en la política que están impulsando ellos».

Ignacio Mier Velazco, diputado de Morena

El acuerdo, dice la SEP en un comunicado, se logró «en conveniencia y privilegiando el interés superior de niñas, niños y adolescentes». Además atribuyó los cuestionamientos y críticas a los nuevos libros al «cambio profundo y la nueva perspectiva que representan para la educación».

Y aunque estados como Guanajuato, gobernado por el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo finalmente desistieron de su «rebelión» contra los libros de la 4T, el asunto llegó —como ya es costumbre en estos tiempos de polarización— a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que admitió la controversia constitucional del Gobierno de Chihuahua. El ministro Luis María Aguilar, encargado del proyecto, concedió la suspensión a la Consejería Jurídica del estado, la cual argumenta que se violaron los procedimientos en la aprobación de los contenidos de los libros.

«La vía armada es enaltecida como la “herencia cultural del magisterio”. “Seremos como el Che” decía la propaganda castrista. Seamos como Lucio Cabañas, es la convocatoria de la SEP».

Jesús Silva-Herzog Márquez, columnista

La gobernadora chihuahuense Maru Campos (PAN) celebró la decisión. «La educación de niñas y niños está a salvo en Chihuahua. No vamos a permitir que libros con tantos errores lleguen a manos de las alumnas y los alumnos de nuestra entidad», señaló en sus redes sociales, el 11 de agosto.

«La educación de niñas y niños está a salvo en Chihuahua. No vamos a permitir que libros con tantos errores lleguen a manos de las alumnas y los alumnos de nuestra entidad».

Maru Campos (PAN), gobernadora de Chihuahua

«Estamos ante un caso especial de una gobernadora muy reaccionaria, conservadora, irresponsable y politiquera que presenta una controversia para que no se entreguen los libros a los niños en Chihuahua (…) y un ministro deshonesto que ordena que no se distribuyan» dijo López Obrador, el pasado 14 de agosto.

«Estamos ante un caso especial de una gobernadora muy reaccionaria, conservadora, irresponsable y politiquera que presenta una controversia para que no se entreguen los libros a los niños en Chihuahua (…) y un ministro deshonesto que ordena que no se distribuyan».

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México

El debate ideológico

La controversia sobre los contenidos elaborados por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) tiene dos frentes. El ideológico, que la extrema derecha y los partidos de oposición tratan de capitalizar al hacer una tormenta en un vaso de agua. Y el académico, donde se centran las críticas más congruentes.

En el primer ámbito, se acusa al Gobierno de sembrar el «virus del comunismo» y de defender la actuación de «guerrilleros» como Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas. El presidente López Obrador contextualizó el tema:«Tuvieron que tomar las armas porque se padecía de autoritarismo, como lo hizo el cura (Miguel) Hidalgo; (Francisco I.) Madero llama a tomar las armas al pueblo de México y era pacifista, un hombre bueno ¿Y por qué Genaro Vázquez Rojas, por qué Lucio Cabañas? Porque no había libertades, porque se reprimía a los campesinos, a los maestros en Guerrero», dijo el mandatario en la conferencia del 11 de agosto.

En este contexto, uno de los análisis más inteligentes lo ofrece el politólogo y periodista Genaro Lozano en su columna «Comunista poliamorosa» (Reforma, 08.08.23).

«La discusión en torno a los nuevos libros de texto y a la llamada Nueva Escuela Mexicana está sacando del clóset del pensamiento medieval a muchos, tergiversando la discusión y llenándola de una toxicidad con fines político-electorales. Hay varios puntos sobre este tema tan complejo, desde lo procedimental y legal, pasando por los contenidos y la aplicación del modelo pedagógico, hasta la discusión polarizante y el futuro de la educación en México», señala el expresentador del noticiero «Las Mañanas» de Televisa.

El columnista critica a la comentocracia que opina sin haber leído los libros; a quienes se pierden en los errores y hasta al Episcopado Mexicano por emitir juicios sobre la educación laica tras reconocer que revisó el material «de manera indirecta».

Basado en su propio análisis de los ejemplares, Lozano considera que el nuevo modelo prioriza la formación en ciudadanía que exige derechos, la democracia participativa, el orgullo de la historia prehispánica y la del mestizaje. «Encuentro muy positivo que se eduque en la diversidad, tipos de familias, educación sexual, educación reproductiva y lenguaje incluyente. Podrá parecer poco, incluso una afrenta al pensamiento conservador, pero incluir eso en los libros es profundamente transformador y acertado», señala.

Asimismo atribuye a la generación baby boomer (nacidos entre 1946 y 1964) el intento de revivir el fantasma del miedo al comunismo para desinformar en torno a la educación de niños y jóvenes. «Pero el red scare no viene solo, lo acompaña un tufo de homo-lesbo-bi-trans fobia que enciende a una enorme parte del empresariado mexicano bajo la susodicha defensa de la familia tradicional, como si ésta estuviese en peligro. Ese susto infundado nos alerta que seremos una República Socialista Soviético Amloísta Poliamorosa».

En esto coincide el diputado Ignacio Mier Velazco, coordinador del grupo parlamentario de Morena, quien asegura que las críticas son parte de la estrategia política de la oposición. «Es su estrategia, no nos engañemos, no es un tema técnico pedagógico, no es un tema educativo, es un tema político; está inscrito en la política que están impulsando ellos», dijo en un comunicado (06.08.23).

El fantasma del comunismo

Un cartón que ejemplifica lo anterior es el publicado por el monero Calderón el 6 de agosto pasado en varios medios nacionales, bajo el nombre de «Che Araña». La caricatura atribuye los nuevos libros de texto a una «recurrente fantasía de la izquierda» de convertir a México en Cuba y acusa a Ernesto «Che» Guevara de «idealista autoritario», «violento», «matoncito», «mujeriego», «padre ausente» y «racista», entre otros adjetivos peyorativos que nada tienen que ver con el debate educativo.

En el mismo sentido, Jesús Silva-Herzog Márquez, otro de los críticos de la 4T, califica al manual de sexto de primaria como «abominable». «La SEP invita a los profesores a enterrar los fusiles porque podría ser necesario volverlos a usar. La Revolución Cubana se pinta como un camino a la utopía, las “pequeñas” expropiaciones revolucionarias se describen como razonables estrategias de lucha y el secuestro de Eugenio Garza Sada se describe como una “retención” (…). La vía armada es enaltecida como la “herencia cultural del magisterio”. “Seremos como el Che” decía la propaganda castrista. Seamos como Lucio Cabañas, es la convocatoria de la SEP», escribe en su columna titulada «Pedagogía de la frustración» (Reforma, 07.08.23).

 Silva-Herzog lamenta que los libros propongan lecturas de El capital de Karl Marx, ¿Qué hacer? de Lenin, Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire, así como de filósofos como el italiano Antonio Gramsci, el francés Paul-Michel Foucault y el estadounidense Herbert Marcuse, pues, dice, «refuerzan una ideología».

Para el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua era mucho mejor «el libro de Lecturas para sexto año que coordinó con admirable sensibilidad Felipe Garrido, invitaba a leer a Horacio Quiroga y a Emily Dickinson, a Edgar Allan Poe y a Vicente Huidobro. Incluía poemas visuales de Apollinaire, y cuentos breves de Tolstoi y de Tito Monterroso. El alumno podría leer ahí fragmentos de Alfonsina Storni, Silvina Ocampo, Borges, Rosario Castellanos y García Márquez. Y también aparecía, ¡bu!, Octavio Paz. Eran lecturas para ensanchar el mundo, no para regimentarlo.

El tono alarmista y la reacción exagerada de la oposición no solo exhibió la intransigencia de los sectores más conservadores de México, sino que se convirtió en comidilla para caricaturistas como E. Rocha, Fer y el Fisgón, entre otros, quienes se mofan de las televisoras, el episcopado, la oposición y los empresarios que intentan jugarle el dedo en la boca a la ciudadanía con el cuento trasnochado del fantasma comunista.

Pifias académicas

Si bien es común que los libros contengan errores ortográficos, el hecho de que éstos aparezcan en manuales educativos deja mal parado al Gobierno. Pero aún más lo hacen las pifias en las metodologías y en campos que exigen más rigor, como las matemáticas.

Los académicos que se han unido a las críticas, lo hacen más por las omisiones, la pobreza de contenidos, el desorden de los materiales y la exclusión de ejemplares de literatura universal, que por una cuestión ideológica.

En entrevista con El País (02.08.23), Irma Villalpando, doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que estos vacíos representan un «enorme retroceso» en materia educativa, porque los niños saldrán del colegio con déficit de conocimiento en algunas áreas. Villalpando advierte también sobre una posible profundización de la brecha económica y social, ya que las familias más pudientes podrían compensar las faltas con libros complementarios, algo más difícil para las más pobres.

Otros académicos, como la especialista en Educación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), Alma Maldonado, han iniciado una campaña Change.org para recabar firmas a favor de «una revisión de expertos en las didácticas y disciplinas correspondientes, así como de grupos docentes con experiencia en el aula y de diseñadores profesionales». E4


Coahuila entra al pleito con la SEP; imprime «Mi entidad»

La postura nuestra ha sido desde el principio el tratar de evitar la repartición de los libros de texto, sea cual sea el camino jurídico, dice Riquelme

El Gobierno de Coahuila se sumó a Chihuahua a la lucha judicial contra los libros de texto gratuitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) planeaba distribuir el próximo 28 de agosto.

El pasado 16 de agosto, el titular de la Consejería Jurídica del estado, Valeriano Valdés Cabello, presentó controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la que argumenta que para la elaboración de los libros de texto no se tomó en cuenta la opinión de la entidad —incluyendo la de los pueblos indígenas—, ni se realizó la capacitación necesaria al magisterio. Además acusa que fueron elaborados sin seguir los procedimientos que marca la ley, por lo que atentan contra el derecho a la educación y el interés superior del menor y su libre desarrollo de la personalidad.

Un día antes, el secretario de Educación, Francisco Saracho Navarro, informó que la Unión de Padres de Familia de Coahuila y la Asociación de Padres de Familia Particular preparan un amparo y recolectan las firmas para frenar la distribución. «Van a exigir a la Secretaría de Educación Pública del Estado de Coahuila que no se repartan los libros», añadió.

«La postura nuestra ha sido desde el principio el tratar de evitar la repartición de los libros de texto, sea cual sea el camino jurídico, nosotros vamos a tratar de evitar eso», dijo por su parte el gobernador Miguel Riquelme, quien aseguró que pronto se darían a conocer los argumentos de la postura de su Gobierno.

Saracho confirmó que los libros de preescolar sí se distribuirán porque no tuvieron modificaciones y que ya se está imprimiendo para su distribución el libro «Coahuila. La entidad donde vivo», el cual debía ser eliminado por la entrada en vigor de los cambios realizados a la Ley General de Educación, en septiembre de 2020.

El ejemplar local, editado por la Dirección General de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, es autoría de Rosa Castillo Alba, Fabián Jiménez García y Abraham Villarreal Roja. Fue diseñado bajo la coordinación del maestro coahuilense Melchor Maldonado Jiménez y Arturo Hernández Guerrero.

El libro destaca usos y costumbres de la entidad, tradiciones y características propias de cada municipio, planes de acción ante situaciones de riesgo, alusiones a la diversidad de la fauna y flora de cada región, así como información sobre los principales sectores comerciales e industriales de la entidad.

En marzo de 2016, la Cámara de Diputados federal obligó al Gobierno de Coahuila a retirar la imagen del gobernador y las alusiones a su obra de Gobierno en los libros de texto de la entidad. E4

Argentina, 1977. Periodista, editor y corrector de periódicos mexicanos y argentinos. Estudió Comunicación Social y Corrección Periodística y Editorial en Santa Fe, Argentina. Actualmente es jefe de Redacción de Espacio 4, donde trabaja desde hace más de diez años.

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