Se puede decir… que AMLO presumirá su «trofeo»
Pero no se puede decir… que lo hará en la «gira». La presidenta electa anunció que recorrerá todo el país en compañía de AMLO, para agradecer a los mexicanos por haberla elegido, elección que ya estaba preparada para que ganara de calle la justa electoral, originando que ambos se encuentren henchidos de alegría, felicidad y dicha por el triunfo arrollador y apoteótico, que en los anales de la historia política mexicana hubo algo parecido, y es que tal acontecimiento fue la madre de todos los sucesos, gracias al poderío y la fuerza de la maquinaria de la 4T, puesta a «favor» de ella.
Se puede decir… que fue una jugada de «ajedrez»
Pero no se puede decir… que ya estaba «escrito». La elección presidencial quedó como debería quedar, o sea fue tal la proyección que resultó a pedir de boca, es decir: ganó la candidata preparada, pulida y propuesta por el dedazo de AMLO, ahora tenemos que estar preparados, para ver qué sucede con todo lo que viene o vendrá porque también existe la duda de si está preparada para tan alta responsabilidad, o será manejada por AMLO, que hasta hoy es el concepto en que se le tiene, que ojalá no sea así, y que él se vaya a donde dijo y la deje «gobernar» libremente.
Se puede decir… que Donald Trump es el enemigo público número «uno»
Pero no se puede decir… que ni en su casa lo pueden «ver». El expresidente gabacho, dentro de su trayectoria complicada, en especial que tiene en su haber más de 34 delitos en una sola demanda, él sigue en su afanosa decisión de llegar a ser por segunda ocasión presidente de la tierra del Tío Sam, ya que sabe el teje y maneje de las leyes gringas, y de todo de lo que es acusado lo ha estado toreando a la perfección, además confía en sus abultados millones, en los que se apoya, y en la enorme cantidad de amigos y republicanos que están de «su» lado.
Se puede decir… que AMLO afirma que va muy «bien»
Pero no se puede decir… que su Gobierno es una «utopía». La verdadera realidad de todas las cosas, es que el plan de su Administración es quiérase o no, la de un claro Gobierno fallido, en la que nos ha arrastrado a los mexicanos a recibir de golpe y porrazo toda la problemática que provocó, si fue a propósito o se le vino encima sin darse cuenta, y ahora que está casi por terminar su dizque presidencia, se encuentra metido en camisa de 11 varas, que no encuentra ni encontrará la forma de salir de ella, y todo por ignorar irresponsablemente a «sus» asesores.
Se puede decir… que resultaron igual que «todos»
Pero no se puede decir… que son una nueva camada de «millonarios». Presumía a cada momento que los de la 4T no eran igual que ellos, sino que son distintos y diferentes, proclamaba a los cuatro vientos y hasta lo hacía en tono de presunción, ni más ni menos que AMLO, de que no tenían uñas y manos largas sus funcionarios, y sobre todo él, pero ahora resulta que la mayoría de los integrantes de su equipo de colaboradores son una bola de corruptos, y para nada se quedaron atrás, siendo como todos: nuevos ricos y millonarios, que dejaron al presidente «en» vergüenza.
Se puede decir… que el actual sexenio es de «sorpresas»
Pero no se puede decir… que nos sigue «sorprendiendo». Desde el principio en que AMLO fue elegido presidente, y que ganó por unanimidad sorpresiva, dejó a todo México y a sus contrincantes pasmados, y así, con el correr del tiempo a cada paso que daba, era una estruendosa campanada que de momento daba miedo, porque era tal el asombro, que provocaba pasmo y a veces estupefacción, debido a que surgía la duda si era para bien o para mal, y en fin, ahora con su alborotada corcholata, parece ser que seguiremos soportando esos «ensayos» temerarios.
Se puede decir… que Segalmex fue un nido de «corrupción»
Pero no se puede decir… que a Ignacio Ovalle lo sigue protegiendo AMLO. De dicha dependencia se tomaron de sus arcas más de 93 millones de dólares, que en pesos mexicanos dan más o menos cerca de mil quinientos millones, para invertirlos en Estados Unidos e Inglaterra, y ganar los intereses que producían esas inversiones, involucrándose en ello varios funcionarios de primer nivel, de los cuales unos están en la cárcel, sin embargo, estos ilícitos se cometieron a la vista y bajo la dirección de Ovalle, que no ha sido «tocado» para nada.
