Mamá, si un día desaparezco,
no les creas.
No, no me escape con «el novio»
no, no vendía droga ni estaba metida en cosas ilegales,
no, no era novia, ni acompañante de ningún narco,
no, no me escapé para llevar una vida sin reglas.
Mamá, si ya no vuelvo a casa,
no creas lo que la gente dirá,
no creas lo que dirá la TV,
ni la radio,
ni el internet,
todos me culparán a mí,
dirán que yo vestía de manera indecente,
dirán que me vieron tomando unas copas el viernes,
dirán que yo me subí a un coche con varios hombres,
dirán que yo buscaba dinero estando con mayores,
dirán que yo salía de noche,
me culparán por haber ido a bailar,
por caminar sola,
por no llevar falda a los tobillos,
por usar maquillaje,
por ser extrovertida,
por ser mujer,
por no gritar,
por no defenderme ante tres hombres,
todo el mundo dirá que
violaron,
golpearon,
mataron a «una puta más»
porque «una mujer decente»
está en su casa siempre,
una «mujer decente»
no usa maquillaje porque puede provocar miradas,
«una mujer decente»
no habla con muchos hombres,
«una mujer decente»
no toma una copa,
«una mujer decente»
es sumisa,
cabizbaja,
no le vayan a ver la cara.
Mamá, la verdad es que si ya no vuelvo,
seguro estarán explotando mi cuerpo
como objeto de servicio
seguro estaré lejos
como juguete de un depravado,
seguro estaré de incubadora
pariendo hijos para comercio,
seguro estaré de esclava en un sótano
realizando tareas abominables,
seguro estaré en una página de internet siendo subastada,
seguro estaré en un quirófano clandestino
a punto de perder la vida
para darle un riñón a un millonario con insuficiencia renal,
seguro estaré bajo tierra,
en una bolsa,
alguna caja,
como escoria,
como basura.
Mamá, escribo esto
para hacerte saber que yo jamás me iría sin avisar,
jamás apagaría el teléfono para evitar que me llames,
jamás me iría de ti dejándote con el corazón roto.
Mamá si ya no vuelvo, no les creas.