Me duele tu adiós…

¿Recuerdan su primera visita al cine? Yo no recuerdo la primera, pero sí una vez que fui con mi familia y para ahorrar la compra de alimentos creyeron prudente llevar unas tortas, con su respectivos chilitos en rajas, su refresco de lata, para que a los demás en la sala se les antojara a la hora de escuchar las latas abrirse, son memorias dentro de una sala de cine, que durarán para toda la vida.

La función esencial del cine es el arte, el séptimo como le dicen algunos, pero también es un hecho que su función es  entretener. El cine permite la reunión de grupos de personas de distintos estratos sociales en un mismo lugar, una sala acondicionada para que durante más de una hora veas algo distinto, te transportes a una aventura, que tu imaginación vuele y te permitas disfrutar y gozar el momento. Esto ayuda al público a identificarse como un colectivo y a generar catarsis frente a los hechos que han marcado su historia.

En México somos aliados del cine, de acuerdo con el último Anuario del Cine Mexicano publicado por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), en el año 2018 se realizaron 155 festivales y eventos cinematográficos en el país, contando con el Festival Internacional de Cine UNAM, Ambulante, Pixelatl, Shorts México, por mencionar algunos, aunque en el último trienio no ha sido su mejor momento, por los recortes presupuestales a los fondos en donde se involucraba la promoción, difusión y producción de cine. Un caso es el de los Premios Fénix, cuya última edición ocurrió en 2018, y en abril de 2019, anunciaron el fin de esta entrega debido a la falta de recursos públicos.

Pero sus organizadores, pese a la nutrida y variada oferta que ofrecen los festivales de cine en México, luchan contra la incertidumbre de los tiempos y presupuestos de las entidades gubernamentales, y se las ingenian para concretar alianzas con la iniciativa privada e instancias en el extranjero.

Los  festivales de cine difunden y reconocen la función del cine, buscando propuestas autorales o que experimentan con nuevas tecnologías y plataformas, que te saque una sonora carcajada o el chillido más profundo. Algunos se enfoncan en el documental, otros en ficción y animación, así como en descubrir e impulsar nuevos talentos con plataformas como el cortometraje. En muchos casos, los festivales de cine en México se han vuelto un complemento y una alternativa académica para las nuevas generaciones de cineastas y espectadores, siendo una pena el recorte que sufre, además de la crisis que se ha desarrollado por la clausura de salas de cine como medida de prevención ante la COVID-19.

De acuerdo con las cifras preliminares de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), el año pasado la industria de exhibición cerró con 7 mil 606 unidades. El año pasado las exhibidoras de cine reportaron ingresos en taquilla por 3 mil 584 millones de pesos, ello significó una caída de 80 por ciento, en contraste con las cifras de 2019.

En días pasado Cinemex declaró su cierre, siendo esta una pérdida de trabajos importante, además de lugares donde exhibir cine. Algo que para los amantes de la ficción, los documentales, cortometrajes y las palomitas saladas, es una pérdida relevante y simbólica.

Cinemex, no porque alguna vez tuve una cita en tus salas, o porque tus palomitas de caramelo eran mejores que los de tu más dura competencia, duele tu cierre porque cierras las puertas a millones de empleos, concluyen historias de familias que formaron parte de tu historia y se ve lastimado un aliado del séptimo arte. ¡Larga vida al cine!

Promotor cultural.

Deja un comentario