México 2022: crisis sanitaria y económica

El inicio del año 2022 para los mexicanos no sólo es incierto y muy parecido a años anteriores, además es un comienzo para muchos trágico por la perdida de vidas, trabajos, ingresos y planes a futuro, con una estrategia de combate a los retos sanitarios y de crisis económica que no ofrecen una esperanza de que al menos las cosas no empeoren

Gobernantes más preocupados por mantenerse en el poder político y económico, ciudadanos angustiados por no contagiarse y al mismo tiempo apurados porque el dinero ya no alcanza, son el caldo de cultivo perfecto para una desafortunada cadena de tragedias y reacciones incluso de violencia y agresividad en territorio nacional.

La respuesta de las autoridades a los problemas económicos es que la situación es mundial y que no sólo afecta a los mexicanos, si no que es un fenómeno global que será un reto para superar, como si la explicación fuera suficiente para una familia que se quedó sin ingresos o que enfrenta un problema de salud serio consecuencia de la pandemia.

En el análisis financiero para los expertos, los que no los somos, pero sobre todo para el ciudadano en general, el panorama es incierto cuando los índices inflacionarios superan los 8 puntos porcentuales y por consecuencia las tasas de interés aumentan para que las deudas aumenten hasta ya no poderse pagar.

El costo de vida aumenta porque productos y servicios de consumo básico y general aumentan sus precios y los servicios mínimos indispensables incrementan sus tarifas, pero la mayoría de los sueldos en el país no aumentan en concordancia con ese índice inflacionario.

En México, por lo menos el del noreste, por cierto, el más redituable para el Producto Interno Bruto, tal vez ni siquiera el 20% de la nómina laboral se basa en el salario mínimo, que sí aumentó, pero no en sueldos del sector productivo industrial y comercial.

Hay que sumar la constante incertidumbre que generan las decisiones gubernamentales federales que ponen en riesgo las contadas inversiones nacionales y extranjeras, así como la decisión terca de no posponer obras de gobierno que no generarán recuperación económica en forma macro para el país.

Ahora los mexicanos enfrentamos una crisis de salud con una cuarta ola de contagios y muertes, que no solo fue subestimada por todos (ciudadanos y gobernantes), si no que está a poco tiempo de convertirse nuevamente en un momento crítico de atención médica en el sistema hospitalario público y privado, pero que se pretende minimizar sin avances considerables en disminución de la movilidad, más vacunación y sobre todo aplicación de reglamentos y disposiciones oficiales.

Estrategias equivocadas, información a medias e incompleta, reflejan en la población una falta de credibilidad, de enojo y encono ante autoridades incompetentes y sin escrúpulos que mantienen un montaje de escenarios irreales para mantener su poder político y económico solo a unos cuantos.

En este año 2022, México enfrentará la falta, nuevamente, de vacunas, falta de pruebas para que los contagios no aumenten, débil infraestructura hospitalaria, escasez de medicamentos, cierre de fuentes laborales, sueldos bajos y aumento en precios y costos de vida.

El panorama es gris, deprimente e incluso alarmante porque ahora lo que sorprenderá no será la falta de capacidad gubernamental para enfrentar los problemas mencionados, ahora la novedad será observar la respuesta autoritaria de los gobiernos a las reacciones ciudadanas que pueden incluso alcanzar la violencia y la anarquía social. Mal presagio para el México del 2022: crisis sanitaria; crisis económica, igual a crisis social y de gobernanza.

Autor invitado.

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