Mitos en enfermedad de tiroides

Parte III

«El médico competente, antes de dar una medicina a su paciente, se familiariza no sólo con la enfermedad que desea curar, sino también con los hábitos y la constitución del enfermo». Nos enseña Marco Tulio Cicerón —Arpino, 3 de enero de 106 a. C. Formia, 7 de diciembre de 43 a. C.— quien fue un político, filósofo, escritor y orador romano. Se le considera uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la república romana. Mucha verdad encierra esta antigua reflexión en esta moderna era en la cual, el ejercicio de la medicina se está robotizando progresivamente, despreciando la relación íntima que tiene cualquier enfermedad con el entorno político, económico, psicológico y social en la que vive el enfermo.

Mito: El hipertiroidismo siempre causa pérdida de peso.

Hecho: Algunas personas con hipertiroidismo pueden ganar peso.

Algunas personas equiparan la enfermedad tiroidea con los problemas de peso, creyendo que usted aumentará de peso si tiene hipotiroidismo y perderá peso si está hipertiroideo. Si bien ambas cosas pueden ocurrir, los cambios en el peso pueden variar de una persona a otra.

Con el hipotiroidismo, el aumento de peso medio es relativamente modesto, generalmente entre 5 y 10 libras. El aumento de peso tiende a empeorar a la par de la gravedad de su afección. Lo que esto significa es que algunas personas no aumentarán de peso si su condición es leve, mientras que otras aumentarán 15 libras o más a pesar de comer menos. Esto es especialmente cierto si tenía sobrepeso u obesidad antes de su diagnóstico.

Con el hipertiroidismo, la producción excesiva de hormonas tiroideas puede acelerar su metabolismo y hacer que pierda peso inesperadamente. Pero eso no significa que todos lo harán. Un subgrupo de personas con hipertiroidismo en realidad aumentará de peso debido a un aumento del apetito y el deseo de tomar carbohidratos. Todo, desde la diabetes hasta la inflamación de la tiroides (tiroiditis) puede desencadenar un aumento de peso ante el hipertiroidismo.

Si experimenta aumento o pérdida de peso involuntaria, hable con su médico. Si bien los cambios en el tratamiento pueden ayudar, la dieta y el ejercicio deben abordarse como parte de un enfoque holístico».

Hasta aquí el texto del enlace sobre los mitos en tiroides, texto en general con el que estoy de acuerdo. Agrego lo siguiente: Es raro ver un enfermo de hipertiroidismo con aumento de peso, como también es raro ver a un flaco con hipotiroidismo. Es frecuente relacionar el aumento de peso con posible enfermedad de la tiroides, a pesar de que es bien conocido el hecho de que la causa más frecuente es la obesidad relacionada con la desproporción entre las calorías ingeridas en los alimentos con la cantidad de ejercicio con el cual se consumen calorías y esto no tiene relación con la tiroides. Más claro, la causa más frecuente de aumento de peso es una relación directa entre ingresos y egresos de calorías, cual si fuese una cuenta de ahorros: dime cuánto ganas, dime cuánto gastas y yo te diré porque estas endeudado (desnutrido) o porque tienes ahorros (sobrepeso).

Hubo alguna temporada en que observé varios pacientes obesos, intoxicados con hormonas tiroideas prescritas para bajar de peso por el efecto de aumentar el metabolismo y con ello el consumo de calorías almacenadas en la grasa. Recuerdo un caso clínico en el que una mujer se provocó un brote de psicosis porque le agregaron anfetaminas, esta paciente deseaba estar «en forma» para la boda de su hijo, a la cual no logró acudir por su estado mental. La combinación de hormonas tiroideas con anfetaminas pudo haberle causado incluso la muerte porque pueden provocar arritmias cardiacas mortales, solicitó mi apoyo apenas unos cinco días después de haber iniciado esa peligrosa combinación. De hecho, se supo de muchas muertes «inexplicables» en aquella época en que estuvieron de moda los grupos weight watchers (controladores de peso o cuida kilos). Continuará…

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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