Mitos en enfermos de tiroides

Parte I

Puesto que la responsabilidad profesional de un médico internista es precisamente estudiar a cada enfermo no tan solo por la queja principal que informan los pacientes, sino que debemos estudiar al enfermo como un todo, como un sistema enfocarnos solo en lo que el paciente piensa qué es lo esencial de la consulta, nos puede conducir a cometer graves errores diagnósticos, ya por omisión o por comisión. Las enfermedades de la tiroides no son de exclusiva competencia del especialista en endocrinología, un médico general bien preparado tiene la responsabilidad profesional de identificar con una certeza de un 70-80%, si tal o cual paciente puede tener alguna enfermedad de la tiroides, corazón, pulmones, tubo digestivo o cualquier otro órgano y con datos de interrogatorio y exploración clínica, identificar posibles datos de enfermedad de tal o cual órgano y de esa forma decidir si solicita el apoyo de un médico internista o de otro especialista, en la mayoría de los casos el médico general y el médico internista pueden diagnosticar y tratar a sus enfermos. En otras palabras, cualquier médico que se precie de serlo debe solicitar el apoyo de otros colegas no para que le digan que es lo que puede padecer su paciente, sino para que le confirme o deseche su hipótesis diagnóstica, en los casos en que el diagnóstico y tratamiento son de alta complejidad.

La curiosidad por estudiar a los enfermos en forma sistémica me hace compartir y comentar algunos mitos sobre tiroides, no para imponer criterios a nadie, sino para orientar y que los enfermos cuenten con diversos puntos de vista y de esa forma elegir la opinión que mejor convenga a sus intereses pues he observado pacientes confundidos al respecto.

Mito: Sus niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH) están bien si están en el rango normal.

Hecho: Una TSH «normal» depende del rango de referencia que esté usando su médico, su edad y los resultados de su TSH en relación con otras pruebas de función tiroidea.

Además, sigue existiendo cierta controversia sobre lo que se considera «normal» en las pruebas de TSH (la cantidad de hormona estimulante de la tiroides, o TSH, en una muestra de sangre). Mientras que la gran mayoría de los laboratorios en los Estados Unidos clasifican lo normal entre 0.5 miliunidades por litro (mU / L) y 4.5 a 5 mU / L, otros creen que el límite superior debería estar más cerca de 2.5 mU / L, lo que significa que más se consideraría que las personas tienen hipotiroidismo y reciben tratamiento. Por el contrario, a medida que la función tiroidea disminuye invariablemente con la edad, un rango normal superior de 6.0 a 8.0 mIU / L puede ser más apropiado para personas de 65 años o más. Para obtener una imagen más evaluativa, su TSH debe medirse en relación con las hormonas tiroideas que estimula, es decir, T4 y triyodotironina (T3), así como su historial médico, afecciones concurrentes y síntomas. Según estos factores interrelacionados, es posible que su rango de referencia de TSH deba ajustarse para manejar mejor su enfermedad de forma individual.

Como vemos, los hechos que comentan en este enlace, en relación con las cifras de laboratorio, son poco claros hasta para mí, debemos evaluar las cifras de laboratorio en relación a los parámetros que tal o cual laboratorio reportan como rangos normales y debemos correlacionar si esos resultados coinciden con lo que encontramos clínicamente en cada persona enferma o sana, si no coinciden los datos de laboratorio con la clínica uno de los dos está equivocado.

Yo comento, si una persona dice que se siente bien, y el interrogatorio y exploración no aportan datos anormales, lo más seguro es que cualquier estudio de laboratorio, será normal en más del 90% de los casos. Y si no hay datos clínicos de enfermedad tiroidea, seguramente los estudios de tiroides serán normales. Hay algunas variantes al respecto. Los datos clínicos de tiroides enferma dependen de la T4 y T3, así que si estas se reportan como normales, la persona no sufrirá ni de hipertiroidismo (función elevada) ni de hipotiroidismo (función baja), aunque la hormona estimulante este alterada, lo que significará que el cuerpo para compensar alguna deficiencia mínima, mantiene el equilibrio con sus mecanismos naturales de homeostasis y no se necesitará ni fármacos para estimular a la tiroides ni para bloquearla. Debemos ser muy cautelosos y explícitos para que el paciente comprenda el significado de los estudios de laboratorio. Esto solo se logra con una comunicación humana entre médico y paciente. No es fácil comunicar por escrito lo que le interesa saber a cada paciente.

Es muy diferente solicitar estudios de laboratorio, a interpretarlos para bien del enfermo.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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