Morena ante su antítesis

Para que la cuña apriete debe ser del mismo palo

Refrán mexicano

El Imperio Romano se autodestruyó, no fueron los bárbaros. Igual sucede con Estados Unidos de América, cuya juventud fentanilizada ya ni crea ni trabaja; inmensa deuda impagable le obliga a producir moneda sin respaldo para cubrir sus más urgentes necesidades e infinidad de bases militares en todo el mundo. Roma también poseía legiones exteriores. Idénticamente, muchas instituciones encontraron sus adversarios en su seno: Lutero era fraile y teólogo católico; Hidalgo, Morelos y Matamoros eran sacerdotes virreinales, Allende, Aldama e Iturbide eran oficiales del ejército virreinal. Madero y Carranza eran porfiristas.

Hegel generó la dialéctica donde la tesis se enfrenta a la antítesis y de ahí surge una síntesis que más tarde se convierte en tesis, encuentra su antítesis, surge nueva síntesis y así al infinito; Marx, basándose en ejemplos históricos, le corrigió la plana aclarando que toda síntesis al convertirse en tesis genera su propia antítesis.

Trasladando esto a la política mexicana, el único partido del siglo XX que resultó un fenómeno político-social bajo la dictadura perfecta fue el PRI; (los demás simples parodias grotescas); surgió como síntesis de la revolución y se convirtió en tesis con Calles; tardó 40 años en generar su primera antítesis abortada en un avionazo (14.06.1969). En 1988 surgió realmente la antítesis que, tras varios ensayos, en 2018 se concretó en realidad.

Una mezquina irracionalidad ultraderechista demuestra profunda ignorancia de la historia; acusan a personajes propios de haber abandonado su confortable vida de placidez política para ir en búsqueda de una quimera que, para bien o para mal, los llevó a aventurarse por algo en partidos diferentes. Esa bufona actitud les impide ver que existen cambios profundos más allá de su zafio intelecto político.

El triunfo de Morena en EdoMex ha puesto a temblar a muchos que creen ver la consolidación de una dictadura: (llevan cinco años prometiéndonosla…). Los únicos que no pierden oportunidad de quedar en ridículo son las marionetas del X empresario titiritero, quienes tras abrumadora pérdida pretextan: «Perdimos, pero ganamos»; «solo nos ganaron por ocho puntos, somos segundo lugar»; «vengan todos los que se quieran sumar… pero a los otros jamás los aceptaremos»; esto me recuerda la encantadora filosofía del Chavo del Ocho, cuando Kiko le golpeaba la cara, aquel justificaba: «Él no se fue limpio… le manché el puño con la sangre de mi nariz…». ¿A quién quieren engañar? ¿Al pueblo? Imposible, ya despertó y solo se carcajea de sus patrañas. Aseguran que serán ganadores en 2024, bueno, en fin, cada uno tiene derecho a fantasear su onanismo para darse frentazos funerarios.

El PAN resultó el gran perdedor con bajísima votación. El PRI alcanzó mejor porcentaje y ya se proyecta su líder a la candidatura de 2024. Quizá Va por México haya ya encontrado su antítesis; muchos afiliados de sus partidos creen que la famosa alianza ha fracasado, han perdido muchos estados y ni con beodos gritos de «vamos a romperles el hocico» han logrado arraigar al pueblo, menos a su imaginaria sociedad civil. Simultáneamente se distinguen fracturas muy sonadas al interior de sus partidos: Frente Amplio Para la Renovación, de priistas que sostienen que su filosofía original sigue vigente para el México de hoy; se declaran defensores férreos de la democracia como la que siempre respetaron en el siglo XX. Ya dentro del PAN se divisa algo idéntico. Imposible pues que la oposición sea quien destruya a Morena.

Entonces, ¿cómo surgirá la antítesis de Morena? Porque como todo lo humano tiene que morir. Conforme a la experiencia histórica y la dialéctica marxiana: ¡Desde adentro, en sí misma! Podría el propio AMLO con su altísima aceptación popular inmolarla creando un partido simétrico, como Madero en 1911. Morena generará su propia antítesis fatal. Lo único que podría conservarla momentáneamente es AMLO, que critíquenlo como quieran, su notoriedad es impresionante; contra las insistentes necedades conservadoras altamente disparatadas: no va a reelegirse, es demasiado inteligente y astuto como para poner en juego su imagen ya casi divinizada. Pero ¿las corcholatas la pueden descarrilar? Pues sí; para la oposición la única esperanza que le queda es que, como en Nuevo León, Durango y Coahuila, Morena una vez más yerre sus candidatos.

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