Paráclito

Tu aliento impregna el trino matinal

matizando de esperanza el alba.

Anidas la belleza en el ocaso

transpirado de perfume

de notas repicadas por el viento

adornado con tus alas

regresando en calma a reposar.

Prosigues el momento, de cumplir la jornada

estrenando vehemente nuevas formas

entrelazadas con respiros de flores frescas

y sus últimos suspiros marchitados.

Sigues presente

en los sones tejidos

con el amor de los amantes

de dormitar callado en capullos de mariposas

y en corales solitarios.

Tu brillo se refleja en la mirada

de infantes de pestañas mojadas

con vaho de inocencia lozana

y manos creadoras de cascadas.

Cada día, rebosas de un rocío

que aún no existe

se alarga hasta el infinito

pasando las montañas.

La mente en un instante,

se adentra en tu insólito terreno

de formas geométricas y claves secretas

en donde se origina el murmullo de las hojas en vaivén.

Compañero de eterno renacer

reconfortas nuestro viaje

alimentas el fuego de la vida

en el sueño de la muerte

tus alas revolotean en las tumbas

de noches más negras que la noche

y en promesa viva, das consuelo a quienes lloran

con caricias y fervientes ruegos

por los siglos de los siglos.

Mi corazón es tu guarida y, sin embargo, yo jamás renaceré…

Poeta coahuilense. Autora de siete libros de poesía: Inspirario entre andares y poemas, Anhelhadas, Jácaras mágicas de Saltillo, Eroticario, Bella niña, Fridario y Vida en negritas. Acreedora del primer lugar internacional en género de poesía del certamen anual convocado por la revista Parnaso del Nuevo Mundo, de Perú. Sus poemas han sido publicados en las revistas Argo, Acequia, de la Ibero, Revista de la UNAM y Espacio 4.

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