Aquí no vamos a hacer leña de ese árbol caído en que se ha convertido Evaristo Madero Marcos, el árabe de Parras al que le aconteció algo parecido a lo que pasó el árabe Santiago Nasar, aquel personaje de García Márquez que ignoraba la tragedia que todo el pueblo ya sabía le iba a suceder. Así pasó con Evaristo, todo Parras ya sabía que lo alcanzaría el destino, un golpe anunciado por el exceso de abuso y rapiña, el suscrito lo advirtió en esta columna ene número de veces, pero ellos insistieron en ignorarlo, Evaristo Madero y su asesor principal, Paulino González López.
Porque cierto es que fue Paulino, el contador de su empresa, quien impulsó a Evaristo para conquistar la alcaldía de Parras por las siglas del PAN. Y siendo entonces Madero un analfabeto y neófito político, Paulino se convirtió en el poder político, administrativo y financiero del municipio de Parras, del que siempre quiso ser alcalde, solo que su voracidad ambiciosa mostrada en los comités de la Feria de la Uva fueron perfilando una personalidad rapaz y contradictoria ya que, siendo un rabioso antipriista, se comportaba peor que los caciques del PRI.
Y Evaristo Madero podrá ser un ágrafo, analfabeta, amoral, un pornógrafo político, una piorrea burocrática o un sarro de la sociedad, pero eso sí, el verdadero culpable de que haya ido a parar a la cárcel es su asesor político, Paulino González López, nadie más.
Dicen que cuando a Paulino le avisaron de la aprehensión de Evaristo se puso blanco del susto y mudo por la impresión, reacciones típicas del instinto de conservación que, en este caso, presintió el derrumbe total de privilegios y la extinción del poder abusivo y ladrón.
Porque fue detrás de Evaristo que Paulino González disfrutó plenamente del poder, un poder político que nunca pudo conquistar en las urnas, ya que en su único intento, postulado por el PAN, fue derrotado por el candidato del PRI. Pero hay que decir que detrás de Evaristo siempre fue un alcalde de facto hasta que Madero Marcos pidió licencia y fue entonces que Paulino pudo concluir como alcalde sustituto del ahora procesado barbaján.
Y fue en ese trienio en que ambos personajes establecieron con recursos públicos las nogaleras que tienen en Ganivete y San Francisco del Progreso. Los parrenses conocieron en su tiempo cómo es que estos militantes del PVEM abusaron del presupuesto para construir sus quintas, ranchos, casas y demás propiedades. Los mismos trabajadores del municipio lo pueden atestiguar.
Desgraciadamente Evaristo era el que daba la cara y hablaba, mientras que Paulino desde las sombras callaba y atesoraba. El poder no está hecho solo de palabras, sino también de silencios, los que bien aprovechó Paulino para acumular su riqueza inexplicable. Y lo mismo hizo detrás del «Coco», otra de sus marionetas, y lo mismo pretende hacer hoy con el «Bombón», cómplice de la fechoría que llevó a Evaristo al «bote».
Hoy los despojos de Parras se los disputan diez candidatos que pretenden «sacrificarse» por el pueblo mágico. Un solo consejo se atreve a darles este columnista: jamás contraten de asesor a alguien como Paulino González López, a menos, claro está, que quieran acabar en la cárcel.