Resulta extraño y cuestionable que en las elecciones de los últimos 10 años en Coahuila, como en muchos otros estados y ciudades del país, se transmiten spots de candidatos que no corresponden a la localidad donde aparecen aspirantes de otras ciudades en el caso de la contienda por las alcaldías o diputaciones.
Para el humilde escribiente resulta difícil de entender cómo en radio y televisión aparecen estos comerciales de campaña en canales y estaciones que sólo se ven y escuchan en uno, dos o máximo tres municipios y que no corresponden a los candidatos de esas ciudades.
A pesar que su servidor lleva algunos años trabajando en la televisión, las explicaciones recibidas sobre los bloqueos de señal o la cobertura de las mismas pueden justificar dicha transmisión, pero no se puede terminar de entender porque sucede así y si corresponde a algo que no se modifica por las autoridades electorales y/o los medios.
Si para quienes laboramos en medios de comunicación se torna complicado el entendimiento, debe ser aún más para la audiencia de dichos medios ver los rostros y mensajes de candidatos desconocidos con arengas que incluso no corresponden a la realidad que viven sus municipios.
Más allá del entendimiento o la justificación de las autoridades electorales, puede prevalecer en el colectivo imaginario, la idea de que se trata de un error o bien de una mala planeación en el acomodo y pauta de los mensajes.
Pero más allá de ese entendimiento surge la posibilidad de que los electores resulten confundidos sobre los personajes de cada candidatura y más aún de las alianzas, coaliciones y los partidos.
Especialmente en esta campaña, el fenómeno de confusión podría agudizarse por la gran cantidad de puestos públicos que se disputan y que al final el día de la votación con las tres boletas pueda generarse incertidumbre para la toma de decisión.
Además, hay que sumar que la producción de los spots por parte de candidatos y partidos es una sola para radio y televisión, muchos de los mensajes no corresponden a las características de cada medio y su impacto no sería el idóneo para los interesados en publicitar sus campañas y propuestas.
En fin, pareciera que los electores debemos conformarnos con la organización, transmisión y diseño de la publicidad electoral y resignarnos a conocer muy poco de quienes aspiran a gobernar.
Salvo honrosas excepciones, muchos candidatos son casi desconocidos y la estrategia de spoteo de comerciales en radio y televisión es igual o muy parecida a lo que se realizaba hace 10 o 15 años y eso proyecta que no hay interés en mejorar las observaciones que se hacen en medios de comunicación y entre la población en general.
Usted no se asuste ni dude al ver a un candidato a alcalde de otro municipio que no sea el suyo mientras corren los cortes comerciales de su programa en radio o televisión, mejor diviértase un poco con lo que escucha y observa, para incluso deleitarse un poco sobre el nivel publicitario que guarda la política electoral en nuestro país.