Periodistas ponen tierra de por medio para huir de la censura y la represión

Un informe de RSF advierte sobre el aumento de reporteros en el exilio. Los gremios periodísticos de Medio Oriente y América Latina son los más perseguidos

Los riesgos a que se someten diariamente los periodistas por cumplir con su trabajo no es una situación privativa de México. Las presiones gubernamentales, los recortes financieros, la censura en medios oficiales, las amenazas de cárcel o de muerte también hacen mella en los profesionales de la información en otras regiones del mundo. Por tal motivo, muchos de ellos se han visto obligados a huir de sus países de origen para seguir desarrollando su labor al otro lado de las fronteras cuando no para, sencillamente, mantenerse con vida.

El fenómeno ha alcanzado tales dimensiones que Reporteros Sin Fronteras (RSF) se dio a la tarea de elaborar un mapa para exponer, a partir de los movimientos de sus integrantes, la crisis que atraviesa el gremio periodístico y, de camino, la libertad de prensa. Para ello la organización utilizó los datos que su Área de Asistencia ha recabado en los últimos cinco años desde sus oficinas regionales.

«El mapa muestra la intensidad de los desplazamientos de periodistas obligados a buscar refugio en el extranjero. Nuestro departamento de Asistencia nunca ha estado tan solicitado desde su creación. Tenemos que luchar por dos objetivos complementarios: en primer lugar, reducir los factores que conducen al exilio, combatiendo la represión, y en segundo lugar, debemos ayudar a los periodistas y medios que no han podido evitar huir», comenta Christophe Deloire, secretario general de RSF.

Europa y Norteamérica son los principales destinos para los exiliados. Por lo general, en primera instancia, los periodistas que son víctimas de persecución o amenazas optan por mudarse a un país vecino. Sin embargo, la permanencia en estas naciones suele ser temporal porque la situación política o económica no les permite extender su estadía y terminan por migrar hacia países más seguros, que también suelen encontrarse más lejos.

Es el caso de los comunicadores afganos, asediados por el régimen talibán, que hacen escala en Pakistán; los reporteros sirios que viajan a Turquía huyendo de la represión de Bashar al Asad; o los informadores de Birmania que aterrizan en Tailandia. En ninguno de estos destinos encuentran condiciones que le garanticen estabilidad para continuar desarrollando su trabajo y saltan a otras latitudes.

RSF señala que la migración de periodistas es «un reflejo indirecto de los conflictos armados en Europa (Ucrania), África (Sudán) u Oriente Próximo (Siria), así como de las tensiones y recientes convulsiones políticas que han desencadenado un aumento de la represión de periodistas críticos y/o independientes en el mundo».

Sin embargo, la necesidad de huir no se restringe a zonas en guerra. Más de cien comunicadores chinos han abandonado su país en los últimos tres años para ponerse a salvo de las políticas restrictivas y autoritarias del presidente Xi Jinping. «(Han escapado) de la implacable represión que el régimen de Beijing aplica en Hong Kong, donde la adopción de la Ley de Seguridad Nacional ha obligado a periódicos independientes, como Apple Daily, a cesar su actividad», expone.

En América Latina ocurre otro tanto. Cientos de periodistas de Cuba y Venezuela —puestos 172 y 159 respectivamente en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023 que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países— buscan refugio en España y Estados Unidos. En Nicaragua (lugar 158) la deriva autoritaria del Gobierno de Daniel Ortega llevó a toda la redacción del diario independiente La Prensa a huir clandestinamente.

Plan de ayuda

La Oficina de Asistencia de RSF, con sede en París, se enfrenta cada día a una mayor demanda de ayuda por parte de los periodistas. Según el informe de este organismo, en 2022 se manejaron 825 expedientes de colegas del gremio que pedían apoyo internacional, un aumento del 25% en comparación con 2021. RSF pudo brindar auxilio a 408 periodistas —casi el 50% de las solicitudes—, mientras que 333 expedientes (40%) fueron rechazados o no pudieron completarse debido a una pérdida de contacto o falta de información. Actualmente, permanecen 84 casos en espera de respuesta (10%).

RSF, además, ha creado un fondo económico de apoyo con el objetivo de ayudar a los profesionales de la información que han huido de zonas de guerra y conflictos, permitiéndoles reanudar rápidamente su trabajo de acuerdo a sus necesidades. Desde principios de 2022, el área de asistencia de la organización ha otorgado un total de 363 ayudas financieras a comunicadores provenientes de 42 países. Destaca que un 70% de estas ayudas se han destinado a periodistas en el exilio. Pero no se trata solo de ofrecer dinero. RSF también ha enviado más de 400 cartas de apoyo en respuesta a peticiones de visados y solicitudes de asilo. E4

Ataques contra el gremio

Asesinados

  • 11 periodistas
  • 1 colaborador de medios

Detenidos

  • 533 periodistas
  • 23 colaborador de medios

Migración de periodistas

Países de acogidaPaíses de salidaPaíses de refugio y de riesgo
Australia
Canadá
Costa Rica
Estados Unidos
Europa
Taiwán
Afganistán
Bangladesh
Bielorrusia
Burundi
Cuba
Honduras
Hong Kong
Irán
Kirguistán
Mali
Myanmar
Nicaragua
Nigeria
Ruanda
Rusia
Siria
Somalia
Sudán
Sudán del Sur
Togo
Turkmenistán
Venezuela Vietnam
Chad
Colombia
Egipto
Etiopía
Kazajistán
Kenia
Paquistán
Tailandia
Ucrania

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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