¿Por qué legalizar un daño a la salud?…

Este es un párrafo de la intervención del senador Damián Cepeda en la tribuna del Senado de la República, el día que se aprobó por parte de este órgano del Estado mexicano, la legalización del consumo de mariguana: «Solo el 2% consume mariguana en México, ¿por qué generalizar el consumo? En EUA se le preguntó a la gente si estaban a favor de que se abra el mercado de las drogas. Lo medicinal ya está aprobado. Este cambio es para el que se quiera echar un churro por diversión. Ya tiene el derecho de fumar en privado. No penalizan hasta cuatrocientos churros».

El uso de la mariguana se inició hace 4 mil años, según los estudiosos del tema. La mariguana pertenece a la familia Cannabaceae, de la que es parte el género Cannabis, su nombre proviene del Persa kannab (cáñamo). Este género de plantas Cannabis está conformado por tres grupos, la Cannabis sativa, la Cannabis indica y la Cannabis ruderalis, cuyas diferencias están en su tamaño y componentes químicos. Son originarias de Asia. Todas se obtienen del cáñamo, la de mayor rendimiento es la Cannabis sativa, cuyo nombre común es mariguana. Llegó a América en las naves de los conquistadores españoles. Se trata de la droga recreativa más usada en el mundo. Se trata de una droga «gancho», porque facilita el consumo, más tarde, de otro tipo de estupefacientes, más destructivos por supuesto. En 2007 un estudio afirmó que 160 millones de personas de entre 15 y 64 años habían consumido mariguana en 2006. «La vía de administración más común es la inhalatoria porque es con la que los efectos se presentan más rápido. Los efectos aparecen aproximadamente a los 30 minutos de fumarla, duran una a dos horas e incluyen (no en todos los usuarios) euforia, distorsión en la percepción visual y auditiva, aumento del apetito, disminución o aumento de la náusea, hilaridad, ansiedad o relajación. Su inhalación crónica genera bronquitis e inflamación y puede vincularse al padecimiento de cáncer en los pulmones. Por otro lado, en un estudio realizado en Estados Unidos se asoció con infarto al miocardio» (Reece, 2009).

Cuando se consume a edades muy tempranas, produce adicción y dependencia física. El síndrome de abstinencia por falta de mariguana conlleva ansiedad y estrés, que son los síntomas que orillan a consumirla de nueva cuenta. No obstante lo más grave son los efectos que tiene en funciones cognitivas que interfieren con el aprendizaje. Hay pérdida de memoria, de concentración, de motivación e incapacidad para resolver problemas. Es factible, aseveran los expertos, que la alta susceptibilidad del adolescente a los efectos crónicos de la mariguana en funciones cognitivas se deba a que su cerebro está todavía en desarrollo y por ende es más sensible. El uso de esta droga en adolescentes se asocia a pérdida de la coordinación y no sólo a accidentes automovilísticos, sino también a la gravedad de estos accidentes y sus consecuencias, en los que se incluye la muerte. Infortunadamente se trata de una droga muy usada por adolescentes y ahora tristemente, hasta por niños…

El senador morenista Julio Menchaca Salazar, presidente de la Comisión de Justicia del Senado, consideró como una decisión histórica la aprobación, en lo general y en lo particular, del dictamen que regula el Cannabis para usos recreativo, científico, médico e industrial. Declaró que con esa aprobación se «establece el piso para poder meter a un ámbito legal, una prohibición de más de 100 años». A mí lo que me queda más que claro es que con la droga no hay concesión que valga. Las drogas son un cáncer invasor, siempre impactan de manera nociva a la sociedad, sin duda a quienes tienen la desgracia de consumirlas, y a su familia la arrastran en su vorágine. Esta aprobación que festinan con bombo y trompeta los legisladores del partido de López Obrador y sus anexos, viene a ratificar la incapacidad de respuesta de la administración en turno para combatir el narcotráfico, y claro, es más simple proponer la legalización. Es mezquino pretender solventar el problema colocando a los jóvenes como rehenes. El gobierno sabe que las víctimas principales de este veneno, que pronto estará a disposición de quien quiera, como si se tratara de refrescos o frituras, son los jóvenes. A esa edad las personas somos más vulnerables de transitar por rutas equivocadas. Es deleznable que quien tiene el deber de garantizar la seguridad de los gobernados, hoy les esté dando a través del poder que hace las leyes, un empujón al voladero.

No se legisla para garantizar a todos los mexicanos, sin excepción, un servicio de salud de primer mundo, siendo que el derecho a ella es reconocido en la Constitución de la República, a lo que se limita el hombre a cargo de la Presidencia es a decir que lo recibieron en pésimas condiciones, y no le falta razón, pero hoy está peor que nunca, hay faltantes, verbi gratia, en medicamentos y en vacunas, que están arruinando a millones de derechohabientes. Y ni que decir de los millones de desempleados, de otros tantos que integran el sector laboral informal, de los marginados urbanos con ocupaciones precarias, de personas de la tercera edad, que no tienen acceso a ningún servicio de salud, ni público ni privado. Ni tampoco he escuchado debates en las Cámaras en los que se discuta como mejorar la educación en este país con propuestas claras y aterrizables a la realidad nacional. Para lo único que ha servido esa mayoría nefasta a la que le pagamos con nuestros impuestos sus dietas y compensaciones, es para desmadrar al país. ¿Legalizar el uso de la mariguana? Diría mi amiga Laurita: «Que falta de progenitora de semejantes vividores».

¿Prohibir o legalizar el uso de la hierba?… ¿Ese es el dilema que acaban de «solucionar»? La solución requiere educación, salud, cohesión familiar, valores, deporte…pero de eso chitón. Y lo más desesperanzador es que esa legalización no va a solventar los problemas que arrastra el consumo de la mariguana, como son violencia, corrupción, narcotráfico, etc. Hay además una claudicación ética, porque su legalización es una degradación de los principios que le dan razón y sentido a la vida de las personas, pulveriza límites y manda un mensaje errado a la juventud, una juventud en la que abundan los huérfanos con padres vivos. ¿Legalizar la mariguana reducirá las actividades del narcotráfico, evitará el acceso a drogas más duras? No nos hagamos, y sobre todo sabiendo de los amarres$$$$$ tan «sustanciosos» entre funcionarios y delincuentes. El mercado del narco se mantendrá por asunto de costos y convivirá con el mercado legal, es más, pueden quintuplicar la producción de drogas sintéticas. Asimismo, la legalización disminuye la percepción de riesgo y cuando esto sucede, no porque lo diga yo, si no los expertos en el tema, crece el consumo. El adicto con mariguana «legalizada» en su poder se convertirá en un agente de promoción del consumo o en el peor de los casos, en un dealer.

Los efectos de la mariguana son tóxicos. Lo subrayo, genera intoxicación, dependencia, riesgos síquicos, trastornos de personalidad, crisis de pánico, baja las defensas sobre todo en pacientes terminales. Daña la Salud, está probado. El registro no impide la venta libre, no hay controles que digan quién sí puede adquirirla y quién no. ¿Tenemos la infraestructura para lidiar con todo eso? ¿Hay cobertura nacional en materia de salud? Habrán localidades y regiones el país que se las verán más negras que en otras para enfrentar el problema. El dictamen aprobado por Morena y asociados, crea el Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, que será la instancia encargada de otorgar licencias y controlar el proceso de producción de la Cannabis… ¿Tendrá presupuesto? ¿Estará a cargo de personal especializado? Pregunto, porque ya sabe usted cómo se las gastan. Con lengua se pueden decir muchas cosas y verterlas en leyes, al cabo que en este país, muchas leyes son letra muerta… Además la actual administración federal es afecta a colocar personas proclives al régimen, aunque no sepan ni jota sobre la encomienda, y si saben, que sepan también declinar y decir «si señor», aunque sea una barbaridad lo que se les instruya. Esta declaración del senador morenista me dejó sin palabras: «Las licencias —se refiere a las que se otorgarán para sembrar mariguana— serán de una hectárea y al sector más vulnerable, a los campesinos más marginados y que han sido perseguidos precisamente por la prohibición, se podrá ampliar hasta ocho licencias —una por hectárea— hasta ocho hectáreas», con el fin de evitar que los campesinos estén sujetos a quienes deseen adquirir hectáreas y monopolizar el mercado. La intención, es que el beneficio económico primero llegue a los más vulnerables».De verdad que se necesita ser un ca… redomado para atreverse a esto. De modo que esa es la manera de resarcirlos de tanta marginación a la que por siglos han estado expuestos. Que «generosidad» tan grande… Bueno, es que el eslogan del caudillo es «primero los pobres».

Hay más consideraciones que hacer al respecto, pero por ahora baste con estas. Termino apuntando que el Gobierno —porque es el gobierno, la mayoría legislativa son sus mozos de espada— está empujando al país a una situación muy compleja, porque México no está preparado para ello. No somos Holanda. Que pena que hoy día, cuando la pandemia nos está mostrando las enormes carencias que arrastramos, los senadores de la República estén más interesados en la legalización de una hierba que envilece a quienes la consumen y les pudre la vida a cuantos los rodean, a más de todo el daño colectivo que aporta.

En la Cámara de Diputados, también pasará. Morena y sus apéndices tienen mayoría. Allá los electores el próximo año si votan por la misma… Usted ponga el calificativo, estimado leyente.

Licenciada en Derecho, egresada de la UNAM. Posee varios diplomados, entre los que destacan Análisis Político, en la UIA; El debate nacional, en UANL; Formación de educadores para la democracia, en el IFE; Psicología de género y procuración de justicia. Colabora en Espacio 4, Vanguardia y en otros medios de comunicación.

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