Que se abra el telón

La primera obra de teatro a la que recuerdo haber ido era una presentación de Plaza Sésamo en el Paraninfo del Ateneo Fuente. Recuerdo que me sentía contentísimo de ver a Elmo, Abelardo y, mi favorito, Lucas el «Monstruo come galletas», ¡Que padre! Que de verlos en la tele los estuviera viendo tan cerquita a todo color en el teatro.

El Día Mundial del Teatro se celebra el 27 de marzo de cada año y fue creado por Instituto Internacional del Teatro en el año 1961. Siendo su principal objetivo, dar a conocer lo que representa este arte para la cultura a nivel mundial.

El teatro es un movimiento cultural de trascendencia mundial caracterizado por una puesta en escena de un grupo de actores frente a un auditórium al que asisten los espectadores. Es, sin duda, una de las artes más importantes, que conjuga una gran variedad de elementos y que al unirlos, dan como resultado un maravilloso espectáculo.

De allí nacen expresiones como «rómpete una pierna». Pareciera un deseo salvaje o de odio, pero que hace alusión a que en la época Isabelina —en la cual vivió Shakespeare, por ejemplo—, los actores teatrales tenían ciertas reglas respeto a las respuestas del público. Si al público le llegase a gustar, les aventaban monedas y les aplaudían; después de esto los artistas tenían que hincarse, la pierna derecha al frente y la izquierda casi en el suelo, esto en señal de agradecimiento. Desde ahí surgió esta frase, pues al agacharse y durar mucho tiempo en esta posición corrían el riesgo de llegar a romperse la pierna, por eso es sinónimo de desear buena suerte en cualquier espectáculo.

Otras forma de desear suerte en este mundo —y más empleada— es una un tanto asquerosa, dirían algunos: «mucha mierda». Esto hace referencia a que cuando las clases más adineradas acudían al teatro en coches de caballos. Cuanto mayor era la presencia de caballos, mayor era también el número de espectadores con recursos, que eran los que, al arrojar, como era costumbre, monedas al escenario, según les gustara más o menos la obra, incrementaban el beneficio de actores y empresario. En definitiva, a mayor número de excrementos de caballo, mayor recaudación. También habla de que los caballitos no se esperaban a llegar a su casa, fuchi.

El teatro ha dado también al cine y a las series de televisión grandes producciones, como lo han sido clásicos como Un tranvía llamado deseo (1951); Bodas de sangre (1981), que hasta telenovelas a dado; la ya cliché Romeo y Julieta, Equus —¿Se acuerdan del actor de Harry Potter sin ropa?—, y un poco más modernas como El Método (2005) o Los chicos, que se presenta actualmente vía streaming en México y que se puede encontrar la película también en Netflix.

Rodrigo González, Luis Falcón, Óscar Troyo, Jesús Cervantes, Martha Matamoros, Dona Wiseman, César Alonso Valdés, José Palacios y Mabel Garza son algunas de las personas que hoy por hoy ven por que en Coahuila se vea, se disfrute, ¡se goce! el teatro. Y han mostrado con la búsqueda de espacios o alternativas el querer hacer, vivir y presentar propuestas teatrales. ¿Cómo les podemos pagar a ellas y ellos? Fácil, asistiendo, compartiendo sus promocionales, viviendo de estas diversas propuestas que por el momento son a petit comité, pero con el pago del boleto, ya sea para una presentación virtual o física, hacemos latir el corazón de este arte.

En Coahuila se hace teatro, y se hace bonito. Se cuenta con una serie de compañías que, pese a un sinnúmero de recortes presupuestales desde convocatorias internacionales, federales, estatales y de su respectivo municipio no han permitido que eso les quite las ganas de hacer las cosas y llevar el arte a la sociedad. ¡Que se abra el telón! ¡Tercera llamada!

No sé ustedes, pero no quiero ver nunca triste al «Monstruo come galletas» sin sus galletas de chispas de chocolate porque no fuimos al teatro.

Promotor cultural.

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