La Auditoría Superior del Estado, desde que fue creada como órgano interno de fiscalización superior gubernamental, ha sido el brazo de inspección del Congreso del Estado de manera que el Poder Legislativo conozca de primera instancia si las entidades públicas pertenecientes a los poderes del Estado, Municipios y organismo autónomos, trabajan con pulcritud en materia presupuestal según el sistema de contabilidad gubernamental.
Armando Plata, auditor superior, ha manifestado en varias fechas que en algunas presidencias municipales les fueron detectados faltantes de dinero, quedando saldos cuantiosos a deber.
Y la pregunta es inmediata, ¿y qué ha pasado? Absolutamente nada. En cambio lo que sí ha pasado es que el trabajo técnico profesional que desarrolla la Auditoría Superior, se vea opacado, minimizado y subestimado, pues siempre se ha esperado que los responsables sean puestos ante la justicia.
De igual forma cuando al término de una revisión el resultado denota que algunos de los recursos económicos no son comprobados y los encargados continúan en sus puestos, la oficina de revisión la catalogan como un aparato inanimado, parecido a un monstruo inocuo que solo asusta a medias.
Hace aproximadamente seis años escribí una columna en algunos medios que me hacen el favor de publicarlas en estos mismo términos, y al parecer las cosas han seguido en forma similar, ya que es público y notorio que la Auditoría Superior ha tenido materia para actuar, pues sin ir más lejos está el caso de Coahuila que sufre de una falta de recursos económicos derivados por desvíos de dineros públicos, y que lo único que se conoce es solo el monto de la deuda, mientras los que la autorizaron, solo una parte, fueron los diputados al Congreso del Estado mediante papales apócrifos.
Hacer un trabajo sórdido para salvar personajes que ahora fungen en puestos importantes en la estructura gubernamental es inaudito, pues su deshonestidad representa una burla y una falta de respeto a la ciudadanía.
Señor auditor: usted trabaja con números y los números son exactos deben cuadrar, o a menos que los hagan que cuadren a fin de que no constituyan insolvencias para proteger a determinados personajes.
Asimismo, podríamos preguntarle a Armando Plata, ¿de qué forma se deslindan esas responsabilidades y cómo y quién castiga esos delitos? Y si, ¿recibe línea para hacerle reformas a los estados financieros de los sujetos auditados como se estilaba en tiempos pasados?
Por lo que se puede apreciar el proceder es el mismo de siempre ya que todo sigue igual, lo que da cause a suponer que esas investigaciones contables están más apegadas a darle soluciones de carácter político, en lugar de que sean de carácter técnico como éticamente debe ser, máxime que están jugando con el dinero de los coahuilenses y eso no se vale.
Señor Auditor Superior, estamos a dos años de que se entregue el poder al siguiente gobernador, y a un año para que las tareas de todo tipo se lleven a cabo por parte del Gobierno del Estado, pues al siguiente año, la mayoría del tiempo se utilizará con tintes políticos que originen la búsqueda de los candidatos que jugarán en las elecciones del 2023.
¿Qué va a pasar dentro de dos años con la Auditoría Superior? ¿Qué resultados esperaremos los ciudadanos de su trabajo? ¿Seguiremos como hasta ahora en el sentido de que nos darán a entender que todos los sujetos obligados revisados por esa dependencia actúan con la honestidad debida que merecen el premio al esmero, a la escrupulosidad, a la veracidad empezando por usted en que recae la responsabilidad de dar resultados fidedignos, creíbles y sobretodo que exija, cuando así proceda, el castigo que merecen los saqueadores? esa dependencia del Congreso del Estado es el apéndice que debe trabajar como garante de nuestros impuestos de donde deriva su salario y el de sus subalternos que son indispensables para vivir junto con sus familias. Se lo digo en serio.