Terminaron las elecciones del 2023 en Coahuila y el Estado de México con resultados que probablemente para muchos no significaron una sorpresa por quienes resultaron ganadores, pero que sí por el número de votos que se registraron para ganadores y perdedores, pues ahora ese resultado proyecta un panorama político para el futuro.
El humilde escribiente refirió al inicio del proceso que el de Coahuila sería un laboratorio muy importante para gobernantes, partidos, aspirantes y los propios ciudadanos, pues se trata de un estado del norte y de los últimos gobernados por el PRI, ahora en alianza con el PAN y el PRD.
Aciertos y errores de partidos y candidatos durante la campaña serán parte del aprendizaje para las elecciones del próximo año, pero también los resultados que registraron las alianzas y los partidos que no se unieron para contender.
En el caso de Coahuila, el escenario político será interesante para el análisis a nivel estatal y nacional, pues su posición no solo como estado gobernado por el PRI, si no por quién será el titular del poder ejecutivo, será un factor importante en las elecciones federales.
Desde el punto de vista político, la primera prueba será el proceso del 2024 para renovar alcaldías y participar en los comicios para elegir nuevo presidente, senadores y diputados federales.
En el poder legislativo es donde reside la importancia de la elección pues en apariencia la presidencial podría estar decidida para Morena, pero para la oposición el reto será mantener el Congreso y el Senado sin dominio de la cuarta transformación.
Probablemente las candidaturas en Coahuila y Estado de México para las diputaciones federales y senadurías podrían estar definidas, pero para ambos nuevos gobernantes la prueba política será interesante.
En el plano local, las candidaturas a alcaldías también podrían tener nombres y apellidos para todos los partidos, pero las posibilidades se concentrarán en la alianza PAN, PRD y PRI, pero llevará mano el último de ellos por los resultados en la votación.
Para Morena, será interesante si ahora en las alcaldías van en alianza con PT y Partido Verde, para competir en algunas ciudades donde su votación del pasado 4 de junio les permita contender por lo menos por regidurías.
El resultado en Coahuila significa una señal nacional a nivel político, pero también es una señal local de las preferencias ciudadanas basadas en las propuestas y los antecedentes del ganador que con autoridad demostró a la oposición que fue la mejor opción en la campaña y las elecciones.
Ahora es el momento de replantear estrategias políticas y reajustar para no cometer los mismos errores y replicar los aciertos, pues los ciudadanos esperan y exigen un clima de paz y tranquilidad durante las campañas y los comicios.
Para las autoridades electorales, las nuevas, ya pasó el noviciado y el año próximo no se pueden ni deben cometer errores y para las autoridades federales reiterar que el órgano no requiere modificaciones y sí presupuesto para garantizar la transparencia de las votaciones y sus campañas.