Revuelta en Irán quita el velo al régimen opresor de Raisí

Las protestas que iniciaron por la muerte de Masha Amini, arrestada por la Policía Moral, se han extendido por todo el país. El Gobierno iraní responde con represión y censura

América Latina no se queda atrás

Al menos 28 periodistas han sido detenidos en Irán desde que iniciaron las protestas masivas por la muerte de Masha Amini, quien fue arrestada por la Policía de la Moral a causa de su indumentaria (supuestamente llevaba mal colocado el velo islámico y mostraba parte de su cabello). Fuentes oficiales aseguraron que el deceso de la joven de 22 años se debió a un infarto y que nunca hubo contacto físico con ella, pero dicha versión fue rechazada por la familia de la víctima que, asegura, Amini murió tras un «violento golpe en la cabeza».

El mismo 16 de septiembre, fecha del deceso, dieron inicio las manifestaciones que se han caracterizado por sus fuertes enfrentamientos con los agentes del orden iraní. El Gobierno del ultraconservador Ebrahim Raisí no ha informado el número de personas aprehendidas, pero la provincia de Guilan informó la captura de 736 «alborotadores», mientras que la agencia de noticias estatal Tasmin calculó mil 200 detenidos.

Según la ONG Iran Human Rights (IHR), el choque entre los ciudadanos y la policía antimotines ha dejado 76 muertos. En su afán por disolver los disturbios, los agentes de seguridad disparan contra la multitud con munición real.

En el caso de los profesionales de la información, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) denunció en su cuenta de Twitter la privación de la libertad de 28 colegas que se encontraban cumpliendo con su trabajo. «Al menos 28 periodistas han sido detenidos mientras los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes han dejado varios muertos. Los detalles de los detenidos son escasos en medio de un apagón de Internet y de importantes interrupciones en las redes telefónicas y sociales.

La Asociación de Periodistas de Teherán, por su parte, informó la importancia del cubrimiento mediático de los acontecimientos, a la vez que exigía la pronta liberación de sus compañeros. «Es necesario enfatizar por enésima vez que, desde un punto de vista profesional, la cobertura de protestas no es diferente de la cobertura de terremotos, inundaciones, inauguraciones de fábricas o a la publicación de estadísticas de divorcio», dijo la asociación capitalina.

Entre los comunicadores detenidos se encuentra Nilufar Hamedi, la primera periodista que reveló el caso de la muerte de Mahsa Amini. Se desconoce hasta el momento a qué cárcel fue trasladada.

Muchos de los operativos se llevan a cabo en la noche o madrugada, cuando la policía irrumpe en la casa del comunicador y lo saca por la fuerza, sin presentar siquiera una orden de detención o, mínimo, la denuncia de rigor.

La represión no tiene lugar solo en las calles. El espacio virtual tampoco escapa de la censura. Así ha sucedido con las principales redes sociales. «Tras bloquear el acceso a WhatsApp e Instagram, el Gobierno iraní ha dado un paso más en la violación de la libertad de prensa, intensificando la represión a los periodistas, en medio de un estallido de violencia», afirma el Área de Oriente Medio de Reporteros Sin Fronteras (RSF). «RSF exige la inmediata puesta en libertad de los periodistas detenidos y el levantamiento de todas las restricciones al derecho a la información en Irán, un derecho que es más esencial que nunca en estos tiempos de crisis».

Yeganeh Rezaian, investigadora principal del CPJ asegura que «el régimen no quiere que salgan a la luz las noticias de su brutal represión (…) No quieren que las personas estén conectadas entre sí y con el mundo exterior».

Otra vez, el atuendo

Como si no bastara la situación volátil por la que atraviesa Irán tras la muerte de Amini, al no usar correctamente su hiyab, en Nueva York el presidente Ebrahim Raisí canceló su entrevista con la periodista Christiane Amanpour, de CNN, por esta no usar un pañuelo que le cubriera la cabeza.

La cadena de comunicación aprovechó la presencia del mandatario durante su asistencia a la Asamblea General de Naciones Unidas, para interrogarlo sobre los disturbios en Irán. Sin embargo, en palabras de la propia Amanpour, jefa de Internacional de CNN, «cuarenta minutos después del comienzo de la entrevista, un ayudante se acercó. Dijo que el presidente me sugería que llevara un pañuelo en la cabeza, porque son los meses sagrados de Muharram y Safar. Me negué cortésmente. Estamos en Nueva York, donde no hay ninguna ley ni tradición sobre el pañuelo. Señalé que ningún presidente iraní anterior lo había exigido cuando los había entrevistado fuera de Irán».

Agrega Amanpour que «el ayudante dejó claro que la entrevista no se realizaría si no llevaba un pañuelo en la cabeza. Dijo que era “una cuestión de respeto”, y se refirió a “la situación en Irán”, en alusión a las protestas que recorren el país. Una vez más, le dije que no podía aceptar esta condición inédita e inesperada. Y así nos fuimos. La entrevista no se realizó».

En la nación de Medio Oriente, algunas mujeres han compartido videos paseando sin su hiyab por las calles. Otras han quemado sus pañuelos en hogueras improvisadas y algunas han preferido cortarse el cabello como forma de protesta. E4


América Latina no se queda atrás

La libertad de prensa al sur del Río Bravo sigue en jaque. Cuando no es el propio Gobierno son otros actores los que atentan contra la labor periodística

Pocos días después que el Gobierno del presidente Daniel Ortega se adjudicara en Nicaragua, el inmueble de La Prensa —medio crítico del régimen—, un grupo de desconocidos atacó en Ecuador la sede de un canal de televisión y dejó panfletos con amenazas contra un periódico en la ciudad de Guayaquil.

El proceso de apropiación de La Prensa, una empresa editorial con 96 años de existencia, comenzó el 13 de agosto de 2021, cuando las autoridades nicaragüenses incautaron equipos y maquinaria valuados en 10 millones de dólares, a partir de una supuesta investigación por fraude y lavado de dinero contra los directivos del medio.

Pero fue el pasado 23 de agosto que el Gobierno de Daniel Ortega hizo el anuncio de que las instalaciones se utilizarían para albergar el Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho. El diario acusó que la inauguración del recinto, «en lo que legalmente es propiedad de Editorial La Prensa», fue un acto relámpago con algunos invitados del oficialismo.

Mientras en Ecuador, el 7 de octubre, agresores en motocicleta dispararon contra la puerta de acceso al canal RTS y dejaron mensajes intimidatorios contra el diario Extra. «Prohibido. Esmeraldas, Cuenca, Machala, Guayaquil. Se les comunica que a partir de hoy jueves 7 de octubre (sic) a las agencias y a todos los periodiqueros de Esmeraldas, Guayaquil, Machala y Cuenca que está prohibida la venta del diario la Extra», dice la amenaza.

La firma del mensaje es en aparente alusión al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que opera en México. Pero hasta el momento no hay una confirmación oficial del vínculo. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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