Seguridad y urbanismo

Para Alfredo Gandur Rubinstein, in memoriam.

Los urbanistas son los psicólogos de la ciudad, en sus saberes hay también fundamentos de sociología y arquitectura, y en sus trazos viven instrucciones (algunas visibles, otras sutiles) mediante las cuales el espacio público ejerce influencia en lo que hacemos o dejamos de hacer. Todos hemos visto la transformación de espacios citadinos y cómo cambia desde el carácter de la zona hasta el ritmo de la vida. La pandemia extendió el área de algunos restaurantes para dar servicio en las banquetas y hasta en zonas donde antes circulaban o se estacionaban autos. Se formaron inéditas áreas verdes con toldos y macetas, se disminuyó el aforo vehicular. Actualmente estos sitios lucen vibrantes de clientes y comerciantes ambulantes, esperemos que las medidas postpandemia no impliquen una regresión.

La inseguridad es una de las cuentas pendientes de todos los niveles de gobierno. La batalla no sólo está en el enfrentamiento a gran escala con el crimen organizado, hay otra dimensión en la que pueden tomarse medidas para mejorar la seguridad y tiene que ver con un principio básico: cuando las condiciones ambientales de un espacio urbano son bien planeadas, diseñadas y ejecutadas, puede prevenirse la actividad delincuencial y mejorar notablemente la percepción de seguridad.

Les expongo algunos puntos que menciona un documento académico del diplomado «Ciudad segura: estrategias y acciones básicas para la prevención», auspiciado por el World Bank Group y el Tecnológico de Monterrey, a su vez fundamentado en el manual «Espacios urbanos seguros: Recomendaciones de diseño y gestión comunitaria para la obtención de espacios urbanos seguros», del Ministerio Interior de Chile, la Fundación Paz Ciudadana y el Banco Mundial. El resumen es que todos los elementos que hay en el contexto urbano favorecen o inhiben el delito. Se abre entonces una oportunidad para implementar cambios en el entorno, que promuevan la prevención y la sensación de seguridad, guiados por lo que se conoce como CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design), en donde se sensibiliza a la gente a observar ciertas vulnerabilidades del espacio público que deben ser corregidas. Supe de estas técnicas gracias a mis amigos de Tijuana Innovadora, pioneros en la intervención social para cambiar conductas bajo un modelo incluyente de los diferentes actores sociales.

Nuestras ciudades tienen un modelo de desarrollo que tiende a marcar desigualdades y exclusiones. Cada vez más vivimos en espacios residenciales cerrados con vigilancia privada. Se favorece al automóvil, en vez de darle prioridad al peatón con parques y corredores caminables. Hemos perdido la costumbre de los desarrollos habitacionales barriales donde se da el encuentro y convivencia vecinal. Todo esto aumenta factores de riesgo asociados a inseguridad y violencia. En donde sea posible, habría que corregir el rumbo. Me ha gustado mucho la reconversión de una zona del Centro Histórico de Guadalajara, donde el peatón ha resurgido gracias a la planeación de espacios bien pensados y equipados.

Los expertos recomiendan promover la «vigilancia natural», es decir, los actores urbanos que al estar ahí tienen la oportunidad de ver y ser vistos. Se dice que la alta visibilidad aumenta el control sobre un sitio. Ventanas hacia la calle, balcones y hasta los puestos comerciales ambulantes sirven no sólo para tener esta vigilancia natural, también para controlar accesos, estimular la confianza y la colaboración entre vecinos, reforzar la identidad con el espacio público y vivir a una escala humana. En general, se trata de tener los elementos urbanísticos que favorezcan el control visual, que disminuyan el deterioro ambiental y aumenten el sentido de apropiación por parte de la comunidad (tendemos a cuidar aquello que consideramos nuestro).

La mayoría de nosotros no podemos incidir en la lucha contra la delincuencia organizada, pero sí podemos dar la batalla contra otros delitos que nos afectan en las inmediaciones de espacios públicos donde habitamos o trabajamos. Sería recomendable que las autoridades locales trabajen con expertos en CPTED para hacer diagnósticos y emitir recomendaciones particulares.

Buena parte de la seguridad está a nuestro alcance.

Fuente: Reforma

Columnista.

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