Un colombiano hipertenso

La hipertensión arterial es uno de los filones de oro, más productivo de la industria farmacéutica porque se ha manipulado el criterio para el diagnóstico: allá por lo años 60 —cuando estudiaba medicina— un adulto con 160/110 o más de presión arterial en forma sostenida ameritaba tratamiento farmacológico. Allá por los años 80 —estudiaba Medicina Interna— bajaron a 150/100. En el 90 bajaron a 140/90 y en 2017 con 130/85 ya es usted hipertenso y, por decreto, lo condenan a tomar fármacos de por vida con sentencia de muerte si deja de tomarlos un día. Terrorismo médico cardiológico en todo su esplendor. Es una rara avis ver a un sujeto de 40 años o más, que no tome algún fármaco para la presión alta. Alrededor del 75% de las personas que toman medicamentos para la presión no lo ameritan. Me consta.

Un caso clínico, de millones: cuidado al medir la presión arterial, de www.kiskesabe.com.

«Buenas tardes, desde Colombia, doctor. Tengo 26 años, sin ninguna enfermedad pero sí con antecedentes de hipertensión en mi familia. Siempre he sido muy ansioso, me estreso fácilmente y el tensiómetro en el brazo me angustia, por pensar que mis cifras saldrán elevadas, como finalmente ocurre, sin embargo, cuando estoy tranquilo en la comodidad de mi casa mis lecturas suelen ser entre 120/80 a 140/94, siendo esta última poco usual. A comienzos de octubre fui diagnosticado con COVID, aunque no estuve hospitalizado, más que el malestar físico era el psicológico de pensar en la gravedad y consecuencias de la infección, y el médico que venía a verme a casa, al encontrarme la presión alta cada vez que me la tomaba, me mandó un MAPA, examen que me hicieron justo en un día de mucha carga emocional por problemas laborales, además de la angustia del COVID por síntomas residuales y el temor por el resultado de la TA. Efectivamente, el MAPA salió por las nubes, y me diagnosticaron hipertensión arterial etapa II con un TA promedio de 154/88 FC 85, diurnas de 160/94 FC 90, y nocturnas de 135/70 con FC 67. Desde ese día me tomé yo mismo la tensión a lo largo del día, con resultados entre 111/78; 121/81; 130/89; 141/94 —esta última comúnmente era la primer toma y después bajaba—. Comenté todo esto a mi cardióloga y médica de familia, y dijo que por más ansiedad que generara la tensión no tendría por qué subirse. Me ordenaron Amlodipino 5 mg por un mes, y la médica me dijo que mi tratamiento sería de por vida. Estoy muy angustiado, no quiero una vida entera desde tan joven sometido a fármacos y sin alternativas de tratamiento como dieta o ejercicio sin la necesidad de medicamentos que desde ya me empiezan a provocar debilidad y mareos».

En respuesta al colombiano: Hola. Con esos datos que expones, si fuera yo, no tomaría tratamiento, porque si aceptamos que la presión arterial normalmente no es fija y varía de 90/50 a 150/110, cualquier cifra en este rango es normal, verás que ninguna de las cifras que mencionas, por lo que no amerita tratamiento, y prueba de ello es que si tomas medicamentos para la presión te sientes mal, pues tu cuerpo, más sabio que nosotros los médicos, te está diciendo que no los necesitas. Pero tú decides si continúas con el tratamiento. Reitero, yo no lo tomaría ni aunque me pagaran. Esas variaciones normales son propias del estrés cotidiano.

En respuesta a Kiskesabe: «Muchas gracias por su respuesta. Hoy tuve consulta con médico internista, porque quería conocer una segunda opinión, le informé que en estos últimos días he tenido la presión diastólica un poco alta, obteniendo cifras como 130/91; 125/96; 134/93; 125/90. Comenté a mi médico que notaba una disminución en mi presión cuando lograba distraerme y relajarme porque si me la tomo preocupado por el resultado fijo me sale alta. Sin embargo, este medico nuevamente me dijo que seguía siendo hipertensión posiblemente en estadio I por la elevación de la diástoles, y que así fuera por la ansiedad, si no me trataba podría convertirse en algo grave, me ordenó bisoprolol 2.5 mg al día por tres meses y que debía bajar de peso ya que peso 84 kg y mido 1.79, mencionadome que el tiempo del tratamiento dependendía de mi evolución. ¿Es cierto que así sea por ansiedad esto puede convertirse en un problema grave? o estaré causando un daño a mi salud al no tomarme los medicamentos en contravía a lo dicho por los médicos? mil gracias por su atención, la información de su blog ha sido reconfortante y me ha ayudado a aliviar mi ansiedad. Debo mencionar además que he caído en la obsesión de medir mi presión a cada instante, llegando a tener más de 20 tomas diarias”

En respuesta: Y ya veo y he visto casos de personas desquiciadas, obsesivos compulsivos midiéndose la presión como tú haces. Veo que vives para medirte la presión y tu calidad de vida emocional es pésima. Te sugiero que decidas con que opinión te quedas: la del médico que te dice que corres peligro, con lo que no concuerdo,o mi punto de vista.

«Entendido doctor, a kilómetros de distancia y a través de una pantalla ha sido el único del que me he sentido escuchado y que me ha dado una opinión con un sentido médico crítico, ya que todos los demás a los que he visto solo me ordenan pastillas e ignoran todo lo que comento como mi personalidad ansiosa. Gracias por su labor”.

Recuerdo el caso de una joven mujer, adicta a medirse la presión arterial, motivo por el cual su esposo le demandó el divorcio. Ella vivía para medirse la presión y cronómetro en mano para tomar diferentes dosis de medicamentos.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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