¿De qué nos asustamos?

Hace años, en Colombia se publicó el libro El Cartel de los Sapos, de Andrés López López, donde, como exnarco, narra sus vivencias con detalle. Menciona cómo desde muy joven se fue involucrando con criminales, por el contexto en el que vivía. El libro hizo levantar la ceja a más de uno al revelar la relación de artistas y deportistas, con importantes capos.

De allí, dicen algunos, surgió una ola de narco-relatos, desde textos de investigación profunda hasta novelas de amor. Algunos públicos, en lugar de verlo —como algunos querían— como un antecedente del crimen organizado en nuestra sociedad, llegaron a verlo como historias de «éxito» y hasta aspiracionales. Eso dio mayor empuje a la creación de series como El Cartel de los Sapos, La Reina del Sur, Narco, entre otras, entonces ¿de qué nos asustamos?

La narcocultura es la influencia cultural que ejerce el narcotráfico en la sociedad, los gustos generalizados y popularizados por narcos. Misma que tuvo su origen desde la década de los 60 en Estados Unidos, México y Colombia, afectando aspectos culturales como la música, la literatura, la moda, el arte, la arquitectura, costumbres, modo de vida, estética corporal. En palabras de Javier Darío, escritor y periodista, la narcocultura es el culto al dinero y a la violencia. ¿Para qué nos asustamos? Si nosotros mismos la promovemos.

Desde hace cinco años, y más desde la pérdida de exclusividad en las televisoras, se dio más apertura a temas antes intocables, es allí donde artistas, cantantes de música regional mexicana o hasta comediantes como «Platanito», externan que trabajaron ara el crimen organizado. ¿De qué nos asustamos?

Pablo Escobar, una de las personas más buscadas en los noventa, por ser el líder de uno de los carteles más peligrosos y poderosos de Colombia y Sudamérica, murió en una operación militar mientras intentaba huir. A más de veinte años de su muerte, hay personas que hablan de él con respeto por el apoyo que solía dar a la gente menos favorecida. En las calles se puede encontrar mercancía con su imagen o nombre casi como si fuera el Che Guevara y sus hijos han capitalizado su imagen como mercancía «oficial» y hasta un libro. ¿Para qué nos asustamos?

Si usted tiene el interés de conocer más, existen ya documentos académicos que profundizan en este tema. La maestra América Becerra de la Universidad Autónoma de Nayarit tiene un documento muy interesante titulado «Narcocultura y construcción de sentidos de vida y muerte en jóvenes de Nayarit», donde profundiza en cómo los jóvenes muestran interés en productos culturales cuyos temas centrales son el tráfico de drogas, donde la relación que establecen con estos productos va más allá de una moda, con contenidos que inciden en sus expectativas y proyectos de vida.

El programa «Hoy», de Televisa, es una revista matutina que llega de lunes a viernes a millones de personas. Allí trabajaron como conductores Alfredo Adame, Ernesto Laguardia, Andrea Legarreta, Martha Figueroa y Galilea Montijo. Esta última señalada en el libro Emma y las otras señoras del narco, de la periodista Anabel Hernández, como la novia de un narcotraficante, y no cualquiera, uno de los más peligrosos que ha tenido México: Arturo Beltrán-Leyva. Siendo de interés para la opinión publica debido a la reputación como periodista de Anabel, el apoyo que su editorial le ha dado a su publicación así como la crisis de imagen que ha tenido Galilea los últimos meses debido a su cercana amistad con la, ahora prófuga por lavado de dinero, Inés Gómez Mont.

El crimen organizado ha ido en aumento, y la sociedad en lugar de rechazarlo ha ido generando una «cultura», en redes sociales además de las especulaciones no han faltado las y los jóvenes que externan su anhelo por también llegar a ser la pareja de un narco. ¿De qué nos asustamos? De que en lugar de combatirlo nos lo hemos ido apropiado, cayendo en el cinismo y la indiferencia, pareciendo un mal que seguirá y cada vez tiene más raíz, de eso nos asustamos.

Promotor cultural.

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